Con la vara que mides seras medido

Viernes, 06/09/2019 09:09 AM

En múltiples ocasiones, probablemente por contaminación de la razón por la emoción, la teoría no se corresponde con la práctica.

El drama de millones de actuales desplazados de este proyecto frustro de país llamado Venezuela, nos ha golpeado en la cara a quienes a lo largo de nuestra vida en pos de la bella utopía, hemos creído y enarbolado como bandera la solidaridad humana. En mi caso y luego de largas reflexiones he tenido que poner los pies sobre la tierra, ante la falsedad a mi concepto de la aplicación de dicha solidaridad sin ningún tipo de cortapisas, llegando a la conclusión de que la solidaridad internacional hay que saber administrarla, poniendo en primer término la resolución de la problemática nacional inmediata.

A través de la historia, la evolución de las relaciones humanas no deja de ser mas que un tejido teórico de verdades mentiras y falsas verdades, en el camino de la búsqueda del equilibrio, representada por el axioma ideal planteado por el marxismo, cuyo paradigma representativo del concepto de lo que debe ser una sociedad comunista: “cada cual dé según su capacidad, cada quien reciba según sus necesidades”; cuya meta probablemente nunca será alcanzado por nuestra especie, dada la aceleración en el deterioro de la naturaleza que los mismos humanos hemos propiciado, y que a diario acelera nuestra desaparición, o al menos nuestra desaparición como especie dominante.

La realidad se sigue imponiendo, lo más probable es que la llevemos en los genes como marcadores del instinto de conservación. Si observamos con la mayor objetividad posible la evolución animal: siempre ha predominado el derecho aunque fugaz del más fuerte (mientras conserven su fortaleza). El paréntesis igualitario (por necesidad de supervivencia) del comunismo primitivo, dentro de los pueblos nómadas hasta el periodo Neolítico, fue dejado a un lado progresivamente a partir del Neolítico, por el poder de la producción de excedentes rebasando las necesidades de uso y consumo por parte del conglomerado tribal, dando inicio así al comercio primitivo; y es de conocimiento general, el hecho que donde haya comercio, siempre habrá ventajas a favor del que tenga mayor poder económico, iniciándose así dentro de la comunidad igualitaria la escala de jerarquías acorde al ingreso económico de cada quien; las guerras de conquista acentuaron aun más a costa del vencido las desigualdades sociales. No entraremos en detalles acerca del inicio de la propiedad privada ligada al asentamiento poblacional, y la aparición del Estado como instrumento de dominio de los más poderosos, para centrarnos en lo concerniente a nuestro país: “País portátil” como lo calificó Adriano Gonzales León, ya mucho antes Uslar Pietri, Briceño Irragorri, y posteriormente Cabrujas entre otros, expresan una visión de Venezuela como un país voluble e inacabado, en perenne transformación, que no acaba de definir su perfil como Nación. Pérez Alfonso achaca nuestros males al “excremento del diablo” en referencia a nuestro petróleo. . Es decir por encima de las luchas ideológicas, sin políticas de Estado, término fachada este último, que en realidad nos queda grande a los venezolanos para calificar con él, al antagonismo a través de nuestra historia de los diversos grupos a la caza del poder.

El sueño bolivariano de una América hispano parlante confederada, tanto para la defensa de su territorio como de sus políticas autónomas, nunca pudo llevarse a cabo, el Libertador a pesar de su brillantez intelectual, no pudo proveer, ni cortar de raíz los arboles oligárquicos que a favor de sus intereses grupales e individuales, sabotearon el proyecto de la América grande, pensó que había logrado convencer a sus subordinados de la necesidad de una América de habla hispana grande y unida, para contrarrestar tanto a la Europa que de nuevo se encontraba dominada por la nobleza autocrática, como al coloso naciente del norte que ya había manifestado sus deseos de dominio y expansión. Tarde se dio cuenta que un sibilino cobarde como Santander era capaz de cualquier cosa con tal de favorecer no solo sus intereses, y los intereses de la oligarquía neo granadina, si no en lo personal su sed de venganza ante una realidad como era la gloria de los verdaderos libertadores en su gran mayoría por cierto venezolanos.

Al contrario de nuestro Libertador, el dictador del Paraguay Rosas centró su política económica con inmenso éxito, en desarrollar un Paraguay productivo, no solo en el área agropecuaria si no también en lo Industrial. Ese país pagó a su vez posteriormente el haberse aislado de sus vecinos, con la posterior guerra en solitario contra Brasil Argentina y Uruguay, que casi lo hace desaparecer como país.

