Las equivocaciones de J.J Rendón
Este asesor electoral famoso en toda Latinoamérica por ayudar en la victoria de varios candidatos, fue recientemente contratado por el equipo de Juan Guaidó, en una etapa que el presidente de La Asamblea Nacional necesita rescatar algo de credibilidad en la ciudadanía venezolana. No se sabe hasta donde el renombrado publicista sea la persona indicada para esa misión, debido a que su principal herramienta es la aplicación de guerras sucias corriéndose el riesgo de caer en contradicciones, ya que la Venezuela de hoy no es la misma de hace 10 o 20 años. En la actualidad los anuncios del ministro de información dejan muchas dudas, los magnicidios, los falsos positivos por mas proyección mediática que se le imprima no cubren la realidad de la hiperinflación y de la salida de tantos coterráneos hacia otros países buscando nuevos destinos. El cuento de los millones de pensionados de nada vale si el monto se convirtió en una limosna. Chocar con la realidad rompe cualquier intento de manipulación sicológica, en igual proporción para ambos bandos. Nada hace Guaidó con nombrar un gabinete si en la práctica no ejerce ninguna autoridad. Ni siquiera en la gerencia privada o pública funciona ese modelo, cuando se nombran directores con mucha responsabilidad sin autoridad alguna, el camino es el fracaso. Llenar la lucha seria con rumores mal sanos, escasos de soportes, tal como sucedió en el intento de enfrentamiento entre Maduro y Diosdado por las supuestas conversaciones de este último con funcionarios norteamericanos a espaldas del presidente, solo sirven para unirlos más. Ellos están conscientes que de la unidad depende la permanencia en el gobierno. El error más reciente de Rendón es el concerniente a las cuñas de un programa televisivo identificado con la revolución, en donde se insiste en ridiculizar a los conductores. Se pierde tiempo y dinero en un programa con poca audiencia, en donde suponemos que ahora es muy visto luego de la promoción indirecta dada en esa publicidad mayamera que no deja nada. Uno no sabe si con Rendón se aplica aquello que nadie es profeta en su tierra o simplemente por trabajar de gratis como dijo que lo haría en Venezuela, pierde la creatividad o entusiasmo. Chávez decía que extrañaba mucho la calle, en el entendido que el alto cargo presidencial le impedía caminar como cualquier ciudadano, añoraba eso, expresaba. Un famoso director de teatro venezolano les decía a sus actores cuando no respondían con idoneidad en los papeles correspondientes, que les faltaba calle, confundirse con la gente normal para aprender de las personas y poder interpretarlos con propiedad, Definitivamente a J.J Rendón le falta calle, no es que sea incapaz, pero desde cuando no camina por las calles de Venezuela. Qué tiempo tiene sin quitarse el traje negro imitando a un guerrero Samurái, para colocarse una franelita y hablar con el común de la gente. Está equivocado al creer que se las sabe todas por comer y beber en lujosos restaurantes del mundo, ese estilo de vida no lo convierten en conocedor de nuestra realidad.
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