Auditórium

Un carton de huevos a 80.000, salario 40.000, de quien es la culpa de: ¿Trump o Maduro?

Sábado, 07/09/2019 06:02 AM

"La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre". Nelson Mandela…

Mucha gente en la calle acosados por el hambre me preguntan estupefactos qué es lo que está ocurriendo, y qué es lo que ocurrirá en Venezuela, con esta inflación, escasez, y la especulación etc. Trotsky dijo, antes de ser asesinado por un agente estalinista en el año de 1940, que si la guerra en ese momento, la segunda guerra mundial, no terminaba con el triunfo de la revolución mundial, había que revisar a fondo todos los conceptos sobre el socialismo. Decía Trotsky, que de ocurrir ese suceso, más o menos como sucedió debería considerarse, que se había puesto de manifiesto la incapacidad de la clase obrera para tomar el poder, y la posterior transformación de la sociedad en su conjunto. Donde la tradición teórica del marxismo, que había encontrado su cauce en la revolución de Octubre de 1917, tenía que ser sometida a un análisis profundo. Buscándose otros caminos para resolver los grandes problemas sociales y económicos de la humanidad. Fin de la cita.

El actual desnalgue hiperinflacionario que vive Venezuela cuando la proteína mas barata como son los huevos, el cartón ya supera la barrera de los 80.000 bolívares, y el salario sigue estancado en 40.000, y anuncia el gobierno que lo aumentará a 96.000 bolívares que desgracia de gobierno, y país en el que vivimos dios mío. Se nota mucho, el descontento popular del pueblo llano hambriento al que no pueden etiquetar de políticos o politiqueros, y ante esta arremetida del alto costo de la vida solo nos toca preguntar: ¿como se puede entender esta política revolucionaria? Hay dos obras muy leídas: ‘El Príncipe’, y la otra ‘Fouché’ de Stefan Zweig.

Maquiavelo escribió para un príncipe que redimiera a Italia, Stefan Zweig hizo un estudio de uno de los genios políticos más maléficos que produjo la revolución francesa, superado únicamente por Bonaparte. Fue el jacobino que pactaba con dios, y el diablo, y los traicionaba a ambos, era el propietario de una mente privilegiada para el análisis de estrategias, y tácticas políticas para la acción inmediata. Fouché, fue el más ‘maquiavélico’ de los políticos de la época, un hombre que actuaba únicamente basado en el interés personal. Ese hombre ayudó a perfilar al estado burgués, y luego pasó a la posteridad con una imagen siniestra. Porque a Fouché, no le preocupó la moral sino lo que se escondía detrás de ella, el maniqueísmo, la ambición desmedida por el poder, y el dinero, el disfrute del placer sin escrúpulo alguno, la vanidad, la siembra del miedo. Esto lo traigo a colación por varias motivaciones, porque en Venezuela se perdió un magnífico escenario para hacer en este siglo XXI una revolución de verdad. La falta de productividad, la destrucción de las empresas del Estado, el excesivo crecimiento de un burocratismo milico parasitario engendró un monstruo dramático, que esta aniquilando a la revolución bolivariana. Como lo es el cáncer del alto costo de la vida, la improductividad, la especulación y pare usted de contar. Esta situación económica, está atemorizando a la población, ya que hablando guevonadas, y creando mas burocratismo no vamos a resolver esta situación. Fouché, fue un funcionario diabólicamente eficiente, en el gobierno, por lo que observo en este, no veo un talento igual, pero hay demonios de sobra disfrazados de revolucionarios. Yo no opino por opinar, solo intermedio en la información, entre el sufrimiento de lo que me dice el pueblo y el gobierno, y así tratar de influir sobre el que manda, para que aparten del gobierno a tantos mediocres que están destruyendo a Venezuela. Se habla de personajes que han acumulado una fortuna colosal mientras corre la miseria en las denigrantes colas por las ciudades de Venezuela. Los tiempos cambian, los medios cambian; pero los hombres no. Parece que quieren que el pueblo los cambie. Así comenzó el derrumbe de la URSS, y de todo el comunismo de la Europa Oriental.

Tuvo que ocurrir esta desgracia con la fuga de más de 4.000.000 millones de venezolanos de nuestra patria querida para que el mundo se diera cuenta del carácter autoritario y fasciocomunista del gobierno venezolano.

