Contra la dolarización emergente un sistema cambiario complementario

Sábado, 07/12/2019 02:43 AM

CRISIS ECONÓMICA INDUCIDA

A finales del año 2019, Venezuela se encuentra en una fase decisiva para derrotar la conspiración económica nacional e internacional que pretende generar una crisis terminal parecida a las que viven varios países de la región, donde la gente se cansó de vivir de menguas y de ingresos que no alcanzan para un buen vivir.

Estamos en la víspera del año electoral parlamentario que será el 2020, donde la lucha política por el poder en Venezuela se centrará en el único bastión institucional que ha tenido la oposición de derecha venezolana para afinar su política contrarrevolucionaria y de afectación social como lo ha sido el Parlamento Nacional, que por cierto aún se encuentra en desacato.

En paralelo coexiste la Asamblea Nacional Constituyente, que hace su esfuerzo para crear las condiciones idóneas que generen la estabilidad, la gobernabilidad y la confianza para que la sociedad supere esta fase de "guarimba" económica, que es un proceso conspirativo que no deja avanzar a nuestra sociedad.

A esto se la une el bloqueo y las medidas unilaterales de bloqueo y persecución financiera internacional impulsadas por Estados Unidos.

Se le une la manipulación especulativa en el mercado de bienes y servicios de primera necesidad coordinada desde los gremios tradicionales opositores, que son los aliados internos de la organización criminal llamada Dolartoday y otras plataformas sociales que publican el valor del dólar paralelo, que le hacen el juego todos los días, sacan costos, publican y venden en dólares, contribuyendo en enardecer la ola inflacionaria que sin ningún precedentes hemos vivido los últimos tiempos. Un dólar paralelo que ya superó la barrera de los 40.000 bolívares, donde los trabajadores cada vez compran menos productos dolarizados con su bajo sueldo que ganan con bolívares devaluados. Eso es una realidad que no se puede ocultar.

Todo lo anterior, son limitantes del crecimiento y el desarrollo económico venezolano en la actualidad, que si persisten, de seguro seguirá afectando nuestro futuro próximo. Las previsiones indican que en el 2020 permanecerán los ataques del gobierno de Estados Unidos contra la revolución. Recordemos, que las gestiones de Bush, Obama y Donald Trump han sido muy hostiles con los gobiernos de Hugo Chávez Frías y ahora el de Nicolás Maduro. La conflictiva continuará porque la revolución junto a su pueblo ha insistido en el camino de la independencia y la defensa de la soberanía nacional.

Es por lo anterior que los propios venezolanos debemos afilar nuestra capacidad humana, física, material y espiritual para superar esas dificultades económicas y financieras que padecemos.

No podemos amilanarnos ante esas problemáticas inducidas desde el exterior con la ayuda de los conspiradores internos, que utilizan instituciones como la Asamblea Nacional para que extranjeros nos agredan y nos roben nuestros activos comunes como las inversiones petroleras en Estados Unidos.

Como en crisis parecidas vividas por muchos países agredidos por el Imperio del Norte, estamos seguro que de la misma sociedad política, económica y civil surgirá un sinfín de propuestas alternativas sobre lo que podría hacerse para detener y defendernos ante los ataques a la economía. Estoy seguro que este pueblo unido demostrará su capacidad y alto nivel de politización para resolver los conflictos y encontrará la vía necesaria para la coordinación social. Todos los días actuamos y jugamos a eso.

NO A LA DOLARIZACIÓN EMERGENTE SI A UN SISTEMA CAMBIARIO COMPLEMENTARIO

No obstante, soy el que creo que la solución económica para alcanzar el desarrollo en Venezuela en el mediano y corto plazo no es por la vía de dejar avanzar la "dolarización emergente" o "forzada" por la situación de inestabilidad cambiaria que vivimos en el último año. Que gran parte de la población viva de las "remesas" no oficializadas o legalizadas eso es una cosa, pero que se permita el cobro libre utilizando el dólar como moneda dominante es otra cosa.

Insistimos en nuestra propuesta desde hace tres años para acá, de ir alejando a la sociedad venezolana cada vez más de la demanda del dólar para realizar el comercio exterior, aplicando un sistema cambiario más complementario. Porque la realidad es que en nuestro país no sólo se demanda dólares para el comercio exterior, sino que también requerimos otros tipos de divisas de origen de países que mantenemos grandes relaciones comerciales.

Por ejemplo, nuestro comercio exterior con China, los vecinos fronterizos Colombia y Brasil, y otros países europeos, han venido aumentando en los últimos años, incluso a un ritmo mayor que el que Venezuela mantiene con Estados Unidos, esto debido al bloqueo imperial. Por lo tanto, los venezolanos obligatoriamente requerimos yuanes, creceiros, pesos colombianos y euros para importar mercancías y maquinarias desde estos países.

Pero la política cambiaria actual obliga que el que quiera viajar a China para importar deba buscar primero dólares en nuestra economía para luego cambiarlos por yuanes allá en China. El que quiera viajar a Colombia para importar lo que sea, el sistema cambiario nacional te obliga primero a buscar dólares aquí adentro para luego cambiarlos por pesos allá en Colombia. Asimismo ocurre con los que viajan a Brasil, primero buscas dólares para luego cambiarlos a cruceiro. Y así sucesivamente.

Y, como el gobierno está generando pocos dólares petroleros, entonces los dólares que se inyectan a la economía nacional por la vía de remesas, que circulan sin control, que se rigen por los indicadores del dólar paralelo, son los que determinan el valor de los precios de los bienes y servicios finales que se traen desde Colombia, China, Brasil y Europa. Siendo, finalmente, el dólar y su imagen paralela, el determinante de los precios finales en el mercado de bienes y servicios nacional.

En ese sentido, el dólar paralelo sigue siendo el causante de la hiperinflación inducida, que en fin es el elemento perturbador de la economía venezolana, y considero no debe dejarse como moneda dominante y mucho menos sin control o sin otra monedad-divisa que la contrarreste.

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