Sólo una letra cambia en el nombre de dos niños víctimas del bloqueo y la guerra impuestos por EEUU y la UE en lugares tan distantes como Siria y Venezuela.
A los dos pequeños se los tragó el mar. A Aylan lo devolvió sobre las costas de Turquía. A Dylan, quien hasta ahora está en una lista de pasajeros de un precario bote conocido como "peñero", desaparecido desde el jueves entre Venezuela y Trinidad & Tobago, aún no lo devuelve. Quizás no lo haga y no exista una foto como la que la reportera gráfica Nilufer Demir (de Reuters) tomó en septiembre de 2015.
Igual la foto y el impacto mundial que causó no sirvieron de mucho para detener la guerra que provocó la emigración en forma tan precaria que determinó la muerte de Aylan Kurdi.
Dylan, según la lista, tenía (o tiene) 3 años de edad. La misma que tenía Aylan. Y viajaba con su tía Katerine, su hermana (o prima) Victoria, de 2 años, y con su abuelo Luis. Posiblemente haya otros familiares o allegados, todos provenientes de la población de El Tigre. Eso es lo que se puede deducir de los datos de la lista de 30 náufragos que conformaban el pasaje del peñero Ana María.
Su tía (en sus cuentas sociales lo precisa, aunque se ha dicho que es su madre) tiene 28 años y en diciembre pasado se graduó como licenciada en Educación Integral de la UNEFA (la universidad de la fuerza armada, la de mayor cobertura nacional por decisión del Comandante Hugo Chávez).
Una revisión de sus publicaciones en varias redes sociales muestra a una muchacha muy ligada con su familia, estudiosa, con intereses religiosos protestantes y con cierta identificación con los valores de la Revolución Bolivariana. En 2016 le respondió como "camarada" unos tuits del ministro Ernesto Villegas.
Allí le advertía sobre los elevados precios de los productos básicos que fijaban los comerciantes "asiáticos" en El Tigre, su ciudad en el sur del oriental y petrolero estado Anzoátegui.
El abuelo, de 47 años, de acuerdo con su perfil social es (o era) trabajador especializado de PDVSA. En las fotos publicadas se le ve soldando estructuras de gran tamaño o sobre plataformas de barcos y otras instalaciones petroleras.
¿Que los llevó a intentar migrar? No lo dicen abiertamente pero sin duda las dificultades para obtener los bienes esenciales debido a los altos precios habrá sido determinante. Además ya en Trinidad estaba instalado, al parecer en forma exitosa, otro de los hermanos de 26 años. Quizá sea el padre de Dylan, lo que explicaría el vínculo de tía-mamá con Katerine.
El naufragio del "Ana María" es el segundo en menos de un mes en la misma ruta de Güiria a Trinidad. Desde el 24 de abril está desaparecido el "Yhonalys José" con 24 pasajeros que no fueron rescatados. No se trata de una ruta nueva pues en realidad e históricamente ha creado profundos vínculos comerciales y humanos.
Pero seguramente la presión migratoria derivada del bloqueo (y que en oriente ha impactado la actividad petrolera) ha generado un aumento en la frecuencia de viajes y una precarización y falta de control de los mismos.
Tampoco puede descartarse la práctica de actividades ilegales como el tráfico y la trata de personas. Es común que eso ocurra ante presiones migratorias.
Por eso llama la atención la escasa atención pública que estos eventos han tenido. Como siempre ocurre esa atencion ha estado marcada por la polarización. Para los voceros de oposición (que no han sido muchos) se trata de una demostración del fracaso de Maduro y su "régimen comunista". Mientras que del otro lado el chavismo parece no querer hablar de eso.
Y así, como parte de esa "falla tectónica" cognitiva, nadie registra ni cuenta las historias.
Las víctimas de hoy merecen al menos una crónica.
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