"La ortografía no es una sopa de letras".
"El lenguaje es el andamiaje del pensamiento".
Fernando Lázaro Carreter
Anda circulando un comunicado –supuestamente–del poder popular para la educación (MPPE) firmado por el ministro Aristóbulo Isturiz; de ser cierto no lo comparto por mi condición de persona preocupada por el buen escribir, y hablar, dos orientaciones básicas en la formación de cualquiera persona.
De ser una patraña más, como aparenta ser por las características propias de los falsos positivos lanzados al aire para pescar incautos por la mentirosa oposición venezolana; tenemos el deber de enfrentar a sus autores al utilizar el engaño para incitar al pueblo a la protesta, pensando en el próximo capítulo del libreto–otro intento del autoproclamado–imperialista, el cual no podemos dejar al libre albedrío de los enemigos de la patria, así, como no podemos dejar a los niños y adolescentes indiferentes antes la expresión y la escritura, porque es apartar una herramienta básica en la educación, y al final hasta los loros de la casa se van a reír al oír los disparates, y cuidado, sino terminan haciendo el papel de correctores.
El comunicado al cual me refiero, es una vulgar fotografía –vuelvo y repito– supuestamente va dirigido a todas las zonas educativas–llegó primero a las redes opositoras– para dejar sin efecto a partir del año escolar 2019-2020, desde la primaria, básica y bachillerato, cualquiera evaluación como error o equivocación en la ortografía, gramática y cualquier otra forma de expresión autónoma de los niños, y adolescentes. Al leer el aviso, me vino a la memoria un error, que cometí en un artículo publicado en las páginas: DE APORREA. ORG, Y ENSARTADOS el cual titulé (NUEVOS PEONES DEL IMPERIALISMO EN ESCENA) al escribir la palabra envestida por embestida, Después de mandar el escrito, me doy cuenta del error; un disparate, aunque para muchas personas pasó desapercibido, no así, para el amigo Rafael García, quien me hizo una segunda corrección.
¿Por qué me doy cuenta? La razón es muy sencilla: en mi época de estudiante de primaria, las maestras tenían la costumbre de censurar a los alumnos con un gran sentido de responsabilidad. No dejaban pasar un error ortográfico, y al final veían la recompensa: alumnos orgullosos de sus educadores, a quienes no olvidaban por el resto de su vida.
Al repasar el comunicado me pregunto: ¿Qué pasaría con nuestro idioma, si lo dejamos a la buena de los estudiantes, tal cual, como reza el oficio? Pero además me hago una reflexión: si, a los 70 años se cometen errores imperdonables, a pesar de haber estudiado en una época, cuando los maestros eran unos fieles guardianes de la ortografía, y el hablar; nos podemos imaginar los disparates, que de hecho oímos todos los días en los distintos medios de comunicación. No solamente en los jóvenes, también en personas con grados académicos, como si estuvieran en una parranda, pero se graduaron sin darle la importancia al buen uso de nuestro idioma, la herramienta para comunicarse y a la vez enseñar. Lo importantes es la parte económica, algo propio del sistema capitalista, que todo lo deforma, lo corrompe, hasta convertirlo en una costumbre del ser humano.
Esto me recuerda a un comerciante ya fallecido, muy dado a jugar con las palabras, quien tenía la costumbre de mantener organizado el depósito del negocio acompañado de un trabajador, y por momentos señalaba los productos, como le venía en ganas: ¡Ponga esta caja de jabon aquí! El obrero, lo corregía dándole la pronunciación correcta del producto–jabón– al momento el mercante dejaba escuchar su voz cargada de arrogancia: ¡pásemela, que esa vaina es mía!
Por algo el Comandante Fidel Castro, en un discurso pronunciado en la Universidad de Buenos Aires, en la facultad de derecho, dejó una profunda reflexión; una expresión para poner en práctica: "Es la educación que convierte al animalito en ser humano" pero sigamos leyendo los pensamientos de Fidel, relacionados con la educación: "Las mejores obras culturales, las mejores creaciones artísticas del hombre, y de la humanidad forman parte de la educación" "Lo que vale en una revolución, son grandes verdades"