¿De dónde salió esto?

Jueves, 15/08/2019 05:14 AM

El mundo se pregunta, con una mezcla de curiosidad y asombro, ¿de dónde salió esto, cómo fue posible este desastre, de dónde salió este gobierno? La respuesta surgirá después de mucho estudio, mucho análisis. Desde ya se puede adelantar que comprender la infausta experiencia venezolana será de imprescindible ayuda a las revoluciones futuras.

Lo primero que debemos dejar bien firme en el pensamiento revolucionario es la importancia de la ideología, allí en ese terreno se pierde o se gana la revolución, toda revolución derrotada lo fue previamente en la ideología. Cándidos lo que esperan que lleguen camionetas llenas de armas para ir al combate revolucionario, cuando éste se estaba librando en la ideología mientras las masas y los incautos estaban distraídos en pelear con trapos rojos, como el toro que camina hacia su hora final en una lucha inútil, ignorando al torero.

La pequeña burguesía ha propuestos teorías, maneras revolucionarios que más son formas de desarmar ideológicamente a la Revolución, derrotarla en su esencia. Por ejemplo, hablan de "hacer la revolución sin tomar el poder", de la "lucha de abajo hacia arriba", del "desconocimiento de la vanguardia", de "ir tomando colinas", de "la fuerza espontánea de la muchedumbre"… y un largo etc.

Mucho daño han hecho estás teorías, son una avanzada del capitalismo para impedir la formación de una vanguardia y la imprescindible relación vanguardia-masa, el establecimiento de esa relación es objetivo principal de la lucha revolucionaria, todos los esfuerzos deben ir dirigido a esa meta. Cuando esa relación se establece la revolución se hace mayoría, antes era anhelo de una minoría actuante, combativa, pero minoría.

La relación vanguardia-masa es una relación entre dos fuerzas: una, la vanguardia; la otra, la masa. La vanguardia es consciente de su fuerza, se sabe representante del futuro; la masa todavía no reconoce su fuerza telúrica, no sabe de su capacidad de cambiarlo todo. Sin esa relación no hay revolución posible. Tan inútil es masa sin vanguardia, como incapaz es vanguardia sin masa. En esta relación la masa se transforma, adquiere conciencia de su fuerza y, simultáneamente, la vanguardia cambia, avanza, puede, es impulsada por el calor de las masas a elevarse a escalones superiores. Se establece una unidad de estos dos elementos, un complejo que es motor social. Sólo así la Revolución se hace mayoría y comienza la labor de construcción, antes la lucha era por establecer este encuentro de dos fuerzas.

La Revolución con Chávez estableció el complejo masa-vanguardia, y comenzó el trabajo de creación de un mundo nuevo, de una nueva conciencia. La relación se fue fortaleciendo con el ejercicio honesto del gobierno, "no mentir jamás"; la masa comprendió su fuerza, tomó conciencia de su papel histórico.

Los falsificadores que lo sucedieron golpearon de mil maneras la relación masa-vanguardia, y la transformaron en una relación mercantil, la mentira fue la base de la comunicación, la excusa el argumento principal, y así se perdió la confianza de la masa. La base espiritual fue sustituida por lo clientelar, lo material fue la medida de todas las cosas. De esta manera, los falsificadores estallaron la relación masa-vanguardia, la masa se alejó, emigró para otros países, o para el interior de su individualidad.

Perdida la relación masa-vanguardia todo estaba listo para la restauración. Sólo permanecía un problema, los falsificadores eran demasiado ineptos, con mentalidad pandillera, no podían restituir las formas políticas del capitalismo, no podían entender la necesidad de la alternabilidad, el disimulo, el manejo discreto de la separación de poderes, el respeto a las reglas del sistema; no estaban aptos para el engaño fino, el artificio elegante. Se comportaron como lo que son, malandrines.

Los anteriores serían algunos componentes del génesis del desastre que hoy asombra al mundo.

 

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