Ya, los gobiernos y la opinión pública de esos países no se tragan el cuento de la supuesta guerra económica en contra de esta mal llamada "revolución bolivariana". Así como nadie en el planeta tierra, se cree el cuento chino de que quienes denuncian o critican este desastre que destruye a Venezuela son imperialistas, derechistas, apátridas y golpistas, tal como lo indican los insultos de la cúpula podrida de la nomenklatura roja.

Esta concepción simplista del alto gobierno es muy propia del estalinismo castrista comunista cubano, aunado al reparto de miles de millones de petrodólares del pueblo venezolano a sus dirigentes y medios de comunicación, creando el mito de que en Venezuela ha llegado una "revolución humanista" para hacer realidad los sueños de Simón Bolívar y los padres libertadores.

Mientras el pueblo venezolano se hunde en la miseria esta versión cantinflerica del gobierno suena ridícula, maniquea y antehistórica en los oídos de la opinión internacional, que solo entusiasma a los minusválidos y lambucios intelectuales radicales viudas del comunismo-estalinista sepultados juntos con la Unión Soviética y sus satélites de la Europa Oriental.

Hoy en pleno siglo XXI Venezuela ha retrocedido 60 años hacia la Venezuela rural del siglo XX, por el deterioro de los servicios públicos y la perdida de calidad de vida del pueblo venezolano. Solo hago una interpretación distinta de la realidad que muestra el gobierno, y las perspectivas de Venezuela, en contraposición a las ideas marxistas cubanas que la falsifican con mitos ajenos a nuestra idiosincrasia.

Así, con esta última escalada del llamado dólar negro, los venezolanos somos los "buenos ciudadanos", expoliados por los antivalores de la revolución cubana. Hay pobres -dicen ellos- porque los ricos les quitaron lo que tenían. Algo así llevan 60 años repitiéndolo el castro comunismo cubano. Por lo tanto, las fuerzas progresistas y democráticas deben avanzar hacia una nueva identidad, a través de un verdadera "revolución democrática". Entonces así pasaremos a ser unos "buenos revolucionarios" y eso supone renunciar a la cultura totalitaria-estalinista que ha asumido durante 21 años la actual dirigencia roja-rojita en el poder. Quienes escupen a diario por el cajón de mascar la falsa teoría, de que todos nuestros males son culpa de los Gringos, mientras le entregan el país a esas lacras de comerciantes árabes y chinos.

Esta es La prédica constante del actual gobierno venezolano en el 2019, luego de21 años de poder absoluto.

Ellos no tienen la culpa de este desastre. Los culpables son el imperialismo, y la derecha.

Gobiernan aplicando el más rancio y perverso populismo, caudillismo y autoritarismo. La misma rancia y vieja receta cubana, aplicada en Venezuela con cierto éxito as u favor, a costa de destruir la republica.

Sólo que hoy la gran mayoría de los venezolanos se han dado cuenta de su falsedad y ahora son muy pocos los que creen en esos cuentos de caminos.

Los daños sufridos por la Republica son inmensos como la destrucción de PDVSA, y el Sistema Eléctrico Nacional, que costará cierto tiempo resarcirlos, una vez que se salga de esta pesadilla.

En Venezuela se ha sustituido el valor del trabajo digno y bien remunerado por la limosna copiada de Cuba, por los "bonos", mientras se cierran industrias y fincas productivas, porque y que "eran de los ricos", enemigos del pueblo.

Esta política absurda nos ha dejado sin la comodidad del libre acceso a la comida y los productos básicos para la existencia, con la cacareada mentira de la "guerra económica" por culpa de los gringos, porque el gobierno no tiene la culpa de lo que está pasando.

Todo este desastre viene acompañado por el autoritarismo ramplón, la represión, la violencia y el irrespeto a los derechos humanos que han evidenciado la perdida de su calidad de vida en hombres, mujeres, niños y ancianos que vemos a diario de manera dramática y trágica.

Mientras en los estados venezolanos fronterizos con Colombia los venezolanos, sufren para abastecer sus vehículos de gasolina, las mafias que contrabandean nuestra gasolina hacia ese país, tiene un negocio lucrativo junto al narcotráfico. Y menos combatir a la guerrilla colombiana que se encuentra nuevamente en territorio venezolano.

Todo esto constituye una demostración de los atropellos que aquí padecemos, entre muchos otros, junto a la violación sistemática de la Constitución, la demolición de la democracia, la muerte de centenares de opositores, la persecución judicial contra los adversarios del gobierno, presos políticos y exiliados, los atentados contra la libertad de prensa etc.

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