Con traidores no avanza una Revolución

Lunes, 24/06/2019 09:53 AM

Con traidores, pitiyanquis, tránsfugas, amiguismos, conversos, ponme donde "hayga", burócratas, tecnócratas, en fin todos resumidos en "ESCUALIDOS", no se avanza ni mucho menos se concreta una revolución. Como diría el Che: "… en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera)" y las malas decisiones de elegir a funcionarios, que supuestamente provienen de las filas del socialismo, está afectando a la Revolución Bolivariana. Muchos que han llegado al poder, se van "acomodando" para luego "dejar el pelero" como se dice en criollo, claro está que soterradamente van trabajando con la Central de Inteligencia Americana (CIA) para tener el camino expedito una vez que ya no logran el objetivo de minar por completo la revolución, pero retrasan los planes, desvían los recursos y obtienen beneficios del poder que les asigna la responsabilidad de ser empleados del Estado venezolano. No cumplen con la administración eficiente de los recursos que la patria le pone a sus órdenes para la atención de las necesidades del pueblo, muchos se los "embolsillán" o destinan a sus cuentas personales o las envían a los paraísos fiscales.

Uno de los grandes problemas con el cual han topado Hugo Chávez y Nicolás Maduro, es que los servicios de inteligencia no funcionan, los problemas se detectan después que ocurren y los que están cumpliendo funciones de jefes de organismos policiales ya han sido tocados por la CIA, el Mossad israelí y otros centros de inteligencia de la Unión Europea. Esto no lo puede negar nadie, porque si se ponen a sacar la lista de los conspiradores, todos han estado relacionados con Golpes de Estado y con intentos de magnicidio. Han conocido de ellos y han callado, porque para eso les paga el imperio. Hay un dicho muy cierto en estas tierras, y se pone de manifiesto cuando se pone a funcionarios, que tienen un precio, a manejar el Servicio de Inteligencia del Estado: "Zamuro cuidando carne".

El libertador en su momento, en el Manifiesto de Cartagena del 15 de diciembre de 1812, cuando hace el análisis de la caída de la Primera República, al respecto dijo: "A cada conspiración ocurre un perdón y a cada perdón sigue una conspiración", y de ello en Venezuela quedó la prueba más evidente, cuando el General José Antonio Páez, extraordinario guerrero de la gesta independentista, claudicó ante los resabiados oligarcas que medraron de la Audiencia y Cancillería Real de Caracas (Real Audiencia de Caracas), la cual defendía los intereses del imperio español durante su regencia en la Capitanía General de Venezuela. Estos burgueses tenían a su disposición todas las clases de riquezas que generaba este territorio bendito por Dios y deshonrado por quienes nacidos en estas tierras se ponían al servicio del Rey de España, que les daba las migajas de lo que producía la colonia, que eran muchas si se considera que era el pago por la sumisión y traición a la tierra en la que muchos de ellos nacieron. Migajas esas que perderían cuando Bolívar los echó y le dio un vuelco a esa situación. Luego recuperarían nuevamente sus privilegios o prerrogativas por los desgobiernos de la IV República, desde Páez hasta el año 1999, cuando llega Chávez al poder y decidió acabar con tantas inconsecuencias con la patria".

Sin embargo, 200 años después, aun quedan los oligarcas de nuevo cuño que la Revolución no ha podido reducir y hacer que todos sus recursos, que le han sido expoliados a la nación, sean puestos al servicio de los intereses de la república. Los dirigentes Escuálidos y sus cómplices han hecho mucho daño, se enriquecieron con las divisas que entraban a las arcas del Estado y luego se presentaban en quiebra para no responder por los prestamos que se les entregaban, otros se acostumbraron a que los gobiernos le dieran dinero fresco para el funcionamiento de sus empresas sin arriesgar un centavo de sus cuentas. En fin encontraron el "sueño americano" pero al costo de enterrar a un pueblo en la miseria, y sus cómplices que fungían como líderes de la política, resultaron otros ladrones que al terminar sus periodos presidenciales se iban a disfrutar de las prebendas recibidas por entregar las riquezas a los mejores postores del capitalismo, es decir a las transnacionales que invertían para mantenerlos en el poder y que luego cobraban con las obras que les eran asignadas, con los contratos por las compras internacionales y que reproducían el capital para pagar el precio de esos "representantes del pueblo".

Nicolás Maduro no las ha tenido fáciles, se le han venido encima todas la plagas y miserias que la humanidad ha podido ver desde que el imperialismo Yankee ha decidido de una vez por todas hacer valer su "Doctrina Monroe", no en valde ha ejercido presiones a todos los gobiernos latinoamericanos y sus aliados en el mundo, que hoy están entregados a la derecha internacional y al neoliberalismo salvaje. No se ruborizan a la hora de dictar medidas de bloqueos que afectan los derechos humanos, que tanto dicen defender. Derechos estos que utilizan a su conveniencia. Entienden que sin Venezuela su maquinaria industrial y guerrerista no puede consolidarse como la primera fuerza imperial en estos tiempos, en donde los desarrollos de otros países los han alcanzado y sobrepasado en algunos aspectos, necesitan el control de las riquezas de este país latinoamericano para consolidar su fuerza y no quedar a expensas de los conflictos del medio oriente, en donde por cualquier desestabilización les encarecen el petróleo y otros recursos, que tardan en llegar a su territorio y que representa un peligro para los escenarios de guerra que han dibujado en el tablero estratégico de la geopolítica, en la que quieren seguir con un liderazgo que le ha hecho mucho daño al planeta, con sus modalidades de guerras para controlar los recursos. No obstante, han ido debilitándose ante el empuje de las economías, en conjunto, de otros países, como Rusia, India, China y Sudáfrica (los RICS) que han decidido salirse del imperio del dólar, para establecer verdaderos negocios de ganar-ganar, a pesar de lo que decidan los políticos de Estados Unidos y las élites de las corporocracias.

