Cuando el General José Antonio Páez fue electo para dirigir el primer gobierno de la cuarta república venezolana, se iniciaba la recuperación de nuestra identidad como nación libre e independiente, volviendo a surgir el nombre de Venezuela como República soberana, lejos del dominio español o de la tutela de Bogotá, para entonces todos los ciudadanos venezolanos con derecho al voto participaron en la escogencia de sus parlamentarios, con la finalidad de que se reunieran en Valencia y acordaran el futuro del país. José Antonio Páez fue designado por el Congreso para ejercer la presidencia del Poder Ejecutivo de Venezuela, con carácter provisional, mientras se convocara las elecciones presidenciales. Este Congreso procede a designar a Miguel Peña como ministro del Interior y Justicia, a Diego Bautista Urbaneja en las carteras de Hacienda y de Relaciones Exteriores y a Carlos Soublette en la de Guerra y Marina. A partir de ese momento Venezuela comenzó a vivir como nación independiente. En efecto, el Congreso Constituyente de Valencia se instala el 6 de mayo de 1830, como consecuencia de una elección que se llevó a efecto con absoluta pulcritud. Es así como el Congreso de Venezuela de 1830 procedió entonces a reunirse con la asistencia de 33 parlamentarios, que representaban a las provincias de Guayana, Cumaná, Barcelona, Caracas, Carabobo, Barinas, Mérida y Maracaibo.
Al opinar en torno a los miembros del Congreso de 1830, el historiador valenciano Francisco González Guinán escribió en forma amplia y convincente sobre la integridad y sentido ético de sus integrantes, expresando que: "La mayor parte de los hombres congregados en aquel aerópago eran verdaderas entidades en la política y en las ciencias; algunos de ellos habían sido actores en el gran drama de la guerra de Independencia, y todos ellos estaban en el patriótico deber de imprimir a ese movimiento un carácter serio, ajeno a toda pasión violenta y sólo inspirado en el noble sentimiento de la justicia" Como presidente del Congreso fue electo Francisco Xavier Yanes y la vicepresidencia recayó en Andrés Narvarte, mientras que Vicente Michelena y Alejo Fortique actuaron como secretarios. El deseo de separación de la Gran Colombia era casi total, hasta el punto que tan sólo los diputados José María Vargas y José Luis Cabrera se abstuvieron. No hubo ningún voto en contra de la separación con Colombia. A Páez, un hombre sencillo y del pueblo, le correspondió colocar el ejecútese a la Constitución de la República de Venezuela el 24 de septiembre de 1830. Luego, se convocó al proceso electoral y el 24 de enero del siguiente año Páez resultó electo presidente, iniciando su gestión el 11 de abril de 1831 como el primer mandatario de la cuarta República, para un período de cuatro años, sin reelección.
El triunfo de Páez con tan alto grado de aprobación se debió al inmenso prestigio que tenía entre el pueblo venezolano, sobre todo por sus increíbles hazañas de Mucurita, Mata de la Miel, Las Queseras del Medio, Las Flecheras, Carabobo y Puerto Cabello, entre otras. Y, además, a la situación real del país para el momento en que se produjo la disolución de Colombia. El mismo Bolívar, después de los sucesos de 1828 en la convención de Ocaña y del intento de magnicidio en Bogotá, había expresado que "La independencia es el único beneficio que hemos conseguido, a costa de todo lo demás" Esa confesión, reveladora del estado de postración física y mental en que se encontraba el Libertador, también dejaba en claro la situación de anarquía y malestar económico-social en que se encontraba la Gran Colombia. Las razones de esa realidad hay que buscarlas en la falta de motivación de los ciudadanos para que se integraran en un nuevo país y se dieran a la tarea de reconstruir la patria, que había quedado reducida a escombros y con una irreparable pérdida de su población, muchos de los cuales habían sido los jóvenes de mejor formación intelectual de la antigua Capitanía General de Venezuela. En su obra La estadística en la historia de Venezuela, Manuel Alfredo Rodríguez indica que se estima en 350 mil vidas el costo total de la guerra en Venezuela, es decir, murió casi 40% de la población que existía en 1810. Por otra parte, las grandes extensiones de los territorios liberados y consolidados, en lugar de integrarse, se enfrentaron en una lucha constante de carácter regionalista, que se vio seriamente estimulada por la actitud mezquina del oligarca general colombiano Francisco de Paula Santander. Pero fue sin duda que el proceso judicial viciado contra el venezolano Coronel Leonardo Infante, y su posterior fusilamiento, contribuyó grandemente al movimiento de separación. Tanto es así que, como consecuencia de ese hecho, el valenciano Miguel Peña renunció a presidir la Corte Suprema, ya que estimó que lo ocurrido no era más que un asesinato judicial, y para complicar más el problema, Bolívar renuncia a la presidencia de la Gran Colombia y abandona la escena política, partiendo rumbo hacia su destino final en Santa Marta. Ese año final de su vida fue verdaderamente dramático para el Libertador. El sueño que tuvo con Miranda para la creación de Colombia no había sido posible conservarlo. El 13 de enero de 1830 Venezuela se había separado, de hecho, de Colombia y cuatro meses después el Ecuador lo hace también, encargando al venezolano Juan José Flores de la presidencia. El General Rafael Urdaneta da un golpe de Estado en Bogotá en agosto de 1830 y ofrece la presidencia de Colombia a Bolívar, pero éste no acepta, Urdaneta se mantiene en el cargo hasta el 28 de abril de 1831.