Pobreza

Miércoles, 16/10/2019 07:00 AM

"En el socialismo no debería estar permitido ser pobre"

Bernard Shaw

El término pobreza nos es familiar, es algo que todos entendemos a qué se refiere o pensamos que entendemos. Pero en cuanto profundizamos un poco en este campo, nos damos cuenta de que la pobreza es, un concepto complejo, hecho éste que viene ocasionado, en gran parte, porque es un término normativo, es un término moral.

Cuando se reconoce que alguien es pobre, no se está simplemente describiendo esa situación, también se está evaluando y diciendo lo que se debería hacer con respecto a ella. Así que las concepciones sobre la pobreza son muy variadas, cambian con el tiempo, están determinadas por la sociedad de referencia, por las políticas de alivio de la pobreza, etc. Se puede considerar que el término pobreza tiene un racimo de diferentes significados que se solapan, dependiendo de en qué área o discurso se examina. Es tanto un concepto científico como moral.

Hay cuatro temas fundamentales que están unidos en el análisis de la pobreza, pero que se deben distinguir: los conceptos, las definiciones operacionales (incluyendo las medidas), las explicaciones y las políticas. Los cuatro son de igual importancia y los avances en uno dependen de los avances en los otros. Ninguno de ellos puede ser tomado como punto de partida ni como analíticamente distinto de los otros. A pesar de esto, una visión que frecuentemente se asume con respecto a la ciencia, es que ésta consiste en conceptos, medidas y explicaciones, pero no en análisis político. Con esta falsa dicotomía entre lo científico y lo político, la política se separa del estudio de la pobreza. Los resultados de los trabajos sobre conceptos, medidas y causas de la pobreza se presentan a los que hacen política para invitarles a la acción, consiguiéndose así la "pureza" de la ciencia. Sin embargo, se pueden hacer objeciones fundamentales a esta caracterización.

∙ Los aspectos técnicos de definición, medida y causa de la pobreza no son inmunes a la influencia política, ya que la práctica profesional y los objetivos están configurados por procedimientos estatutarios y asuntos organizativos decididos por gobiernos y corporaciones transnacionales. En definitiva, la ciencia está externamente condicionada e incluso manipulada para producir resultados aceptables para los gobiernos.

∙ Las políticas configuran los hechos. Las políticas adoptadas para remediar la pobreza tienen un efecto acumulativo de reconfigurar y recrear el propio concepto de pobreza, así que su exploración no es algo que podría hacerse en el futuro, más bien se trata de explorar la política como causa.

Los desacuerdos que se producen en cuanto a la definición de la pobreza están estrechamente relacionados con los desacuerdos en cuanto a sus causas y en cuanto a las soluciones para aliviarla. Por tanto, definición, medida, causa y solución están estrechamente vinculadas y entender la pobreza requiere apreciar sus interrelaciones. Percibimos la pobreza, al igual que otros problemas sociales, a través de un marco ideológico, que no está aislado, sino influido por las ideologías de fuerzas sociales poderosas que reciben publicidad a través de los medios de comunicación, la política, la educación, etc.

Lo que entendemos por pobreza depende en cierto grado de lo que se intenta o espera hacer sobre ella, así que el debate académico y político sobre la pobreza no es sólo descriptivo, también es prescriptivo, y la pobreza es inevitablemente un concepto político. La pobreza no es simplemente un estado de cosas, sino un estado inaceptable, por que no puede definirse como un fenómeno simple, es más bien una serie de definiciones complejas y discutidas que se solapan y contradicen entre ellas. Las definiciones de pobreza dependen entonces de las políticas propuestas y las políticas puestas en práctica para luchar contra la pobreza afectan a la definición previa de pobreza, dando lugar a una especie de argumento circular, un enigma del tipo gallina-huevo.

Sería deseable que el ejercicio de describir la pobreza y de identificar quién sufre privaciones fuese previo e independiente del diseño de las políticas de lucha contra la pobreza, tal y como nos recomienda A.K.Sen. Si la pobreza se identifica como foco de medidas, se declara que la sociedad debería hacer algo para resolver esos problemas, y existe el peligro de que determinadas privaciones no sean reconocidas porque no sea factible eliminarlas debido a la insuficiencia de medios, tanto en ese momento como en el futuro. Además, puede llevar a que la definición de lo que es pobreza esté influida por la noción prevaleciente de lo que debe hacerse, por otros factores como la organización política, la naturaleza del gobierno, sus fuentes de poder y la fuerza desplegada por otras organizaciones.

Sin embargo, en la práctica, los enfoques descriptivos y prescriptivos se entremezclan, son inseparables. La definición de los problemas en ciencias sociales lleva implícita la posibilidad de resolver unos u otros y en este punto es donde los intereses, prejuicios y valores del científico social o de los poderes que impulsan o financian la investigación social, condicionan la definición del objeto de estudio, en este caso, el fenómeno de la pobreza. .

