Ecuador, Venezuela, los árboles y el bosque

Lunes, 14/10/2019 07:44 AM

No voy a explicar lo que para la mayoría de mis lectores frecuentes son perogrulladas. Tú sabes, caro lector, lo que pasa en Ecuador, no soy de quienes gustan de gastar pólvora en zamuros. Más bien trataré de apuntar a la relación existente entre Ecuador y el actual conflicto mundial. También son cosas sabidas, pero en este caso sí creo que vale la pena repetir, porque hay muchos en este país que sufren de hipertrofia arbórea: dejan que los árboles les tapen el bosque.

Es notable cómo las fuerzas mundiales se alinean en cada caso según los intereses generales que defienden. Yo diría que en ese sentido hay tres posiciones: los antiimperialistas, los proimperialistas abiertos y los proimperialistas larvados: estos últimos son aquellos que tratan de guardar alguna distancia de los polos sin dejar de arrimarse más o menos sutilmente al lado imperial, como algunos países europeos.

Veamos algunas reacciones inmediatas ante lo que ocurre en Ecuador. Comencemos con el papá de los helados, el imperialismo norteamericano. El secretario de Estado, Mike Pompeo, no perdió tiempo para asegurar que el Gobierno de Estados Unidos "apoya al presidente Moreno y a los esfuerzos del Gobierno de Ecuador por institucionalizar prácticas democráticas e implementar reformas económicas necesarias", y afirma que el gobierno de Donald Trump está "al tanto" y "monitorea las alegaciones de que un actor externo" esté involucrado en las manifestaciones que se iniciaron el pasado 3 de octubre del 2019, dos días después de que el presidente Moreno anunciara las medidas económicas acopladas a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (cariñitos para Moreno, palo para Maduro). Además Pompeo añade que Estados Unidos "reconoce las difíciles decisiones que el Gobierno de Ecuador ha tomado para avanzar en un buen gobierno y promover el crecimiento económico sostenible" y que continuará trabajando "en alianza con el presidente Moreno apoyando la democracia, la prosperidad y la seguridad".

Por su parte, los Gobiernos de Colombia y Argentina expresaron su respaldo a Moreno:

"Los Gobiernos de Argentina y Colombia reiteran su respaldo al presidente Lenín Moreno y a los esfuerzos orientados a la preservación del Estado de derecho, el orden institucional y la pronta normalización de la vida económica, política y social en la república del Ecuador".

Con la misma pasión con la que estos dos gobiernos se oponen al diálogo en Venezuela, dicen favorecerlo en Ecuador y recibir "con mucha esperanza el anuncio de las comunidades indígenas de aceptar el diálogo directo propuesto por el Gobierno ecuatoriano como mecanismo idóneo para resolver las diferencias y alientan a las partes a hacer un esfuerzo que logre una pronta solución satisfactoria". Es decir, apoyan la represión de Moreno pero tratan de que el pueblo ecuatoriano supedite sus luchas a las exigencias y propuestas del gobierno neoliberal. A estos gobiernos de derecha siguieron los de Brasil, El Salvador, Guatemala, Paraguay y Perú, que insistieron en involucrar a Maduro en la insurrección popular en Ecuador,

Es significativa la prontitud con la que ha sido convocada una reunión del grupo IDEA (Iniciativa Democrática de España y las Américas) conformado por una caterva de ex presidentes neoliberales iberoamericanos que suman firmas tan impresentables como las de Álvaro Uribe Vélez, José María Aznar y Vicente Fox, entre otras. Según este grupo es necesario "adoptar sin demora las medidas legítimas que se correspondan con el Derecho internacional y las previsiones de la Carta Democrática Interamericana". Los dinosaurios de marras asumen la matriz que ya se establece en medios de la derecha, según la cual el culpable de lo que ocurre en Ecuador es Nicolás Maduro, en connivencia con Rafael Correa: "La república de Ecuador y su legítimo gobierno, presidido por Lenin Moreno, están siendo víctimas de actos de violencia popular inducidos desde el exterior, según se deduce de las informaciones internacionales y de la denuncia formulada por dicho mandatario".

La canalla mediática, la misma que se empeñó en definir como "manifestaciones pacíficas" las acciones de grupos violentos y terroristas en Venezuela, cuelan la idea de que los manifestantes ecuatorianos son violentos, y eximen a los cuerpos de seguridad, que han ejercido represión brutal, de toda responsabilidad en los hechos. Ya en sus despachos hablan de "espiral de violencia" y hablan de "las violentas manifestaciones en Ecuador"

Por supuesto, los vendepatrias venezolanos no podían faltar en el coro. El aspirante a usurpador Juan Guaidó se dirigió supuestamente "Al pueblo ecuatoriano y al presidente Lenín Moreno, para manifestarles nuestra absoluta solidaridad y respaldo a la lucha que actualmente lleva a cabo el presidente Moreno en defensa de la democracia", y añadió que

"Detrás de los ataques a la democracia ecuatoriana, se esconden intereses egoístas de grupos facinerosos que bajo el falso argumento de proteger los derechos de los más desposeídos y vulnerables, apelan a la alteración de la paz y la tranquilidad de la mayoría del pueblo ecuatoriano" y se refirió al amparo de "intereses criminales foráneos que claramente involucran al régimen criminal de Nicolás Maduro". Añadió que Maduro "es un riesgo para todo el continente al que hay que enfrentar de manera decidida y determinante en pro de la paz, la libertad y la estabilidad regional".

Se ve cómo quienes defienden a Moreno son los mismos que atacan a Maduro, y quienes defienden al pueblo ecuatoriano son los mismos que defienden a Maduro. La ecuación es muy clara: las luchas de los pueblos de Ecuador y Venezuela forman parte del combate por la liberación nacional de la Patria Grande que caracteriza la situación en todo el continente y también de la gran contradicción histórica contemporánea que enfrenta al imperialismo norteamericano y sus aliados por un lado, y a las naciones soberanas y los pueblos en rebeldía por el otro. Todas las demás contradicciones presentes en los distintos y complejos escenarios se supeditan a esa.

Para los antiimperialistas venezolanos es un deber apoyar en esta circunstancia al gobierno del presidente Maduro, inclusive para aquellos decididamente críticos como yo. Soy de "oposición", pero no me opongo al gobierno patriótico de Maduro sino a los errores que ha cometido y a los que creo sigue cometiendo el chavismo, los cuales nos han hecho más vulnerables a la guerra económica de lo que deberíamos ser y también nos han hipotecado el apoyo de buena parte del pueblo. Pero esas contradicciones inevitables e indeseables seguirán allí por algún tiempo y deberemos abordarlas y enfrentarlas sin olvidar jamás la contradicción principal. Es una manera concreta de respaldar las luchas del pueblo ecuatoriano. No dejemos que los árboles nos tapen el bosque.

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