Carlos Pollicer Cámara: el mexicano que repudió a Juan Vicente Gómez

Lunes, 29/07/2019 01:57 PM

Primera etapa:

El pasado sábado, 27 de julio, mi hija Melitza, nos invitó a mi esposa Celina y a quien escribe, para dar una vuelta al centro histórico de Villahermosa, con el objetivo de visitar el Museo Carlos Pellicer Cámara.

Shaolin Carmona y Julio de la Cruz, nos habían hablado maravillas no tanto del museo como del personaje a quien se le debe su nombre. "Visiten esta obra maravillosa, que recoge un pedazo de la vida de Pellicer. En sus correrías por el mundo, estuvo en Venezuela…".

En efecto, minutos después de haber salido de la Colonia Centro de Mina, nos encontrábamos en la casa marcada con número 203, de la calle Narciso Báez. En la entrada de la Casa-Museo, nos recibió, con una sonrisa dibujada en su rostro, una señora con unos 60 años sobre sus espaldas. "Pásele, pásele", nos dijo.

Entramos, sigilosos, al interior de la casona. Allí se respiraba la esencia de la historia cierta de un hombre singular que fue, entre otras cosas: poeta, escritor, museógrafo, y, como si fuera poco, político, y como tal fue senador por Tabasco.

Fuimos directamente a una pantalla que sirve de punto de información sobre la vida de Pellicer… Videos, audios y reseñas, para el deleite del visitante. En el resto del entorno hay réplicas de una escalera, de un cuarto dormitorio, con su cama tendida, bustos, en mármol ,y fotografías, entre otras cosas, ligadas al poeta.

Carlos Pellicer Cámara, nació en la ciudad de San Juan Bautista, hoy Villahermosa, Tabasco, el 16 de enero, de 1897. Fue senador por Tabasco hasta que lo sorprendió

la muerte, el 16 de febrero de 1977.

Siendo joven, estudiante y representante de la Federación de Estudiantes, viajó para representar a México en un evento estudiantil celebrado en Venezuela. El joven estudiante mexicano se escandalizó al informarse de las atrocidades del régimen dictatorial de Juan Vicente Gómez, cometidas contra el pueblo venezolano.

Cuando regresó a su país, tuvo que redactar un informe para la Federación de Estudiantes de su actividad en Venezuela. Sus palabras fueron airadas en contra de Gómez y su gobierno déspota y criminal. El informe provocó revuelo no sólo en el seno de los estudiantes, sino también en las autoridades. Eso le valió al joven Pellicer su bautizó en las lides políticas de cortinternacional.

Carlos Pellicer Cámara, se caracterizó por ser un hombresensible al sufrimiento de los de abajo, y no tardó en asumir al socialismo como forma de lograr la igualdad entre los seres humanos. De tal forma que su actividad subversiva en contra de la hegemonía imperante, no solo en su país, sino en toda Latinoamérica, lo llevó, en repetidas ocasiones, a la cárcel. "He sido político, desde muy joven y sensible a los problemas que

enfrenta la mayoría de nuestros pueblos", declaró años después al periodista Elías Chávez.

Por cierto, Pellicer escribió un ensayo biográfico sobre Simón Bolívar. Fue además, maestro del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, popularmente conocido como AMLO… "Fue una relación espléndida, creo que tuvo mucho que ver con mi formación profesional y política. Yo terminé mi carrera, y como pasante en la universidad, lo acompañé en su campaña como candidato a senador por Tabasco",

declaró al periodista Elías Chávez.

Para el final, les reserve un regalo: el primer poema que se hizo público de Pellicer… Capten su belleza: (A pesar de contar solo 15 años de edad, en 1910, cuando

lo escribió… Fue publicado en 1914).

GRECIA

Ella es la fiesta de las líneas

y de las rosas soñadoras

y las diademas apolíneas

entre la flor de las auroras.

Tropa de dioses pescadores…

Píndaro canta

dicta Aspacia.

y un atropello en los suspiros de la magia…

solemnidad de columnata.

y en las mandíbulas de plat

del trípode, alza sus esfuerzos

la lividez de los aromas

como una ráfaga de versos

en un encanto de palomas.

México, 1914.

Nota: antes de abandonar la acogedora Casa-Museo, escribí un mensaje en el libro de visitantes. Palabras más, palabras menos dije: "Doy gracias a Dios, por haberme permitido visitar este santuario, donde aún se percibe lo sensible de un hombre, que se preocupó por la gente, no solo por su pueblo, sino por Latinoámerica, y el mundo.

