"Al inicio de la revolución hubo grandes estrategas, que eran jóvenes de 20 o 22 años, que en muchos casos nunca habían ido a la escuela y que, tras el triunfo de la revolución, ya no servían para nada y terminaron en el alcoholismo o el suicidio... fueron los primeros derrotados de la revolución". Fin de la cita. Sergio Ramírez.
La muerte de Hugo Chávez en el 2013, sepultó el entusiasmo efímero que suscitó la revolución bolivariana en 1999, y su descalabro continuo y acelerado hoy en el 2019.
No había visto a lo largo de mi vida la tragedia de una nación 1999-2019, y hoy lo vivo conmovido. Es una tragedia serena, muy bien escrita, exaltante en su principio y bastante triste en 2019. Cuenta la historia de la revolución bolivariana que puso fin en 1999 a la supuesta: "horrible IV Republica" en Venezuela, y que era una de las democracias más corruptas de la historia de América Latina, y en la que Hugo Chávez tuvo un papel importante como conspirador y golpista y, luego en el Gobierno que presidió por 13 años.
A esta fecha han sido muchos años de lucha, muy difíciles, de sacrificios y porque no decir de heroísmo por sobrevivir a la hiperinflación, en los que miles de venezolanos han perdido la vida y la libertad, padecidos torturas, exilio, largos años de cárcel, enfrentándose a una Guardia Nacional Bolivariana, y un FAES de la Policía Nacional Bolivariana cuyo salvajismo no tiene límites informe Bachelet dixit. Las victimas son, sobre todo al principio de esta tragedia, personas humildes, los pobres entre los más pobres, pero luego han ido cayendo gente de la clase media y, profesionales, empresarios, agricultores, junto a sus hijos (caso Winston Cabas), quien movidos por un idealismo generoso de oportunidades y calidad de vida, quienes bajo la idea de que con la llegada de la revolución bolivariana, comenzaría un período de justicia, libertad y progreso para el pueblo de Simón Bolívar y Antonio José de Sucre. Muchos venezolanos hoy enfermos esperando las muertes lentas pero seguras por la falta de recursos causadas por la hiperinflación, y en el exilio participaron como activistas en la vanguardia de esta revolución, así como los católicos venezolanos, el país donde el catolicismo está muy sembrado en América Latina. Fue muy admirable la forma en que las distintas corrientes que conformaron esta disímil alianza de comunistas, socialistas, demócratas, liberales, estalinistas, maoístas, que respaldaron la revolución bolivariana en un principio, antes de que comenzaran las inevitables deserciones por este desastre económico.
Las páginas digitales de www.aporrea.org evocaron el entusiasmo y la alegría con que vivieron la inmensa mayoría de venezolanos los primeros tiempos de la revolución las campañas de alfabetización de la misiones, la conversión de instalaciones militares en escuelas y universidades, la distribución de las tierras, fábricas, y fincas expropiadas a los empresarios a los sectores de menores ingresos fueron momentos emocionantes, el inicio de lo que parecía ser la gran transformación de Venezuela en un país de progreso, libre, democrático y moderno.
Pero la alegría duró poco y todo se desvaneció ya que no ocurrió así y muchos dirigentes y ex ministros responsabilizan del fracaso de la revolución bolivariana a "la injerencia cubana". Da la ligera impresión de que la cubanización ha sido mas un efecto que una causa, por el descontento que ha cundido en un sector amplio de la sociedad venezolana con la política equivocada del gobierno destinada a convertir al país en una sociedad estatizada y colectivista, con las expropiaciones masivas y la creación de comunas campesinas al peor estilo soviético, y las emisiones inorgánicas de dinero que en vez de impulsar ha arruinado la economía nacional y desatado una inflación galopante, que, como siempre, golpea a los más pobres.
El despelote y el caos, y la corrupción que todo esto ha originado, en la llamada ‘raspa la olla’, donde el mas miserable reparto entre la gente del poder de los bienes y dineros públicos, cuyos capitales hoy son rastreados por la justicia internacional en Bancos como el de Andorra. Esto tenía que desencantar y empujar hacia la oposición a muchos venezolanos que odiaban a la corrupción cuarto republicana pero no querían que Venezuela se convierta en una segunda Cuba.
Cuando escribo este articulo con una creciente tristeza, cuando se percibe el progresivo descalabro de la revolución, las divisiones entre los chavistas, y la lenta pero segura ascensión del estalinismo totalitario al vértice de un poder del que sólo han gozado un puñado de sátrapas en la historia. Venezuela tierra de grandes poetas y excelentes escritores, lideres de la revolución bolivariana, se han ido convirtiendo en unos Stalin modernos, es decir, en unos dictadorzuelos corrompidos y manipuladores, traicionando todos los principios y aliándose con todos sus enemigos de la corrupción que en el ayer decían combatir, han conseguido gozar de un poder absoluto a lo largo de estos veinte años, al reelegirse en unas elecciones de circo, y, manteniéndose en el poder por la fuerza de un poder militar minusválido.
Para descifrar esta penosa historia hay que entender el ‘adiós camaradas’, y leer la especificidad de la izquierda cristiana para entender el estallido del populismo revolucionario, "Una fábrica de espejismos", donde está sintetizada, con trazos maestros de realismo mágico, el fracaso histórico de este inviable proyecto totalitario comunista. Por lo pronto, la revolución ha experimentado una oportuna conversión al neoliberalismo, y ahora comulga devotamente de la mano del empresariado especulador, junto al árabe y chino importador, sus antiguos enemigos mortales y ahora aliados acérrimos que le han dado la bendición a la Venezuela potencia, socialista y solidaria. También se ha hecho pacto con empresarios especuladores como los Farmatodo, y los nacientes Markets, con la condición de no opinar de política, hoy estos vampiros hacen muy buenos negocios con el gobierno a través del dólar paralelo. Pero, quizás, lo más sorprendente sea que, en la variopinta alianza que han conseguido armar para mantenerse en el poder la nomenklatura, esta su alianza también con los brujos, santeros, curanderos, hechiceros traídos de Cuba.
El despelote y el caos también abarca a los fantásticos proyectos con que el Gobierno del: "leales siempre, traidores nunca" del ya celebérrimo dúo, émula del "sueño americano", alimentando las ilusiones de los venezolanos que no huyen, como el famoso Gran Arco Minero, que iba a competir con la Faja Petrolífera del Orinoco financiada por Rusia y China Con pdvsa ya quebrada y olvidada, y una planta de productos farmacéuticos maneja por el árabe de farmaahorro preso en República Dominicana por producir nada menos que medicamentos adulterados. La lista de ficciones así es de larga y parece salida de Macondo. Todas estas cosas las cuento sin alterarme, con objetividad, aunque detrás de la moderación y elegancia con que escribo, ante mi hondo desgarramiento.
El mío cuando el pasado viernes 26 de julio en la ciudad de Caracas mi oncólogo tratante me encendió las alarmas, cuando al ver mis exámenes me ordenó unos nuevos y cirugía ante la reaparición de la enfermedad que había superado hace 8 años, que aquella vez pude costear pero hoy no, por tener un costo de unos 10.000 $. Mi caso debe ser también el de muchos venezolanos que como yo, dedicaron los mejores años de su vida, su tiempo y sus sueños, a luchar por una ilusión histórica que vivió una efímera realidad, y se fue luego deshaciendo, y transformando en una grotesca caricatura.