"Se asocia comúnmente el término ‘gajes del oficio’ con algún accidente de tipo laboral, perjuicio o inconveniente causado por el desempeño de cualquier empleo. El origen de dicho vocablo lo encontramos en la remuneración complementaria al sueldo que recibían aquellos que trabajaban en la corte bajo las órdenes de un soberano y que era conocida como ‘gaje’. Por lo tanto, el gaje del oficio era una remuneración extra por estar al servicio de la Casa Real la cual compensaba cualquier contratiempo o eventualidad en el desempeño del trabajo. No hace falta señalar que dichos soberanos solían ser bastante caprichosos en cuanto a sus peticiones a la hora de ser atendidos por sus sirvientes, o los propios soldados que lo custodiaban, por lo que en más de una ocasión las personas que estaban bajo sus órdenes estaban obligados a realizar tareas que estaban fuera de sus competencias pero que se llevaban a cabo debido a que percibían los correspondientes estipendios (gajes), de ahí que surgiese el término ‘gajes del oficio’ para describir ese tipo de situaciones en la que se experimentan perjuicios debido al trabajo y, por lo tanto, cualquiera de esos problemas deberían quedar compensados gracias al salario extra que se percibía". Fin de la cita. Alfredo Lopez.20 minutos.
Auditórium, mi columna en aporrea. La cual utilizo en este portal digital libre donde mucha de las veces tengo la oportunidad y responsabilidad de hacer pública mi opinión personal, la cual se ha convertido en una versión contraria, a la de los aduladores en nomina, y adhonorem del Palacio de Miraflores. Donde llega gente de todo tipo para pedir, jalar, chismear o cambiarse de camisas según sus criterios, opiniones, o creencias, y filiaciones revolucionarias, fobias, complejos, compromisos o intereses estalinistas.
Todos los días en Venezuela con esta hiperinflación se nos presentan momentos en donde tenemos la oportunidad de tomar decisiones, asumirlas y aprender, y la columna de la semana pasada (www.aporrea.org/actualidad/a281024.html ) me dejó una grandísima lección que hoy las quiero hacer publica. Primero, que hay todo tipo de especímenes de uña en el rabo en la viña del Señor, y que el aprendizaje también se da en los mas mínimos detalles.
Hay momentos en donde los "tips" del momento te nublan la visión, y por no perder de vista el objetivo principal terminas en ocasiones descuidando detalles estúpidos dando paso a idioteces interpretativas de los Gajes del oficio. El antídoto para esto es identificar la estupidez, y entromparla inmediatamente, aclararando con finura y delicadeza, y esperar la respuesta de los aduladores de oficio de la revolución. La verdadera canallada, y el rastreismo de las personas cínicas salen a relucir en este tipo de situaciones. El artículo de marras arriba mencionado que e hice publico sobre mi estado de salud en esta terrible crisis económica, da cuenta que hay muchísima gente que no solamente defiende la libertad de expresión, sino que la celebra contigo, y te animan a seguir adelante, como me lo demostró la cantidad de correos recibidos de que la sinceridad es un valor poco reconocido por este gobierno.
Vivimos en una Venezuela del siglo XXI donde la simulación y la hipocresía, disfrazados de: "hay que ser leales traidores nunca", con esa frase hueca intentan seducirnos para hincarnos en la prisión de la censura, el silencio, la tibieza y el sentimentalismo. Me puse a investigar sobre las causas de la terrible crisis económica de mi país, y que impide en mi caso económicamente solventar mi estado de salud, lo cual lo manifiesto con la sinceridad que me caracteriza, y donde me he topado con un montón de opiniones serias y recomendaciones. Donde se me acota que el estilo de mi columna es de crítica constructiva. Escribo es para promover la sinceridad en la población, y en la dirigencia política tanto de la oposición como del gobierno, con los amigos. No mintiendo, acostumbro a decir la verdad aunque muchos boten piedras. Acepto la critica y las opiniones a favor o en contra tal y como vengan.
Con esto evito simulaciones acomodaticias. Investigo y me asesoro en los temas difíciles. Nunca me quedo callado ante la agresión o descalificación.
Ante la opinión pública nacional e internacional toco los temas más álgidos sin superficialidades ni relativismo. Los chismes a veces son divertidos, pero trato en lo posible de evitarlos cada vez que puedo. Reconozco siempre mis errores. Las redes sociales la mayoría de las veces las pasó por bola, ya que unas son con intención de dañar y otros por idiotez. Ante cualquier error, rectifico y actúo rápido. No culpo a otros por mis errores, los asumo y sigo adelante. Mi crítica siempre es objetiva, e implacable cuando lo amerita, pero objetiva como de costumbre. Siempre trato de involucrarme en la solución de los problemas sin caer en adulaciones hipócritas. Valoro la sinceridad por encima de los errores, pues con esto justifico esa condición única que me hace ser lo que soy: no una rodilla en tierra humana, con hambre y enfermo total y completamente imperfecto como revolucionario. PostScriptum: Hoy engalano este articulo con "La Mano E’ Pilón" el nombre que utilizaba en mis columnas en la prensa escrita de este país la cual desapareció en su totalidad.