Y agregué: recomiendo a las autoridades que les competa, que sería maravilloso contar con un folleto escrito, especialmente para que los visitantes, se lleven un inolvidable recuerdo, de un hombre de la talla de Carlos Pellicer Cámara… Sin embargo, yo,

como ser humano, y como periodista venezolano, me traje en mi corazón el olor de "las rosas soñadoras y de las diademas apolíneas…".

Cuando abandonamos la casa marcada con el número 203, y, al salir a la calle, miré hacia lo que pudo ser una colina en el pasado, y allí, cerca de la Casa-Museo, estaba el busto de

Nuestro Libertador Simón Bolívar, bañado en gloria, y como vigilando el sueño eterno de Pollicer.

Segunda etapa:

De la Casa-Museo, salimos al otro mundo. El mundo de la realidad, atrás dejamos los sueños… El calor lo sentíamos hasta en los huesos, y la garganta reseca, pedía a grito una cerveza bien fría. Para cumplir nuestros deseos estaba, muy cerca, de la casa marcada con el número 203, pasamos a otra casa, se trató de "Antigua Café". Fuimos bien recibidos. Nos ubicaron en una mesita casi al aire libre, y al frente nos colocaron un ventilador.

Era, o es, un sitio acogedor, muy bonito, y mejor atendido por personas amables y sonrientes.

Por la hora, pensaron que íbamos en son de comer, por eso nos pusieron sobre la mesa "la carta del día". "No, muchas gracias, todavía no vamos a comer. Por favor, nos puede traer tres cervezas", dijo mi hija Meli, al afable servidor… A los pocos minutos estábamos saboreando una cerveza "Modelo", un poco fuerte, pero divina para quienes estábamos abrumados por el calor. No tardé en vaciar la jarra. Y pedí otra. Tras de mi decisión, vino la de Meli: "tráigame otra, para las dos". Meli accionó su celular,

y colgó en Facebook, la "hazaña". Luego del reposo, seguimos en nuestro recorrido.

Como por arte de magia aterrizamos, con ganas, en la Casa de los Azulejos. Cuya construcción con azulejos catalanes, generó el nombre con el cual se conoce, hoy día: La Casa de los Azulejos. Mi esposa y Meli, pagaron la entrada… Yo prefería quedarme afuera,

sentado en un banco, viendo la gente pasar de un lado a otro. Mientras tanto, ellas apreciaron la riqueza que guarda en sus entrañas la Casa: muebles, cañones, faroles, cuadros, etcétera… Todo de la época pasada. Salieron maravilladas, del cuido y de lo impecable de todo el ambiente.

Fue entonces, cuando abordamos la camioneta, y fuimos a parar a la Zona CICOM (Centro de Investigaciones de la Cultura Olmeca y Maya)… Allí aterrizamos. Yo, por

mi parte, salí del carro como alma que lleva el Diablo, y ¡zas!, me metí en la librería "Fondo de Cultura Económica". Requería mil ojos para atrapar todos los títulos de la

variedad de libros… Después de saciar mis ojos, consulté con Meli, en el sentido de si podía obsequiarme unos "libritos". Se los mostré, y me dijo: "Sí, papá". En verdad, son libritos de bolsillo, bien presentados en sus portadas y bien impreso su contenido, y lo más importante: respaldados por la propia librería.

Fue así como me embolsale los siguientes títulos: Horacio Quiroga (Cartas de cazador), Inca Garcilaso de la Vega(Riquezas del Perú), Don Quijote de la Mancha, Muerte de Pedro Alvarado (Adrián Recinos), José Martí (Diario de guerra) y Miguel de Unamuno (Don Quijote y Bolívar, y otros ensayos). Como es lógico pensar, no tardaré en volver a ese nido del del saber. El precio de los libritos: ocho pesitos, cada uno. ¿Qué les parece? Amo a los libros, más que a mi vida.

En las adyacencias de la librería pudimos apreciar estantes de artesanía mexicana. Uno de esos estantes exhibía trabajos, magníficamente acabados, bajo la mano creadora

de las personas privados de libertad, como cartera para damas, adornos, servilleteros, jarrones, floreros, entre otros... Con el cansancio que se me salía por los poros, emprendimosel regreso al punto de partida: Mina… Fue el final de una crónica anunciada, como pidiera titularla Gabriel García Márquez, si estuviera vivo.

Villahermosa, México, 28 de julio del 2019.

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