Después de muchas acusaciones, de ataques, de ventajismos, el Ministro Ramírez invita al presidente maduro a un debate público sobre el funcionamiento de PDVSA. El convite merece algunos comentarios. Veamos.
Los dos querellantes fueron durante muchos años compañeros de gabinete de Chávez, y luego del asesinato del Comandante (reconocido por todos pero investigado por nadie) afloró allí la lucha interna. El Ministro Ramírez fue execrado del gobierno, terminó exiliado en algún lugar del planeta, intentando que el largo brazo de la canalla no lo alcance, por lo menos físicamente, que moralmente ya lo hace: lo acusan, lo atacan, le crearon una imagen de corrupto sin derecho a la defensa, la sentencia está dictada, la imagen es aceptada por cándidos y camaleones.
¿Cuál es el fondo de esa lucha entre estos dos Ministros de Chávez?Sin duda, es muestra de la lucha interna que se escenificaba en los subterráneos del gobierno de Chávez. Esta lucha emergió, ya podemos acercarnos a una identificación de los campos en pugna en el gabinete chavista. Por supuesto que es más nítida la posición del madurismo, desde el gobierno desarrolla su ideología, con el poderoso aparato mediático a su disposición para convertir mentiras en verdades y verdades en mentiras, además de una gran cantidad de repetidores de cualquier bazofia.
Al gobierno le conocemos sus fracasos, sus mentiras y su incapacidad para algo útil, constructivo. Desde aquel billete de cien "duro de matar", hasta el Petro, el lingotico, la destrucción de PDVSA, la entrega del Arco Minero a compañías trasnacionales, el petróleo está en el radar de rusos y chinos, arrasó con la organización popular, revirtió la economía de Chávez. El madurismo impone su ley con una fuerte represión y la violación de la Constitución y las leyes; el faes es su mayor argumento. Por eso y mil cosas más, podemos concluir que en la lucha interna, solapada en el gobierno de Chávez, triunfó una corriente lumpen-marginal que construye un retorno atropellado, tosco, al capitalismo.
Del Ministro Ramírez es poco lo que conoce el país, a no ser la imagen creada por el gobierno, las acusaciones vaporosas del desacreditado fiscal. Algunas páginas de internet, algún diario, publica sus artículos, y el precio que pagan es alto, los sabotean; allí está como ejemplo Aporrea. La campaña es su contra es brutal. Sin embargo, el dictamen de la realidad es concluyente: la producción petrolera es una buena medida: 3 millones de barriles diarios en la gestión Chávez-Ramírez, 400 mil en la gestión del clan maduro. No adelantemos cuál es la posición del Ministro Ramírez, sólo sabemos que reivindica a Chávez, no sólo su imagen sino su pensamiento, no al Chávez vacío sino al Chávez del Plan de la Patria, el de la lucha "contra la lógica del capital", esto lo ha escrito.
No cabe duda, el enfrentamiento de estos Ministros es el enfrentamiento entre el capitalismo, el del imperialismo chino y ruso, y el Chavismo auténtico, el Socialista.
Sería muy sano para el país que el madurismo aceptara la invitación de Ramírez, aunque sabemos que no será así, la dictadura de derecha es feroz, de ella no se puede esperar nada, "no hay que creerle nada, ni tantico así". El no aceptar el debate, y continuar con la censura a Ramírez, es una aceptación de la culpabilidad, de la debilidad del gobierno y de la inocencia del Ministro Ramírez.
Quizá algún programa de opinión de la televisión tenga el coraje, el espíritu periodístico, de correr el inmenso riesgo de ceder un espacio para oír al Ministro Ramírez, el pueblo sufriente se lo merece.