Venezuela a costa de la pérdida de un tercio de su población llevo la libertad hasta los límites con la Argentina, lo cual no es reconocido por los peruanos por ejemplo, quienes proclaman a San Martin como su libertador. Los colombianos ponen a Santander en el mismo plano que el libertador, los ecuatorianos al menos reconocen a Sucre como su libertador. Cuál fue mi sorpresa, en un viaje que como parlamentario hice a Santa Cruz Bolivia en los años noventa del siglo pasado, el hecho que a pesar del nombre de esa nación clara derivación de Bolívar, en sus plazas campean las estatuas de “libertadores” Argentinos. Debiéndose en la actualidad a Evo Morales en el poder la reivindicación de la esencia bolivariana.

Pero centremosno en nuestro acontecer interno. Absortos en nuestras luchas intestinas perdimos una buena parte de nuestro territorio, aceptamos por ejemplo como árbitro de nuestras diferencias limítrofes con la actual llamada Colombia, nada más y nada menos que a la supremamente ignorante y ninfómana reina borbónica, Isabel II de España; hija de Fernando VII, del cual nos independizamos. Es histórico y manifiesto como Morillo en cartas al rey consideraba a los venezolanos como el motor que condujo a la independencia Sur Americana, sin el impulso de los cuales la reconquista de Nueva Granada hubiese sido una tarea fácil. A su vez los ingleses nos arrebataron a la Guayana Esequiba o Esequiva; al menos nuestros gobiernos no reconocieron los límites actuales producto de un contubernio tratado a finales del siglo XIX, entre Inglaterra, Estados Unidos, y la Rusia zarista, sin la presencia de Venezuela como parte activa de las negociaciones que condujeron a dicho tratado.

Brasil “a la chita callando” desde la época de la colonia fue expandiendo sus límites a costa de los países vecinos, incluyéndonos.

Es bochornoso como aduciendo una inferioridad militar, López Contreras accede a firmar el tratado limítrofe con la actual Colombia que nos despojó de una buena parte de nuestro territorio.

En 1982 después de relaciones conflictivas que en 1966 que estuvieron a punto de desencadenar una toma por la fuerza de la región Esequiva por parte de nuestro país (nuestro gobierno de esa época se “rajó” ante la posibilidad de intervención armada de la Commonwealth, con Inglaterra a la cabeza), se firmó el actual protocolo de Puerto España, que hoy es desconocido por el gobierno de Guyana. Pero lo más bochornoso al respecto, es que en 1969 (gobierno de Leoni), Venezuela se abstiene de apoyar la insurrección de los habitantes del Rupununi que siempre se habían considerado venezolanos, lo cual por cierto de nada nos valió, ya que como era de esperar el gobierno Guyanés, acusó a Venezuela como propiciadora de dicho evento insurreccional.

Todos estos antecedentes negativos para nuestro país, se complementaron con una política migratoria a que a mi juicio no ha sido la más cónsona con nuestras necesidades nacionales; si hasta el inicio de los años cincuenta del siglo XX la emigración a Venezuela fundamentalmente desde países europeos mediterráneos y árabes provenientes del Líbano y Siria, fue en número limitado y fácilmente asimilable por el metabolismo nacional, incluyendo los 28.000 españoles que llegan al país después de su guerra civil, dentro de los cuales ingresa un contingente de personalidades prominentes. No sucedió así, con la inmensa masa de emigrantes europeos carentes de instrucción que ingresaron después de la segunda guerra mundial. Mucho se cuidaron nuestras autoridades consulares (gracias al imperio de la mediocridad que por lo general ha caracterizado a nuestros funcionarios públicos), de dejar entrar al país a personal profesionalmente calificado, temían fueran a competir con nuestros profesionales, sin embargo algunos lograron colarse aparentando ser unos ignorantes. Lo positivo dentro de esta aberración fue que al menos con ellos Pérez Jiménez logró usarlos como obreros de la construcción para así en poco tiempo cimentar las obras infraestructurales necesarias para la modernización del país. Hoy una buena parte de la segunda tercera y cuarta generación de sus descendientes, formados en su mayoría como profesionales universitarios, denigran del país que los vio nacer.

Los colombianos a los que Carlos Andrés abrió las fronteras y Chávez ceduló, llegaron a constituir cinco millones dentro del país, casi todos indocumentados, solo aportaron en su gran mayoría mano de obra, sobre todo en labores agropecuarias en los fundos fronterizos, pero por otra parte hicieron aumentar la marginalidad, e introdujeron el crimen organizado. Hoy Colombia se queja del ingreso de nuestros emigrados.

