Memorias de un escuálido en decadencia
Fotos
Por: Roberto Malaver
Jueves, 19/09/2019 11:37 AM
Y ahora este final de fotografía con los Rastrojos. Que es Diosdado el que tiene el vínculo. Que yo no pido cédula. Que todo el mundo quiere tomarse una foto conmigo. Que mi mamá me mima y mi mamá me ama. No me jodan. Ya la cultura adeco copeyana, que nos permitió engañar a un gentío, se venció y no tiene garantía. Estos grandes carajos chavistas tienen gente por todas partes y andan cazándolo a uno para ver con quién se toma uno la foto y con quién se acuesta y con quién se levanta. Nos agarran siempre con las manos en la mazamorra. Los que deben estar gozando una bola y parte de otra son El Brother y El Menor, los dos Rastrojos que se tomaron la foto de portada para el Twitter con el autoproclamado pendejo. Menos mal que todavía hay gente que nos apoya, es verdad que cada día somos menos, y esa marchita en Colinas de Bello Monte dio la pena que jode, allí, donde uno iba y los opositores vivían protestando en la calle, y ahora no salió nadie supo, nadie vio.
Y después de la foto show vienen Claudio, Felipe y Timoteo y nos echan ese balde de agua fría y zas, a firmar un acuerdo en la mesa de diálogo, y nosotros con los Rastrojos y no nos dimos cuenta de ese diálogo. Y al momento nuestros quejones, que tenemos que jode, le montaron una campaña en twitter a los Tres Mosqueteros donde le dijeron de todo y más, para que respeten la libertad clap, clap. Y ahora también se anotó el Bertucci con unos platos de sopa que llevó a la reunión y dijo: “qué es lo que está pa‘sopa" y aquella vaina voló. De ñapa, soltaron a Zambrano, y allí comenzó a ponerse en práctica el acuerdo con la nueva mesa de diálogo, y Zambrano diciendo que a él lo sacaban de allí en grúa, porque lo habían llevado en grúa. En fin, este país, mi país, tu país, nos tiene locos de bola.
El papá de Margot entró con las manos en la cabeza diciendo: “ayúdame Dios mío a entender este vaina. Aquí no hay analista que entienda un carajo, lo único que sabemos es que ya no servimos para nada”. Y se fue directo al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro, que un vecino gritó: “Tómate una foto, desgraciado”
-El día que la mataron, Rosita estaba de suerte.-me canta Margot