De este grupo originario, conocido como los BRICS, cuyo acrónimo corresponde a los nombres de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, por ser las economías emergentes en el mundo, se excluye a Brasil porque ha entregado su soberanía al Fondo Monetario Internacional (FMI), al igual que Argentina, al someterse a las políticas económicas que despliega ese organismo que controla las economías del capitalismo mundial, que es lo mismo decir Estados Unidos, que trata de mantener el control con las políticas del "garrote" y "el burro y la zanahoria" y así cortar el avance del socialismo en esta parte del continente.

Venezuela podría ser un socio natural de los RICS, por tener la potencialidad para desarrollar sus industrias, sin embargo el bloqueo que ha impuesto Estados Unidos, de manera despiadada contra la patria de Bolívar y Chávez, ha ocasionado una distorsión de la economía en este país y por consiguiente no se puede saldar esa situación de la noche a la mañana, porque las mafias que dirigen la política estadounidense saben muy bien que si Venezuela despega hacia un desarrollo sostenido, arrastraría consigo a todos los demás países del continente, por la solidaridad que siempre se les ha demostrado por parte de los venezolanos y eso no le conviene al Pentágono y los demás centros de poder que verdaderamente gobiernan en Estados Unidos. El nuevo acrónimo contaría con la sigla LA (Latinoamerica), el sueño del Libertador, que aportaría todos los recursos que dispone esta parte del continente americano, quedando definido de la siguiente manera: LARICS.

Los países suramericanos y del Caribe mostraron una prosperidad entre 2007 hasta 2012, y es allí en donde Estados Unidos empieza a mover las fichas para ir acabando con los modelos políticos que se venían aplicando en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Uruguay, entre otros; y además deciden matar a Chávez y de una vez por todas desestabilizar a los países anteriormente nombrados con políticas de intervencionismo, entre ellas los golpes de Estado, los golpes parlamentarios, conocidos en inglés como Impeachment, y la intervención en los procesos eleccionarios para distorsionar la voluntad popular, como ocurrió en las elecciones de Brasil y recientemente en El Salvador. Lo que está a la vista no necesita demostración.

Tanto es el miedo a que Venezuela avance a tener su independencia tecnología, que en los convenios que se realizaban con Estados Unidos se acordaba la transferencia tecnológica, lo cual nunca ocurrió y le destinaban a la patria el triste papel de productor de materias primas.

Cuando el General Marcos Pérez Jiménez intento zafarse del imperialismo Yankee, al ir hacia el desarrollo con el propio esfuerzo de los venezolanos y de aquellos que vinieron a incorporarse a ese proceso, en la búsqueda de tener un país que no dependiera de intereses foráneos, fue sometido a presiones y lograron su derrocamiento.

A los venezolanos tristemente le han metido en la cabeza que no pueden desarrollarse y le siguen influenciando con estrategias que aplicaron en el pasado con China, diciendo que todo lo que producía era malo y hoy ese país está mostrando otra realidad que hace que Estados Unidos trate por todos los medios posibles de desestabilizarlo económicamente, lo cual no han logrado porque esa nación asiática es autosustentable. A tal grado es la manera de alienar a los pueblos que los detractores de la China Comunista hoy la alaban y dicen que van hacia el capitalismo, y la cuestión es que se mantienen dentro de sus ideales, siendo responsables con el capital que manejan para apalancar el Estado sostenible, que atiende las necesidades de su pueblo. Lo mismo que aplicaba Chávez en Venezuela antes que decidieran atacarlo por todos los flancos, igual ocurrió con Khadafy en Libia y está sucediendo en Siria.

La propuesta de Nicolás Maduro es que el país empiece a producir con estrategias autóctonas, basadas en el desarrollo endógeno y que se vaya a la transformación de las materias primas que dispone el país y el valor agregado de esos procesos sea para los pobladores de estas tierras, y no llegue a las manos de los acumuladores de capital. El Socialismo es una realidad, que no se puede dejar a aquellos que, valiéndose de la confianza que les dan, tienen entre sus planes apoderarse de las riquezas de la nación y luego irse a otros lares a darse la buena vida, tal como están muchos traidores de la patria en suelo norteamericano y en Europa, que cuando se les pregunta de donde provienen sus riquezas no pueden dar una respuesta honrada, y las evaden de cualquier forma para no entrar en los detalles que les identificaría como los pillos que han demostrado ser.

Las dificultades por las que atraviesa Venezuela son inocultables, los líderes del mundo han empezado a ver que es lo que persigue Estados Unidos al ponerse al frente de la oposición política para desestabilizar a la Revolución Bolivariana y así evitar que muestre la senda por la que han de transitar aquellos países que decidan ser libres y tener autodeterminación para enfrentar las situaciones difíciles que resultan de mantenerse independiente del imperialismo, que lo enfrente y que haga visible que otra forma de atender las necesidades del pueblo se puede lograr sin declinar sus políticas en vías del Socialismo del Siglo XXI.

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