La emigración Siria: lo que a petición del papa Pablo VI a Caldera en ese momento presidente de Venezuela (años 60 del siglo XX), de aceptar una limitada emigración de católicos sirios para salvarlos de las persecuciones religiosas en su país de origen, terminó resultando un “bulo” que abrió las puertas del país a miles de Sirios de religiones diversas, hasta el cálculo de dos millones de emigrados en el día de hoy. Comerciantes importadores en su gran mayoría, encontraron en Venezuela una “Jauja” para todo tipo de negocios, hoy con el respaldo de sus descendientes en el poder, son los únicos ciudadanos que con préstamos blandos de los Bancos gubernamentales, compran a precio de “gallina flaca” propiedades de los Venezolanos clase media que emigran del país, a su vez que son los únicos que con dichos préstamos construyen edificaciones con la mira puesta en que a Venezuela vuelvan los viejos tiempos. Son también los únicos ciudadanos ilesos a las extorciones por parte de las autoridades civiles y militares tan comunes en nuestro país. Constituyen a la par de los altos funcionarios públicos militares y civiles y su entorno inmediato, pienso es uno de los principales grupos que se está enriqueciendo dentro de un universo nacional de pobreza y extrema pobreza.

Los Chinos: con el cuento que nos ha vendido el gobierno de la “transferencia de tecnología” hasta ahora inexistente, miles de chinos cantoneses han ingresado al país, aunque dado que no tienen la misma protección gubernamental que los emigrantes árabes, hoy por hoy se han visto afectados por la crisis económica, bajando sus otrora abultados ingresos. Más aislacionistas que los árabes, en su grandísima mayoría no se han integrado al país. Cuando ni siquiera hablan el mandarín (idioma oficial de China), cuanto menos aprenden a hablar el castellano. Internamente dentro de su comunidad existe una brutal explotación por parte de los dueños de sus comercios hacia sus coterráneos empleados.

El caso especial de la hermana república de Cuba: Bajo la premisa repetida por Chávez de “Cuba y Venezuela son una misma nación”, los hermanos cubanos han demostrado que sobre el socialismo revolucionario privan los intereses nacionales de su país. Con trato preferencial por parte de nuestro gobierno, no ha habido prácticamente ningún sector de nuestra política y de nuestra economía en que no hayan tenido injerencia, trato preferencial pagado con petróleo; así los vemos dentro de nuestra Fuerza Armada, nuestros Servicios de Inteligencia, como intermediarios en las compras del Estado, y hasta su presencia en los Registros civiles. Pero a mi criterio lo más emblemático es en los servicios Médicos Comunitarios conocidos como Barrio Adentro, este plan de servicios médicos integrales directos a la comunidad, ha sido desvirtuado desde su inicio con un contrato de servicios leonino, donde el control por parte de nuestro Estado es inexistente, los médicos cubanos llevan sus propias estadísticas, simplificadas al máximo, al tomar solo en cuenta el número de pacientes consultados (cualquiera que pase inquiriendo una información por un Centro correspondiente a este programa, es tomado en cuenta como si fuera una consulta médica y tabulado para el cobro correspondiente al Estado Venezolano), es decir a un lado quedaron las funciones preventivas y las estadísticas de morbo—mortalidad, amén que con la excusa de que los proveedores no le venden los repuestos, la mayoría de los Centros diagnósticos no funcionan.

No voy a agregar a lo anterior la archisabida historia de cómo se han beneficiado hasta la época actual países extranjeros con la explotación de nuestros recursos naturales, con los Estados Unidos a la cabeza.

Para terminar, haciendo hincapié en que el objetivo de este artículo es poner al descubierto como a excepción de países fallidos como el nuestro, por sobre las ideologías políticas siempre privan los intereses de las Naciones. Ya Charles Degaulle en el siglo pasado muy claramente había manifestado “los países no tienen amigos solo tienen intereses”. Creo firmemente en que sobreponiéndonos a cualquier ideología, llegó para Venezuela el momento de pensar en nuestros propios intereses como País-Nación, concertando en un mismo grupo a los patriotas ajenos tanto a los “tejemanejes” del actual gobierno, como a ese sector de la oposición apátrida que propician la intervención extranjera para convertirnos en apéndice de los Estados Unidos de Norteamérica.

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