Como todo en el país, la política también está degradada, corrió la misma suerte que la economía, la salud, la educación, el pago a los viejitos, el petro, PDVSA, la producción…
Hoy la política se desarrolla en torno a nimiedades: una entrevista de Jorge Ramos al presidente Maduro, las cartas de los Generales, los pedidos a Padrino, o que la Lilian se fue a España. Es la farándula de la política, los noticieros de televisión se pueden ver con coca-cola y cotufas como un programa de variedades, o los programas de opinión del gobierno, que bien podrían dar un curso de flotación, hoy son y mañana no son. La política es una telenovela, con sus intrigas, calumnias, descrédito, villanos que saltan de un lado para otro, víctimas que desaparecen de escena.
Mientras esta irresponsabilidad política de gobierno y oposición sucede, el país se disuelve, los pilares fundamentales de una nación fueron removidos, existimos en la inercia, el impulso del pasado nos sostiene, la costumbre nos dirige, todo languidece.
El paisaje es gris, la superficie, lo visible, indica parsimonia, quietud, la gente espera algo, no se sabe bien qué es, quién es. La gente todos los días se levanta y va al televisor con esperanza de oír una voz que rompa pero la ilusión muere a los dos minutos; las mismas noticias, las mismas trivialidades; las radios leen a los periódicos, los periódicos leen a la televisión, las páginas web mienten, los twiter son refugio de chismes.
Por dentro, por debajo de lo visible, hay otro mundo, clandestino, subterráneo, que critica, que planifica, que se mueve. En ese mundo vive el futuro, allí están grupos, pequeños es verdad, individuos destinados a convertirse en una fuerza social, buscan los caminos, las formas organizativas, las ideas. Estamos seguros que un día aflorarán y aquellos que encienden la televisión en la madrugada se encontrarán con un rayo luminoso que la censura no podrá acallar. Entonces esos insurgentes, pocos es verdad, establecerán una conexión con el corazón puro de los comunes, y se sabrá, más allá de las deformaciones, de las calumnias, que esta gente tiene el amor a la Patria por encima de todo, incluso de su vida misma.
La historia registrará esa madrugada como el ejemplo, la chispa que cambió al mundo, que fue más allá del círculo vicioso de dictaduras y democracia burguesa que sirve de apaciguador de las luchas sociales: a la democracia la sucede una dictadura, y a ésta una nueva democracia que alegra a los incautos, para luego seguir con el círculo infernal del capitalismo. Esa madrugada se romperá el hechizo capitalista, desde ese instante se comenzarán a ensayar nuevas formas de organización social que integren a la sociedad y no la fragmenten, formas de organización política que permitan la comunicación de lo nacional con lo local, la participación de todos en las decisiones comunes, formas educativas que eleven la comprensión del humano y su relación con los semejantes y con la naturaleza. Esa madrugada el mundo sabrá que existe un camino diferente al suicidio capitalista.
Y el hombre aquel que cayó en combate descansará tranquilo, sus hijos al final no le fallaron.