"El pueblo pasa hambre porque sus superiores consumen en exceso sobre lo que recaudan." .LAO TSÉ.
La carencia de políticas para superar esta grave crisis económica obliga a miles de venezolanos a jugarse la vida al huir del país.
La emigración es uno de los negocios más rentables en la Venezuela del caos. La indiferencia, la incapacidad o la abierta indolencia del gobierno han convertido al país petrolero, transcurridos los últimos 7 años de revolución, en una nación que no puede ofrecer a sus habitantes las oportunidades necesarias para vivir con un mínimo de dignidad.
Esta circunstancia hace que poblaciones enteras, particularmente de los sectores pobres, busquen en el exterior mejor fuentes de trabajo. Y, ante las dificultades casi insalvables de obtener un puesto de trabajo bien remunerado, literalmente, deciden jugarse la vida en manos de traficantes, quienes, por una cantidad de dólares, ofrecen a los mas jóvenes llevarlos, hacia cualquier país de América, Europa, USA etc. donde y que tienen contactos que les proporcionarán el ansiado trabajo.
El hambre y la necesidad aprietan en Venezuela, y no se ve la luz al final del túnel. Muchos han vendido sus propiedades para iniciar una aventura que, en la mayoría de los casos, termina en el fracaso cuando no con la muerte por el hambre y falta de asistencia medica, muchos han quedado abandonados a su suerte. En el caso de las mujeres, sufren toda clase de vejaciones, que van desde violaciones hasta su incorporación en prostíbulos.
Muchos cuando regresan a Venezuela derrotados vuelven humillados y con deudas impagables. Un drama humano que encuentra poca respuesta en los medios de comunicación y ninguno a nivel gubernamental.
No hay estadísticas exactas de esta tragedia. La naturaleza clandestina de la huida de personas del país favorece esas tinieblas. Se estiman, eso sí, que entre 40 y 50 mil personas que diariamente aspiran salir del país. Nada más acercarse a Guiria, San Antonio del Táchira, Zulia, las costas de Falcón, Santa Elena de Uaíren etc. Los venezolanos que huyen antes de abordar el tren de la muerte, cuando empieza su calvario. Los testimonios de abusos cometidos por la GNB y PNB son estremecedores.
Pero muchos logran conseguir trabajo. La mayoría de ellos, al margen de las leyes migratorias de esos países donde viven en condiciones infrahumanas, en pensiones de mala muerte o hacinados en casas alquiladas y realizando los trabajos que nadie quiere hacer, en jornadas de más de 12 horas diarias. Pero esa economía de subsistencia les permite enviar dinero a sus familias, hasta el punto de que las remesas se han convertido en una de las fuentes de ingreso en el país.
La crisis económica que se vive en Venezuela, junto al endurecimiento de la política migratoria de muchos de esos países elegidos por los venezolanos, deja entrever negros nubarrones en su futuro.
A pesar de toda esta tragedia, el Estado venezolano se ha mostrado incapaz de establecer una política de protección a los trabajadores que no han huido del país. No existe una materia de protección de los derechos humanos de los que se quedan aguantando la pela.
Venezuela no tiene una política que contenga la emigración, el silencio oficial con respecto a los riesgos de emprender la huida del país en determinadas épocas del año, extremo que permite que muchos mueran ahogados en el mar al intentar salir del país, el reciente caso de Guiria vía Trinidad.
También se la suma la desidia que los consulados venezolanos en diferentes países no ofrezcan ningún apoyo a los connacionales y el abandono total en que se encuentran muchos de ellos. La falta de información llega hasta tal extremo que incide en casos dramáticos.
El informe Bachelet ojalá sea lo suficientemente explícito para despertar la conciencia internacional. Necesitamos que se haga pública la grave realidad por la que este sector de la población venezolana en el exilio voluntario por causas económicas atraviesa, es necesario sensibilizar a nuestras autoridades en la urgencia de la puesta en práctica de una política integral de protección a los trabajadores venezolanos sobrevivientes a la hiperinflación para contener la huida del país que los vio nacer. Percasita11@yahoo.es