"El mejor medio para ser engañado
es creerse más astuto que los demás"
La Rochefoucauld
La desesperación es muy mala consejera, así, como llegar a una fiesta, y por el simple hecho de tener dinero, creerse el "muchacho" de la película. En esa onda se encuentra Rafael Ramírez, y solamente le faltan algunas imágenes de la insurrección en el Ecuador, para terminar de equipararse a Iván Duque, dándose las manos en sus devaluadas mentiras, para seguir acusando a Nicolás Maduro. Lo de Duque, se quedó en el pasado, como un alumno mentiroso que no sirve ni para hacer un mandado, y no es fácil que vuelva aparecer en alguna asamblea de la ONU, un personaje tan mediocre. Lo de Ramírez Carreño, es la copia fiel y exacta de un oportunista esperanzado esperando la rendija para meterse, y por eso apela a cuanta artimaña se le ocurre, como hizo en una oportunidad el pugilista Mike Tyson, al usar hasta los dientes en un combate, y al final terminó descalificado.
Todo oportunista está pendiente de cualquier circunstancia, para aparecer en el momento, cuando se presentan determinados hechos, que acaparan la atención de la opinión pública. El caso del Ecuador, se encuentra en el foco de todos los medios de comunicación, pero la gran mayoría manejados de acuerdo a los intereses del imperialismo estadounidense, desde el mismo momento que el traidor de Lenin Moreno, se les puso a los pies sin hacer mucho esfuerzo. No podía faltar la solidaridad compulsiva, de uno más arrastrado que el mismo moreno: el autoproclamado, quien pasará al basurero de la historia, tan depreciado, que va costar conseguir el sitio para archivarlo. Ahora aparece Rafael Ramírez, haciendo un símil entre Lenin Moreno, y Nicolás Maduro, tan venenoso, que al final, parece formar parte de un consejo de redacción; CONTRAMADURO.
Todo lo que está sucediendo en el Ecuador, se lo han endosado a Maduro; buscan la manera de inventar cualquier historieta barata, que llegue de manera rápida a la opinión pública, como hizo Duque, quien se presentó con unas fotos viejas, creyendo cargar los más fieles testimonios para enjuiciar al Presidente. Terminó en el grupo creador de estupideces, y de paso haciendo el papel de ridículo. Al final lo midieron con la misma vara, con la que pretendió medir a Maduro.
¡Cuidadito! Si, el misterioso de Rafael Ramírez, se ahoga en sus propias palabras por estar haciendo comparaciones tan fuera de la realidad, que dan risas. Los casos de Venezuela, y Ecuador, son totalmente distintos. El gobierno de Maduro lo han mantenido en un permanente acoso, con acciones de violencia–guarimbas–hasta llegar a las criminales medidas del imperialismo para frenar el ingreso de alimentos y medicinas. Ahora se presentan los antipatria, disparando, como los verdaderos cobardes: a escondida, sin importarles para nada el destino del país, pero son tan caradura, que quieren hacer el papel de los salvadores. Lo de Lenin Moreno, en Ecuador, es un capítulo oscuro de la historia contemporánea de nuestra América; salió electo de la mano del ex presidente Rafael Correa, y a los pocos meses se entregó en cuerpo, porque dudo tenga lo que llaman alma.
Al meternos en la enmarañada práctica de las imaginaciones, y suposiciones de las que tantas hace uso el fantasma de Ramírez, se puede pensar, que el visionario Comandante Hugo Chávez, en aquel triste e inolvidable momento de valentía, cuando casi se despedía de su pueblo, nos alertó al señalar a Nicolás Maduro Moros, como el hombre dispuesto a defender la patria de cualquier intento de intromisión por parte del imperialismo, cueste lo que cueste. Esa es la única, y verdadera razón, por el cual las FANB se encuentra apoyando al Comandante en jefe Nicolás Maduro, y resistiendo al lado del pueblo todas las envestidas. Hoy más que nunca, el grito de libertad, y lealtad sembrado en la conciencia de millares de compatriotas por Chávez, (como lo nombra una humilde mujer, que solamente tiene el amor por la patria) sirve para distinguir entre los patriotas, y los que se entregan a los opresores. Solamente falta hacerle una pregunta a Ramírez, pregonada en cada esquina por los adecos en campañas electorales, cuando dominaban el escenario político: ¿Con quién estas tú compañero?