De tan pesimista que soy, soy optimista porque los extremos se tocan y el frío quema. Fernando Vallejo.
En la volátil política venezolana, los extremos ideológicos se sitúan muy alejados del espacio social, y político del dialogo, y el consenso. En el siglo XX, Lenin utilizó la frase: los extremos se tocan, cuando se refería a las posiciones más radicales, por el hecho mismo de ser extremas, terminaban coincidiendo en agendas y propuestas. ¿Será Barbados el final de los diálogos que pondrá fin al conflicto venezolano?
Cuando se habla de la revolución bolivariana como de extrema izquierda, y de la oposición como la extrema derecha, sin detallar, lo que define a ambas posiciones políticas, no es otra cosa que su forma de gobernar cuando alcanzan el poder, si analizamos objetivamente la IVR (cuarta republica) ,y la VR (quinta republica) nos daremos cuenta que salimos en el siglo XX de un país prospero, y hoy en el siglo XXI, vivimos en una Venezuela arruinada política, social y económicamente, y ello, tras acabar con las libertades de prensa, y el equilibrio entre los poderes, y con el individuo, arrasando con el progreso hasta que implosionó el país.
Resulta paradójica la similitud en las actitudes, y comportamientos entre ambos extremos del espectro político, y como los factores de la corrupción les hacen asemejarse.
En la revolución raya en lo ridículo la exaltación y el culto a la personalidad, muy utilizado tanto en el fascismo como en el comunismo, por: Hitler, Stalin, Mao, Fidel Castro, Chávez etc.; en ambos extremos se prometió, y planteó la construcción de una sociedad perfecta que justificara todo tipo de sacrificios, corrupciones, violaciones de los derechos humanos, hasta el punto de acabar con el ciudadano, desembocando casi siempre en auténticas distopías.
Tan es así, que siempre que se quiere comparar a ambos posiciones, se suele utilizar la expresión "los extremos se tocan". Todas las dictaduras definidas así cuando controlan todos los poderes, tanto de izquierdas como de derechas, han sido aberraciones para los países que las han sufrido, y por ello, resulta igual de hiriente cualquier referencia o apelación, o comparación de las mismas, de uno u otro polo ideológico.
Respecto a las dictaduras de extrema derecha Brasil, Argentina, Chile por citar algunas, la mera cita o expresión de sus recuerdos, aunque resulta ofensiva moral y éticamente. Comparadas con las dictaduras de extrema izquierda, cuya represión es mas ideológica como la vivida en la URSS y en la Europa Oriental, y en países como Cuba con 60 años en la actualidad, donde el estalinismo queda como un niño de pecho debido a las millones de muertes que lleva en su haber, convirtiéndose en unos de los genocidios más dramáticos de la historia moderna.
La historia se repite. Pero no en Santo Domingo, ni en Noruega, sino en Barbados. Nicolás Maduro, y Juan Guaidó a través de sus representantes, más allá de si son o no un peligro, ¿coincidirán en puntos fundamentales? tanto de la política como de la economía.
Esta convergencia no es ignorada, sin duda, por el presidente Maduro, por la sencilla razón, ya que sabe quién es Guaidó, y qué busca. Pero lo inverso no es cierto. Maduro está al tanto de las propuestas de Guaidó, y es consciente en las coincidencias.
Hoy los ojos críticos del análisis político va más allá de lo superficial, pero no por eso menos real: ambos tienen las lecturas de las recientes encuestas. Maduro sólo cuenta con una a su favor, financiada con recursos públicos, y paga por las adhesiones como las de O. Schemel, dispone de un sistema, lo mantiene con recursos públicos, y su propósito es crear clientelas.
Ambos están contra la dolarización informal del país. Porque desangran el bolsillo del trabajador, y propicia que las empresas se vayan a Colombia y Brasil; porque la legitimación de capitales saquea la riqueza nacional, y aniquilan la industria venezolana.
Maduro es estatista a ultranza: está con los impuestos y el cierre de fronteras. Guaidó es un defensor del libre mercado. Por eso se propone revertir todas las reformas "socialistas", incluida la educativa.
Ambos desacatan la ley: Maduro se ha manifestado a favor de utilizar la tortura con los presos políticos caso capitán Rafael Acosta, a pesar de los tratados internacionales suscritos por Venezuela; Guaidó defiende el linchamiento como una defensa legitima ante los colectivos bolivarianos, y su presencia el 30A en el distribuidor Altamira. Ambos utilizan un verbo encendido. Maduro está contra el imperialismo yanqui de Washington; Guaidó ha mandado al zipote las instituciones bolivarianas, y ha cuestionado al TSJ, y CNE.
Maduro, por oportunidad, está contra la economía libre, y por sancionar a las empresas que incumplen con el precio justo; Guaidó, por convicción, es conservador en temas de economía, moral y religión. Se presume que ambos detestan los matrimonios del mismo sexo.
Los dos son aislacionistas: Maduro está contra USA, pero quiere acercar Rusia a Venezuela; Guaidó cree en una política exterior a la defensiva, orientada a fortalecer el desarrollo nacional.
Los dos sueñan con regresar a la época de oro de la gran Venezuela de CAP I: el lema de Maduro: "Venezuela país potencia", lo sintetiza en una frase. Guaidó delira con instaurar el "sueño americano", para que el Estado no sea el propietario de todo tipo de empresas, desde pdvsa hasta las rutas de las empanadas.
Los dos incitan y canalizan la abstención electoral. De ahí que su coincidencia sea un asunto temperamental, y de cálculo político.
Estos dos personajes son mentirosos contumaces. Maduro ha utilizado cifras falsas de empleo y crecimiento para populizar a su gobierno. Guaidó ha escrito verdaderas novelas con pruebas falsas a través de las redes sociales para denunciar internacionalmente al gobierno de Maduro.
Guaidó sabe que lo mejor que le podría pasar a este dialogo en Barbados sería que Nicolás Maduro aceptara medirse electoralmente dentro de unos meses, donde ganará Venezuela. El modelo socialista de comercio colapsaría definitivamente, y se impondría por la fuerza de los hechos un progresivo giro socioeconómico de 180 grados en Venezuela, y en América Latina.
Por cierto, ¿alguien ha escuchado o leído alguna declaración de Guaidó en contra de Maduro, por este nuevo dialogo en Barbados? La respuesta es No. Ya que existe una expresión de solidaridad del pueblo venezolano con Michel Bachelet, por su informe. Maduro ‘ignora’ todo lo del informe. Pero Guaidó sí está enterado, y sabe que en boca cerrada no entran moscas.