Sobre cantinfladas y mecedoras

Domingo, 15/09/2019 05:43 PM

Hola, soy Christian Farias y debo decir que:

Saludo Revolucionario, antiimperialista, freudiano, kaffkiano, shoppenhaueriano, aristotélico, platónico y profundamente madurista.

Debo decir que el contenido dialéctico-materialista caracteriza todas y cada una de las palabras que salen de mi boca. Son ellas el resultado de un profundo sentimiento patriótico, que solo yo tengo, solo yo poseo, solo yo destilo, afirmo y reafirmo en cada uno de mis innumerables escritos donde acepto mi condición de entrega total al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Dolarizadas –perdón, Bolivarianas-, líder absoluto de las fuerzas vivas y muertas de la república, conocedor de las infinitas verdades del multiuniverso y, además, el que invita a bailar siempre a la madrina en las fiestas, el nada más y nada menos, el imprescindible, el mero mero, Nicolás Maduro Moros.

Si no te reconoces súbdito de su magnífica figura, su hermoso bigote, su altura inconmesurable y su inalcanzable inteligencia, no eres digno hijo de la patria de Bolívar, ni de Chávez, ni de Zamora, ni de Simón Rodríguez, ni de la Negra Matea, ni de Paez, ni del perrocalentero de la esquina, ni del señor del estacionamiento, ni del que vende los Belmont en la entrada del metro. Son ellos, en su materialismo histórico total, absoluto, irreversible, pleno como el sol en un atardecer de invierno o como el olor del pan recién hecho (cuando hay harina de trigo y los 3000bolos) los herederos históricos del rapero Tupak, del Reguetonero Daddy Yankee, de las criptomonedas respaldadas en iluciones, y de los perseguidores de oficio.

Debo decir que todos los días me despierto pensando: ¿de qué forma he de subir la moral del pueblo trabajador, así como alguien alguna vez en un baño me subió la moral diciendo que mi tesis doctoral era lo mejor que se había escrito? Y siempre tengo 2 opciones: acompañar al pueblo trabajador en las calles, defendiendo sus derechos, acompañando las denuncias contra los patronos, públicos o privados, luchando contra las arbitrariedades, las desapariciones, o todo lo contrario. Pero lo contrario y lo opuesto son lo mismo, son parte de la "realidad material dialéctica sartriana heideggeriana" de la que tanto, poco y nada me gusta hablar, son la doble cara del petro mismo, hijo predilecto de Chávez. Entonces tomo mis dedos y tecleo, y tecleo, y tecleo, y ni Homero habría escrito odas tan hermosas como las que declamo al comandante eterno en vida Nicolás Maduro.

Si tú, no te miras en mi espejo, no te reflejas como hijo de Maduro, de Chávez, en unión cívico-religiosa-militar, te buscaremos, te encontraremos, y ay de ti si no le mandas una nota de voz a Diosdado, agradeciendo el que no te hayan apaleado las fuerzas del FAES.

Hail camarada Maduro, destruiremos!

Necesaria la imagen, para comprender la definición:

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