Guaidó: ascenso y caída

Jueves, 13/06/2019 07:46 AM

Imposible desconocer el creciente deterioro que ha vivido Venezuela, particularmente a partir de 2008. Drama este que se origina de la inexplicable ansia de poder expansionista que caracterizaba el armazón político prevaleciente y que utilizaba el barril para apuntalar dicho propósito. Que engendró una masa de ciudadanos crecientemente dependiente de un estado que se creía todopoderoso. Ese gobierno acabó con el aparato productivo al pretender su "supuesto saneamiento", confiados en la permanencia un grifo abierto que inundaba las arcas de la nación de petrodólares y que según los jerarcas de entonces iba a perdurar por siempre.

DE Chávez A MADURO:

Los hechos demuestran que se equivocaron doblemente. Se equivocaron al pensar que el barril iba a seguir fortalecido, menospreciando el avance silencioso que desde 2005 impulsaba la producción de crudo en los Estados Unidos y que a partir de 2014 propiciaría su derrumbe. Se volvieron equivocar al pensar que su base política sustentada en el segmento artesanal de la población y el populismo, iba a sustituir el conocimiento, la preparación y la tecnología necesarias para no sólo mantener a flote una industria, sino para hacerla más competitiva. Todo ello conllevó a una espiral insostenible de deterioro económico, exacerbado por un creciente gasto para tratar de mantener su esquema populista, soportado en los llamadas programas sociales.

Irrefutablemente durante Chávez, la pobreza extrema se redujo en Venezuela por debajo del 10% muy inferior al mínimo histórico de los EEUU del 12%-13%. Se redujo aun comparado con la época del máximo nivel de inversión foránea en Venezuela, la época de la presencia de los hoy eruditos de Harvard, IESA, DC think tanks y de la PDVSA del mito en el poder; la época de Fedecamaras; la época de los 90.

Sin embargo, a partir de la llegada de Nicolás Maduro en 2013, aún en la plenitud del barril y con una PDVSA que podríamos decir medianamente saludable en términos de producción e ingreso brutos, ya el nuevo gobierno comenzaba a presentar fisuras internas, al no poder soportar su maquinaria populista. La expresa incapacidad de sus líderes y la evidente corrupción terminaron por asfixiarlo. Ese gobierno ha demostrado con sus acciones que no es su interés el bienestar de Venezuela. Ha demostrado que le ha quedado grande el país aun antes de las sanciones. Hoy, esa pobreza extrema se ha disparado en cerca del 500% al rebasar el 45%.

LA FALLIDA OPOSICION:

La oposición Venezolana podemos diferenciarla en 3 grupúsculos principales: AD/UNT, VP/PJ, VP/ABP. Es esa subdivisión es precisamente el mal que destruye desde dentro misma a la oposición. La pugnacidad entre ellos se exacerba a medida que se acerca la posibilidad de un proceso electoral.

Debemos reconocer que las fisuras del gobierno han sido el subproducto del "calentamiento" de la confrontación, que constantemente se engendra desde la oposición radical, mutando como organismo primitivo desde dentro y principalmente desde fuera de Venezuela, pero que por esa misma naturaleza primitiva, no termina de evolucionar.

El plan de la oposición nació con defectos, parapléjico, viciado y perdedor. Utilizaron artilugios que en nada lo diferencian de lo que tanto han criticado del gobierno de Maduro. Utilizaron la mentira, la traición a la patria y la corrupción como estrategias. Utilizaron la destrucción de la imagen del país, negociaron sus recursos en suelo extranjero y se confabularon contra la nación con ejércitos y políticos de otros países con el desconocimiento de todos. Vendieron información privilegiada al mejor postor y ofrecieron prebendas. Se han lucrado y se lucran de un dinero que no les pertenece y peor aún, no rinden cuenta de sus acciones a nadie.

