Pienso que uno no puede predecir cuando viene a este mundo, pero si puede intuir cuando se va yendo. Lo que sí se puede es establecer claramente es la relación entre las primeras y últimas letras que uno escribe. El tango dice que "20 años no es nada", pero 80 si son bastantes.
Estando plenamente seguro de que mis facultades mentales están lúcidas y con el privilegio que gozo de la credibilidad ante mis lectores, quiero escribir este artículo para que sirva de base legal, por si acaso ocurre algún hecho sobrevenido, durante y/o después de la Laringectomia que me realizaran en el HULA Mérida este día lunes 25 del mes de noviembre del año 2019.
Quiero comenzar diciendo que esta es la 4ta. Operación quirúrgica que me harían antes de finalizar este año. He sido testigo presencial y vivencial de como se ha deteriorado el sistema de salud pública y a qué grado de inseguridad y comercialización estamos sus pacientes. También puedo dar fé de la existencia de verdaderos y abnegados(as) Servidores Públicos en esta área.
Sin querer hacer un Testamento Público, quiero expresar cual es mi voluntad, sobre determinados asuntos, en el cual puedo estar involucrado yo y otras personas de mi entorno; pues uno nunca sabe cuándo es que va haber una situación no prevista y nos encontremos acéfalos de la información necesaria para tomar decisiones. Es de allí que quisiera testamentar sobre los asuntos siguientes:
1.-Es mi voluntad la Donación de mi cabeza y cuello a una Institución Universitaria de Investigación Neurológica, (Nacional o Internacional, si la solicita) para que investigue sobre los temas siguientes:
a): En cual lugar o espacio cerebral se encuentra el gen de la brutalidad. Como Negro que soy, siempre fui tachado de "Negro bruto, que sólo sirve para cargar bojotes". Pienso que hurgando en mi cerebro podrían encontrar el lugar exacto donde está ubicado ese gen y entonces crear algún antídoto contra la brutalidad y los Negros del futuro puedan llegar a ser tan inteligentes como los blancos europeos.
b): Efectos sobre la columna cervical de los niños negros por cargar agua en la cabeza. Yo quedé paralizado y fui operado de las vértebras cervicales 3 a la 7 de mi columna, a consecuencia de haber cargado agua en latas de 20 litros sobre mi cabeza entre las edades de 8 a 15 años, pueden los investigadores encontrar las causas que generaron esta situación y hacer propuesta para que esto no continúe y así lograr que muchos negros lleguen a viejo sirviendo para algo.
Estas investigaciones también podrían ayudar a la población Afrodescendiente, que minoritariamente habita en Venezuela. Esta donación se llevará a cabo cuando suceda que mis signos vitales hayan dejado de funcionar.
2.- Autorizar al actual Ministro de Cultura Ernesto Villegas Poljak, a iniciar una investigación profunda de las causas por las cuales no se ha publicado el libro: "Hay Negros en Venezuela?" , escrito por mi (Juan Veroes) y que todavía debe estar en formato de disco, en el escritorio que ocupaba el Ministro Aristóbulo Izturiz, cuando ejerció ese cargo en el Ministerio de las Comunas.
3.- Autorizar a mi hijo varón mayor para que ordene la cremación de mis restos y mis cenizas las esparza sobre las raíces de una o varias matas de Cacao de la Hacienda de Los Mijares, ubicada en el Municipio Acevedo, Parroquia Araguita del Estado Miranda. Lugar donde mi madre trabajó en su juventud recogiendo cacao con un canasto en su cabeza y procreó a su primera hija.
Si Dios me da licencia, como dicen aquí en Los Andes, cuando salga de esto, seguiré escribiendo en Aporrea, ( si es que a esta página web no la han clausurado) sobre la salud pública y privada, temas en los cuales me he convertido en un soberano experto. Cuatro operaciones quirúrgicas en un año de Guerra no Convencional no es para menos.
Yo para mis adentros pienso que estas no serán mis últimas letras, pero uno no sabe cuándo es el último día de vida que le toca en este planeta llamado tierra. Y es por eso que: "Por si acaso yo no vuelvo, me despido a la llanera, despedirme no quisiera, pero no encuentro manera…"