Es el imperio más descarado, más salvaje, más cruel y asesino que en la historia del mundo ha existido: ¡el imperialismo norteamericano!. Hugo Chávez
Venezuela siempre ha sido un manjar socio-económico apetecido por el imperio norteamericano y por otras potencias extranjeras. Nuestras inmensas riquezas, conocidas por todo el mundo es lo que realmente ha generado esas apetencias Antes ocultadas, pues éramos fácilmente dominados por las empresas transnacionales petroleras y estamos ocupados por otras de carácter comercial, financiero y de servicios en todos los ámbitos.
Esa ha sido nuestra historia desde que llegó la Modernidad-Colonialidad como ha expuesto el prof. Dafnis Domínguez: "A partir de 1492 comienza el despliegue de una nueva Edad de la Historia, de un nuevo Sistema. Esta vez «mundial» y no «regional» como los anteriores. Por primera vez irrumpe en la historia un «sistema-mundo». Esta nueva Edad, este nuevo Período o Sistema de la Historia lo hemos nombrado «Modernidad-Colonialidad»". Precisamente, este Sistema impuso la relación Centro-Periferia como una de sus categorías. Así como anteriormente tuvimos que luchar contra el imperio español que nos sojuzgó, dominó, saqueó, robó y/o depredó nuestras riquezas y nuestros seres humanos, hasta logra nuestros procesos de independencia, luego, desde los inicios del siglo XX, hemos tenido que ser dominados y enfrentar el imperio norteamericano.
Era muy fácil para ese imperio tenernos dominados por la fuerza, por la cultura, por la ideología y por los mecanismos de dominación desarrollados a través de décadas y décadas también de depredación de nuestros recursos energéticos, minerales y ambientales en general. Pero la historia de lucha de nuestros pueblos, la resistencia que encabezaron en su momento naciones como México, Guatemala, Brasil, Nicaragua, Cuba, Chile, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Argentina y Venezuela, entre otras se ha manifestado también de diversas formas.
Esos procesos de resistencia y rebeldía han sido cruentamente repelidos por el imperialismo y las burguesías locales. La digna Cuba, a pesar de todos los intentos que ha hecho el imperio contra su proceso, uno de los cuales es el bloque económico desde octubre de 1960, mantiene aún su proceso revolucionario. Ahora le corresponde al bravo pueblo venezolano enfrentar el asedio permanente que desde que Hugo Chávez llegó al gobierno en 1998 sobre la base del apoyo popular que sorprendió a los poderes fácticos nacionales e internacionales.
Efectivamente, el proceso bolivariano ha sufrido embates de diversas formas, cada vez más agresiva, pero recordamos el golpe de estado de 2002, las huelgas petroleras, empresariales y de diversos gremios oposicionistas, los procesos electorales convertidos en batallas políticas, las guarimbas terroristas, los intentos de magnicidio y los que se concretaron, las campañas mediáticas nacionales e internacionales, los saboteos, la guerra multifactorial que va más allá de lo económico, y todo un arsenal de mecanismos para tratar de derrocar al gobierno y su soporte fundamental, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Ahora, una vez fallecido el Comandante Hugo Chávez todos esos artilugios han arreciado en intensidad, continuidad y vertiginosidad, para no dar descanso al pueblo y a la dirigencia revolucionaria. Ahora los embates se apoyan en órdenes ejecutivas imperiales, primero la de Barak Obama y actualmente las de Donald Trump.
Esta última orden ejecutiva decretada por el criminal (supremacista, fascista, racista y xenófobo) de Donald Trump que se acaba de aprobar y publicar es una de tantas que continuarán tratando de asfixiar la Revolución Bolivariana. Ante ello debemos aferrarnos al legado y el ejemplo del Comandante Hugo Chávez y la historia de lucha de nuestros pueblos para enfrentar con valentía, dignidad y arrojo sin ningún tipo de dudas las terribles consecuencias que ello tendrá sobre nuestra Patria, nuestro pueblo, nuestra sociedad.
Decía Chávez y en eso lo acompañamos: "Contra la Conciencia y contra la voluntad, y contra la fortaleza y la unidad de un pueblo no hay imperialismo que pueda….Es absolutamente posible, además de necesario, echar abajo la hegemonía política, económica, cultural y militar que el imperio yanqui pretende imponer al mundo".
Venezuela no está sola en este nuevo trance. Tiene un pueblo cada vez más consciente de la significación de nuestro proceso de transformaciones hacia una sociedad más justa, equitativa y solidaria, pero cuenta también con un nuevo escenario internacional donde la multipolaridad y lo multicéntrico que se ha venido generando impedirán que los deseos de esa derecha enfermiza, cruel e insensible tenga éxitos en sus perversas intenciones.
¡¡NO PODRÁN DOBLEGARNOS!!.