Vamos gente de mi tierra

Domingo, 15/09/2019 08:57 AM

Con este artículo iniciamos una nueva etapa en la batalla de ideas, en un contexto cada día más complejo para nuestra Patria y para la vida cotidiana de la familia venezolana, pero que a la vez nos obliga a un sublime aliento para encontrar o inventar las claves que nos permitan despejar el horizonte, con el espíritu de la canción necesaria de Ali Primera: “Vamos gente de mi tierra, luchemos, luchemos por un mundo mejor”.

En la actualidad, desde el escenario internacional se profundizan las acciones ilegales, intimidatorias y de provocación por parte del gobierno estadounidense y sus aliados, particularmente del gobierno colombiano. No obstante, se verifican contradicciones al interior del gobierno de Trump y entre éste y sus aliados europeos, sobre cómo desarrollar la estrategia de intervención en nuestro país. Contradicciones que hay que saber interpretrar y aprovechar correctamente para contener el ritmo de la agresión y lograr un espacio para el necesario acuerdo político que nos permita una administración democrática del conflicto.

A lo interno, el efecto de las sanciones y la confrontación es cada vez más sentido en el seno del pueblo. La escalada del valor de la divisa, la hiperinflación, el creciente menudeo del dólar, acompañado del gen especulativo que subyace en la mayoría del sector privado nacional ha erosionado de manera inédita el poder adquisitivo del pueblo trabajador.

Esta realidad económica también sigue impactando de manera negativa en la garantía de los derechos sociales, a pesar de los grandes esfuerzos que hace el gobierno; en el funcionamiento de los servicios públicos y en el desarrollo de la producción nacional.

Toda esta situación genera una demanda creciente de la población hacia el gobierno de mayor ejercicio de la autoridad democrática, especialmente en el ámbito de la economía. Nuestro pueblo no se deja confundir con las tesis neoliberales. Nuestro pueblo reconoce el papel del sector privado, pero a la vez reclama que se ejerza el rol regulador del Estado en la economía, como está previsto en la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, de 1999, en función de proteger los derechos y los intereses de las mayorías trabajadoras.

Las dificultades crecientes que vive nuestro pueblo obliga a toda la dirigencia política nacional responsable, por encima de los sectores extremistas de la oposición aliados del narco paramilitarismo colombiano y que promueven la intervención extranjera, a desarrollar esfuerzos superiores y sinceros para lograr un acuerdo de reconocimiento político tendiente a normalizar la vida institucional del país, a partir de lo cual se pueda ir desmontando el ilegal esquema de sanciones económicas unilaterales y de embargos de activos en el extranjero, así como allanar el camino para la solución de temas como la deuda y el financiamiento externo, en condiciones soberanas, en función de la necesaria inversión que permita la recuperación real de la producción, primordialmente de la producción petrolera.

Sin dudas, que se requiere de inmediato de acciones contingentes para la recuperación del salario y la protección de nuestra moneda, el Bolívar, para que nuestro pueblo tenga un respiro en esta dura situación. Sobre esto hablaremos en el próximo artículo.

A ti Mujer, a ti hombre, a Uds. jóvenes, hijos e hijas de nuestra Patria, otra vez con la letra de Alí Primera los exhorto: “A pesar de este cuadro, que no nos gane el pesimismo”. Tengamos confianza en que por el camino de la Independencia y la dignidad nacional; del ejercicio pleno de la democracia protagónica, de una cultura de la honestidad, del trabajo, de la producción; de la igualdad social postulada y practicada; del reencuentro nacional; por el camino de Chávez, Venezuela marchará derechito a un buen porvenir. Dios mediante así será.

Nota leída aproximadamente 5488 veces.

Las noticias más leídas: