Una idea puede derrotar al imperio, el imperio no puede derrotar a una idea

Viernes, 02/08/2019 07:29 AM

La idea es la guía y motora de las acciones humanas. Una lectura dogmática de los clásicos, una cultura de manual, ha distorsionado la teoría y colocado los bueyes tras la carreta, a la idea tras lo material. Mucho daño hace este error, priva al humano de su principal arma: el pensamiento, la reflexión, la imaginación.

Una revolución es, sobre todo, un movimiento de las ideas, la masa hace suya una idea transmitida por una vanguardia, se eleva hacia el futuro prefigurado por la idea; en palabras de un clásico, la hace fuerza material, en ese momento la revolución es invencible, puede cambiar al mundo, derrotar a los imperios. Ahora bien, sin ideas, sin nutrir a la masa con ideas, cuando todo gira alrededor de la compensación material, sea grande o pequeña, no se consigue derrotar ni a una hormiga. El ejército de Bolívar cruzó Los Andes imbuido, impulsado, por una idea.

En algún momento se pensó, aún se piensa, que modificando las condiciones materiales vendría un cambio en las ideas, surgirían las ideas que produjeron el cambio de las condiciones materiales. Ese error es culpable de la caída de muchas revoluciones y muchos intentos de construcción revolucionaria. Ya decía Fidel: "Crear riqueza con la conciencia y no crear conciencia con la riqueza". Es decir que lo material surja de las ideas, no las ideas de lo material.

Todavía existe el que piensa que el problema de una sociedad es lo material. Todavía existen insensatos que piensan que el problema de Venezuela es material y se resuelve en lo material, se equivocan. Las dificultades materiales han surgido por la carencia de ideas, ya sabemos que este gobierno es huérfano de pensamiento, la reflexión le produce alergia, lo más lejos que llega es al chisme barato, televisado. El problema de este país es la carencia de ideas.

La oposición oficial, guaidó y compañía, no tienen ideas propias, son convictos y confesos agentes de los gringos, no lo ocultan, lo proclaman sin ninguna vergüenza. Allí no hay nada positivo que pueda emocionar a las masas, sólo el odio, y esperar la llegada de las fuerzas extranjeras a ponerlos de guachimanes. El gobierno, ya lo dijimos, no tiene ideas, el madurismo no ha producido ni una página partida por la mitad, prometieron un libro con Ramonet y perdieron esos reales. Queda el Chavismo, idea huérfana de vanguardia que la acoja, la asuma.

La idea chavista está resumida en el discurso de Chávez presentando el Plan de la Patria en el cne. No obstante, va mucho más allá, es la idea de Cristo del "amaos los unos a los otros", es la idea de Bolívar decretando la libertad de los esclavos y aborreciendo esa práctica, es la idea de Martí del "quiero con los pobres mi suerte echar", es la idea de Fidel: "el deber de los revolucionarios es hacer la revolución". En resumen, es la continuidad de lo mejor de lo más humano del pensamiento de la humanidad. Y en estos momentos finales del Armagedón, de la lucha milenaria del bien sobre el mal, cuando la causa noble de la humanidad no tiene representantes, cuando una nube de desencanto cubre el planeta, en estos momentos es de vida o muerte que estas ideas se encarnen en una vanguardia, en las masas y pasen a la acción.

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