Este tratado al que pertenecen todos los países centrales y de otras regiones del mundo (en nuestra región encontramos las excepciones de Argentina, Venezuela, Ecuador, Chile, Uruguay, Bolivia) tiene como principales objetivos realizar solicitudes a nivel mundial y armonizar los procedimientos de obtención de derechos de protección por patentes (curioso que Cuba está).
Pero lo que en realidad busca es establecer el marco jurídico que establezca la Patente Mundial, anhelo de la denominada Trilateral: Estados Unidos de Norteamérica, la Unión Europea y Japón; motorizada por las empresas multinacionales que pretenden disminuir sus “costos” de presentación de patentes quienes son en realidad los países favorecidos por el Tratado dada la cantidad de solicitudes de patentes presentadas por sus empresas protegiendo sus inversiones y bloqueando la innovación nacional en nuestra región.
El Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) de Brasil es la autoridad de aplicación de este tratado en su territorio, sosteniendo que:”de tener éxito su candidatura, será más fácil para los brasileros presentar sus solicitudes internacionales de patentes desde territorio carioca”, sin embargo las estadísticas muestran que son pocas las solicitudes presentadas en el exterior mediante el tratado PCT, pero es elevado el número de solicitudes desde los países centrales presentadas territorio brasileño.
Año |
2002 |
2003 |
2004 |
Solicitudes desde Brasil |
201 |
219 |
278 |
Solicitudes hacia Brasil |
11.098 |
7618 |
12.444 |
Este tratado se intenta vender como una solución a los sistemas administrativos de patentes, y ha sido “comprado” por varias oficinas de patentes.
La documentación relacionada a la candidatura muestra que el INPI-Brasil obedeció a los tres requisitos que exige la OMPI: acceso a documentación mínima exigida por el Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (PCT, siglas en inglés), tener 255 examinadores de patentes, y tener un “proyecto de calidad” para los servicios de búsqueda y examen de patentes.
Estos acuerdos son parte de la estrategia de los organismos internacionales y grandes empresas transnacionales, para convertir a la Oficina Brasileña en líder regional, y satélite de OMPI en la instalación de políticas favorables al reforzamiento de legislaciones nacionales de marcas y patentes.