Hay muchos que no valoran la patria. Hay otros que como el suscrito aun vivimos por ella. Afortunadamente aún existe un segmento que no se deja llevar por fanatismos, que no se deja impresionar por apariencias y lo más importante, que profundiza en sus análisis. Ese segmento de Venezuela que rechaza a Maduro, pero que también a cualquier traidor pintado de salvador por suerte está en definitiva creciendo cada día, tornando cada vez más difícil el "ascenso de falsos mesías y la aceptación de falsos mantras".

Tan es así que sólo bastaron tres o cuatro meses para que los una vez mesías de algunos, quedaran desenmascarados y pasaran a ser hoy, los rechazados de la mayoría. Nos referimos al Guaido y sus 40 perdedores. Para una cosa ha servido Guaido. Sirvió para identificar cuáles son aquellos elementos de esa casta hoy devaluada de seudo-políticos, que terminarán por no tener ningún valor ni peso específico dentro de la oposición Venezolana.

Aquellos que de la noche a la mañana se tornaron en fieles fanáticos y devotos de un muchacho que se creía político y estadista, construido de la nada por orden y designios de una potencia extranjera, aunque propuesto por la traición enraizada en el deseo pervertido de poder de un grupo de mercaderes de la política, deberán de ahora en lo adelante repensar su patrón de selección de candidatos, tendrán que enfocar su atención más en valores y sobre todo en lo que en realidad tengan que ofrecer al país como todo y no a ellos como individuos.

La traición es la característica principal de ese grupo de mercaderes de la política, que como acabamos de expresar tiene su raíz en el anhelo viciado de poder de una parte importante de la oposición, que a juzgar por sus hechos no se distancia en nada de lo que tanto critican del gobierno de Maduro. La propuesta de Guaido y sus 40 novatos se basa en luchar mal con mal, corrupción con corrupción y traición con traición.

El segmento de seudo-políticos que componen esa parte de la oposición Venezolana, pareciera estar soportada por un grupito de mercenarios de la profesión que se hacen llamar periodistas, que operan desde dentro y principalmente desde fuera de ese país y que como por arte de magia crean supuestas figuras mitológicas, especie de salvadores supra-terrenales que aparecen de la noche a la mañana y que a la postre no son más que personajes hambrientos, deseosos de retomar con más fuerzas, el saqueo del país del cual una vez fueron protagonistas. Si esos seudo-políticos culpan al gobierno de ineficiencia, de corrupción, de incentivar la dependencia y de narcos, no dudaríamos en culpar las acciones de esa misma seudo-oposición de criminal. Ha sido criminal proponer y apoyar sanciones que aunque no originaron, si agudizaron, arreciaron y precipitaron la escasez de alimentos, medicinas, gasolina, insumos y servicios, que hoy castiga con perversa dureza a más del 90% de esa población Venezolana. Es crimínal obstaculizar el flujo de divisas a la nación con la esperanza de asfixiar a un gobierno, que luego de 6 meses aún está de pie, habiendo más bien expuesto al segmento más necesitado del país, a una situación de mengua de dimensiones impensables, solo basados en una falsa expectativa de asumir el poder. Es criminal desacreditar la imagen de Venezuela y del Venezolano en todos los confines del mundo.

Es criminal haber arriesgado y arriesgar los recursos de todos los Venezolanos depositados en el exterior en forma de empresas, especies, oro y dinero, para supuestamente evitar el lucro de un sector del gobierno, pero del cual ellos mismos se están aprovechando en lujos, viajes, compensaciones millonarias, pagos de proselitismo y "reposerismo" político.

La salida más viable pasa por el llamado a consulta para un proceso constituyente, con vigilancia internacional confiable, suficiente y calificada. Reformar la constitución para corregir los entuertos de la actual, para proponer la pena capital en casos que colinden con traición a la patria, crímenes capitales, corrupción y narcotráfico. Hacer respetar nuestra soberanía, nuestra ciudadanía, nuestros recursos y nuestras leyes al costo que sea dentro del marco de la ley.

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