La vorágine del capitalismo salvaje contra toda forma de vida en la Tierra

Miércoles, 05/06/2019 10:56 AM

Un histórico informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) identifica que el crecimiento del sistema económico amenaza con la extinción de una de cada ocho especies y de la propia civilización o especie humana.

La naturaleza se muere, y es por culpa del actual sistema económico global. Si no cambiamos de rumbo de manera urgente, los humanos nos convertiremos en víctimas además de culpables. Esos son los mensajes central del histórico informe de la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES en sus siglas en inglés), un organismo dependiente de las Naciones Unidas que equivale al IPCC (el Panel Internacional de Expertos sobre Cambio Climático) en materia de biodiversidad.

El informe cifra en un millón el número de especies animales y vegetales en peligro de extinción (alrededor de una octava parte del total). El ritmo de extinciones del último medio siglo no tiene precedentes desde que el ser humano está en el planeta, superando en decenas o centenares de veces los valores medios de los últimos 10 millones de años. Además, sigue acelerándose.

Según el texto, las pruebas aportadas por los miles de estudios científicos en los que se basa el informe son "aplastantes". Uno de los principales factores de la pérdida de biodiversidad es el cambio climático, pero no el único. Otros son las transformaciones en el uso de la tierra y el mar, la explotación directa de organismos, la contaminación y las especies invasoras. El calentamiento global, que cada vez acelera más la tasa de extinción, podría convertirse en la primera causa de extinción de especies si no se corrige el rumbo actual, según afirmó Robert Watson, el presidente de la IPBES y anterior dirigente del IPCC. "Por lo tanto, es crucial que nos enfrentemos al cambio climático y la pérdida de biodiversidad de manera conjunta", alertó.

El informe de evaluación reconoce, por primera vez, que los cambios necesarios van a encontrarse con la oposición de intereses privados, y que estos intereses deben ser vencidos por el bien común. Asimismo, el documento avisa: la pérdida de biodiversidad no es solo una cuestión de extrema gravedad medioambiental, sino también económica, social, de desarrollo, de seguridad y moral.

"Para entender mejor y, lo que es más importante, para enfrentarnos a las principales causas del daño que está recibiendo la biodiversidad […], tenemos que entender la historia y la interconexión global de factores de cambio complejos relacionados con la demografía y la economía, así como con los valores sociales en los que se basan", afirmó en el documento el profesor Eduardo Brondizio, uno de los codirectores de la evaluación.

Algunos datos del informe, a saber:

La principal amenaza para la biodiversidad la constituye el cambio en el uso de la tierra y el mar, según el informe. Alrededor del 75% de toda la superficie terrestre del planeta, y el 66% de la superficie oceánica están "severamente alteradas" por las actividades humanas.

Se extraen alrededor de 60.000 millones de toneladas de recursos del planeta al año. Es más del doble de lo que se extraía en 1980.

Más del 85% de los humedales (claves para la lucha contra el cambio climático) que había a principios del siglo XVIII se han perdido.

El 9% de todas las especies terrestres no podrán sobrevivir a medio plazo sin acciones urgentes para restaurar sus hábitats.

A nivel global hay un 70% más de especies invasoras que en 1970.

El 47% de los mamíferos no voladores y el 23% de las aves amenazadas ya han visto sus distribuciones amenazadas por el cambio climático.

Cosechamos un 300% más de alimentos que en 1970, pero una cuarta parte de los suelos ya son significativamente menos productivos que entonces. El 11% de la población mundial sufre desnutrición.

La mitad de la expansión agrícola ha ocurrido a costa de los bosques, pero, los ecosistemas terrestres y marinos capturan cada año 5,6 millones de toneladas de CO2 (alrededor de un 60% de las emisiones atribuibles a los combustibles fósiles).

Cada año, los combustibles fósiles reciben 365.000 millones de dólares (unos 326.000 millones de euros) en subvenciones, lo que resulta en unos costes globales de 5 billones de dólares (4,47 billones de euros).

La tercera parte de toda la pesca mundial es ilegal, no se declara o no está regulada.

Entre 100 y 300 millones de personas en las costas de todo el mundo están en peligro por la pérdida de los ecosistemas litorales.

Si la especie humana no termina de entender al apocalipsis que representa el sistema capitalista, no habrá "plan b" para salvar al planeta de Tierra y en él toda forma de vida.

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