Desdichado favor le hacen los padres a sus descendientes, incluyéndolos en el odio político. Un residente de planta baja, apartamentos de un sector donde sus habitantes son trabajadores, profesionales universitarios y empleados, urbanismo que no es clase media alta sino intermedia, alarmado, me contó que una niña de siete años al pasar frente a la ventana correspondiente al salón comedor de su vivienda, iba haciendo un comentario político a otra jovencita, compañerita de escuela.
"Mi papá dice que Maduro quiere matar a Juan Guaidó, pero que si lo hace viene la OEA y mata a Maduro, yo amo a Guaidó y odio a Maduro". El compatriota vecino se dio cuenta que la voz infantil corresponde a la hija de un opositor furibundo, quien refleja amargura y en su transcurrir diario intenta hablar de política todo el tiempo, culpando de lo habido y por haber al gobierno comunista de Chávez y Maduro, algo que obviamente influye en la conducta de su amada hija, que repite el resquemor paterno o materno.
Usted puede conocer casos peores sucedidos en familias donde la polémica y la polarización descuidan la paz vital entre vecinos y familiares, a fin de no arreciar el odio que perjudica hijos, nietos, ahijados, etc. El tercer domingo de cada Julio es Día del Niño, una de esas fechas surgidas para acicatear por TV y otros medios, a cumplir con regalos que muchas veces la familia no puede adquirir, por razones económicas agudizadas con la siembra de dificultades, agigantadas mediante propósitos políticos, o el oportunismo de explotadores politiqueros.
De corazón, en nombre de la infancia y la paz, el llamado en nombre del Día del Niño, es a no involucrar a los infantes confundiendo su vida con expresiones de desprecio al adversario. La POLITICA con mayúsculas es otra cosa, no puede ser que sigamos el peligro de hacerlos fichas de la vidiotignorancia, que por desinformación ostentan con desparpajo perjudicándoles la vida, a menores de edad arrastrados por manifestaciones terroristas.
Numerosos jóvenes detenidos y entregados luego a sus representantes, incurren en violaciones a la ley fanatizados a través de una perniciosa cobertura, hecha en Venezuela cual apoyo indirecto o directo, a la violencia homicida guarimbera, escudada entre bendiciones de curas fascistas a manifestantes en el este de Caracas y otras ciudades, en urbanizaciones de los estratos de mayores recursos. Dejan mal ejemplo a sus hermanos, en especial niños que no alcanzan a comprender la actitud. Complicaron su existencia al cometer asesinatos, quemar ciudadanos y propiedades violando la Ley, así pretendan presentarlos como "presos políticos".