Estas reflexiones respecto a las vinculaciones entre los conceptos, las mediciones, las causas y las políticas de lucha contra la pobreza, constituyen un punto de partida para comprender por qué a pesar de los enormes progresos que ha conocido la humanidad, sigue habiendo millones de personas que sufren privaciones. Y es que lo que se entiende por pobreza se ha restringido preferentemente al estrecho campo de lo económico y, dentro de lo económico, a una de sus dimensiones: la mercantil y/o monetaria.

Desde principios del siglo XX, la pobreza ha sido preferentemente tratada como un problema de índole económica al que había que dar una solución económica. Hay que tener en cuenta que esta forma de abordar el fenómeno de la pobreza (como problema económico) supuso una mejora importante con respecto a concepciones anteriores que ligaban la pobreza con el propio comportamiento de los pobres, con fallos individuales o familiares. En contraste con estas teorías, se apunta que hay una serie de factores estructurales del sistema en el entorno de un determinado grupo humano que dan cuenta de su situación de pobreza. Aunque lo estructural incluye dimensiones políticas, sociales, institucionales y económicas, el acento se ha situado sobre todo en estas últimas. Así, el discurso más extendido es el de conceptuar la pobreza como insuficiencia de recursos materiales (generalmente renta) para satisfacer las necesidades, obviándose que tal insuficiencia material es una manifestación más de la falta de recursos en otras áreas como pueden ser la del poder, la de los derechos, la de la educación, la de la información, etc. Es el enfoque de la economía, que ha sido calificado de miope y equivocado por carecer de una dimensión moral.

Numerosos autores apuntan que el concepto de pobreza debe referirse a mucho más de lo que el dinero debe comprar y que debe contemplar el área de las oportunidades y elecciones de la persona que, para los pobres, resulta realmente estrecha. Las recientes perspectivas multidimensionales de la pobreza vinculan ésta con una multitud de déficit y señalan que las oportunidades de vida de los individuos no dependen sólo de los recursos y bienes que tienen. De esta manera, introducen varias dimensiones, tanto materiales como no materiales, en el estudio de la pobreza. Este hecho no implica que rechacen la dimensión económica de la pobreza, ya que ven que los pobres pueden ser identificados, al menos en parte, por la falta de renta o de recursos, pero ven que la pobreza es algo más que esa falta.

Todos estos enfoques consideran la pobreza un fenómeno multidimensional y que no se limita a lo material ni es una simple yuxtaposición de carencias. La pobreza viene dada por la interrelación de una serie de desventajas (ingresos bajos, salud deficiente, vivienda deficiente, debilidad social, marginación cultural, etc.) que acaban conformando el mundo vital de los pobres y que les impiden el ejercicio de sus derechos. La pobreza no es el resultado de una privación simple, sino de una constelación de privaciones, no se limita a una dimensión, sino que se manifiesta en todos los campos de la vida. Es un fenómeno de múltiples factores, afecta tanto a los bienes públicos como a los privados, a la inclusión y a los derechos. Implica la falta de todo tipo de recursos, falta de ingresos para acceder a mercancías, ausencia de información y formación que permiten hacer un uso más eficaz de los recursos disponibles, carencia de derechos políticos o de la posibilidad o capacidad de ejercerlos, que a su vez puede cerrar la puerta a la participación en los mecanismos redistributivos y fragilidad en las redes sociales que aseguran bienes, servicios, identidad y sensación de seguridad personal. Desde estas perspectivas la pobreza significa andar corto material, social y emocionalmente. Sobre todo, la pobreza quita las herramientas para construir los bloques para el futuro, las oportunidades de vida. Fundamentalmente, lo que es ofensivo de la pobreza, y por eso importa tanto, es que las personas pobres son incapaces de mantener un grado de control sobre sus propias vidas mediante el ejercicio de la elección. Para muchas personas, la vida diaria es una serie constante de decisiones y elecciones. Para las personas pobres, el área de elección efectiva está limitada y una medida de la profundidad de la pobreza es la estrechez de las elecciones que les quedan.

Sin embargo y aunque se ha producido un avance muy considerable, sobre todo en los últimos años, en la comprensión del problema de la pobreza y una importante mejora del marco conceptual para abordar el estudio de las situaciones de desventaja, el discurso predominante sigue siendo el de vincular pobreza y/o bienestar con aspectos materiales, despreciando aspectos inmateriales del bienestar como pueden ser el poder de decisión, las oportunidades, la satisfacción, el reconocimiento, la dignidad o el afecto. Todos ellos, tanto los materiales como los inmateriales, son necesarios para satisfacer las necesidades humanas. El centrarse sólo en los materiales viene ocasionado porque el estudio de la pobreza ha estado muy centrado en los aspectos económico-monetarios. No ha habido una visión integral y holística ni una colaboración entre las diversas ciencias sociales para el análisis de la pobreza hasta tiempos muy recientes.

Bibliografía

  • Luis Antonio Azócar Bates, UTILITARISMO Y EQUIDAD INTERGENERACIONAL

V Congreso internacional de la sociedad iberoamericana de estudios utilitaristas (5csieu). Granada Septiembre 2007

  • Adela Cortina, Gustavo Pereira, Pobreza y libertad. Tecnos 2009

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