14° Filven 2019 capítulo Lara, la resistencia cultural con Pío Tamayo

Lunes, 24/06/2019 01:18 AM

¿El bloqueo de Trump palmariamente visto en la Biblioteca José Pío Tamayo de Barquisimeto?

Una vez concluida la 14° edición de la Feria Internacional del Libro de 2019, Capítulo Lara, cuya sede fue la Biblioteca Pública José Pío Tamayo de Barquisimeto, uno concluye que los diversos eventos allí desarrollados son indicativo claro de la incansable resistencia cultural antiimperialista del pueblo venezolano en diversas regiones del país y, por otra parte, cómo nos está afectando el bloqueo promovido por toda la oposición venezolana en el exterior y aplicado por Trump, el Grupo de Lima y algunos países de la Comunidad Económica Europea.

A Venezuela no están llegando las novedades literarias, por ejemplo, un libro que ha causado gran impacto en Argentina escrito por la ex presidenta Cristina Fernández u de otro Atilio Borón titulado algo así como Mario Vargas Llosa, el mago de la tribu ni seña, no se diga ya novelas recientemente editadas. En ese sentido, como bien ha dicho Maialcira Matute la llamada "industria editorial" y la importación de libros va a requerir que el presidente Maduro "le meta el pecho", en lo personal he pedido a colegas profesores y alumnos que viajan al exterior que me traigan libros, revistas y periódicos, pero es difícil porque cada quien anda en lo suyo, como decía una vieja canción de Olivia Newton John, sobreviviendo; hasta unos 4 o 5 años los quioscos de periódicos ofrecían tales bienes culturales que hasta fastidiaban a uno, pero ahora son una rareza, ¿no era que las sanciones eran sólo para los altos jerarcas del gobierno?

Sólo dos o tres obras recientemente editadas observamos en esta 14° Filven 2019, capítulo Lara: uno sobre la identidad del Dr. Luis Britto García que no pude comprarlo porque trajeron solo 3 ejemplares, una selección de textos de Michel Foucault, pero muy caro, sobre el Discurso de Angostura y así tal vez otro había por ahí; hubo, sí, muchas mesas de libros usados con ofertas interesantísimas por su diversidad, pero el problema fue que los precios los hicieron incomparables.

Por ejemplo, había libros entre 5 mil bolívares (ediciones El Perro y la Rana, que le dio por remarcar con nuevos precios libros de viejas ediciones), 10 mil bolívares (edición facsimilar de El Correo del Orinoco), 15, 20 mil bolívares (ensayos en puestos de libros usados), 30 mil bolívares (Textos selectos de Michel Foucault), 80 mil (una Biblia de Jerusalén).

¡Qué tiempos aquellos, entre 2004 y 2012!, cuando uno regresaba a casa con varias bolsas de libros nuevos muy baratos y otros eran obsequiados por la gestión cultural de la Revolución Bolivariana, también regalaban revistas y periódicos en tiempos del gobierno del comandante Chávez. Irrepetibles. Hoy, con esta hiperinflación que el gobierno de Maduro con sus ministros de economía que, de tan ineptos, no dan pie con bola con sus medidas de ajuste cambiario: no han podido manejar la inflación, la consecuencia es que a uno no le alcanza el esmirriado sueldo de profesor universitario para adquirir libros. ¡Qué desagracia!

Además, hay que contar del problema con el efectivo y los pagos con puntos de venta que no funcionaron; claro, unas muy interesantes obras sobre ciencia aplicada al desarrollo agrícola eran sólo de exhibición y otras sobre filosofía de histórica o pensamiento latinoamericano, un taller sobre cine y literatura y una conferencia sobre el asunto de la ideología terminaron por salvarnos las jornadas, además de tener la ocasión de compartir con amigos.

Pero, ¿cómo hacer este evento más provechoso o más "nutritivo" para las comunidades populares, más allá de los asiduos de siempre que actúan como "recolectores de la arqueología del saber" o exquisitos diletantes de la cultura bibliográfica, si cabe hablar así, coleccionistas, pues? ¿Qué no será mejor que estas ferias espectaculares sean desarrolladas sectorialmente en los barrios a través de las comunas, consejos comunales y demás organizaciones populares? Por ejemplo, con el bibliobús e impartir talleres con fines de crear nuevos lectores entre niños y jóvenes, claro sin descuidar tampoco a los adultos contemporáneos o los adultos mayores.

Así, pues, la presentación de libros en esta ocasión estuvo restringida a unos 2 o 3, (porque repetimos, el bloqueo impuesto por Trump y otros gobiernos del Grupo de Lima o de la Comunidad Económica Europea, indudablemente afecta nacionalmente la industria editorial y la circulación a través de la importación de productos culturales como libros, revistas y periódicos); por cierto, las conferencias y talleres literarios o sobre la relación entre el cine y la literatura, fueron de lo más interesante y parecieron tener en común la perspectiva postcolonial o descolonizadora.

No es poca cosa, piensa uno. Además, una vez recorrido los diversos puestos de ventas de libros o stand, uno termina rumiando algunas ideas; hilachas de ideas al menos y con algunas preocupaciones sobre la idoneidad de estas ferias, la falta de nuevos lectores. Las propuestas formuladas aquí en este texto de llevar a los barrios, comunas o comunidades, surgió de algunas conversaciones sostenidas allí; también es una forma de evitar esos tantos eventos que se superponen unos sobre otros.

Finalmente, debemos decir que Barquisimeto como ciudad musical resaltó bellamente, acompañadas además de interesantes ponencias vivenciales de las tradiciones de los sones de negros o tamunangue; también nos alegró que la Biblioteca Pública José Pío Tamayo de Barquisimeto haya sido la sede de esta 14° edición de la Filven 2019 con sus instalaciones remozadas, espacio importante para la cultura larense que lleva el egregio nombre de ese inmenso poeta de la dignidad nacional, propulsor de la transformación social revolucionaria de Venezuela

 

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