¡Que pelón!
Por: Rafael Ramírez Carreño
Domingo, 08/12/2019 10:38 AM
De aquella Patria que nos habló el Comandante Chávez un día como hoy hace ya 7 largos años, no queda nada. maduro y el grupete de cinco que le aplauden: diosdado, cilia, jorge, tareck y delcy, han acabado con ella. Acabaron con la economía, con la soberanía, con las instituciones, con sus empresas emblemáticas, con PDVSA, con las Misiones, con la democracia participativa y protagónica, con el poder popular, con la autoestima del venezolano, con el vivir bien; ¡acabaron hasta con el Bolívar! Estos farsantes acabaron con el Plan de la Patria, con el sueño de todo un pueblo, acabaron con Chávez.
Esta tragedia ha sido posible solo por la acción de intereses extranjeros que penetraron y manipularon a los factores de poder que estuvieron siempre contenidos bajo el paraguas del Comandante Chávez. Ha sido posible por el apoyo de una élite militar que traicionó su juramento para convertirse en empresarios y negociantes de todo tipo. Ha sido posible por la degradación y complicidad de toda una camada de dirigentes políticos y populares, incluso, de antiguos compañeros del Comandante Chávez, que han guardado un silencio incomprensible y desleal con el amigo, al que ya ni siquiera mencionan.
Los que hemos dicho y hecho algo para reivindicar y defender a Chávez, sus ideas, su obra, hemos sido objeto de los más absurdos y despiadados ataques, persecución, linchamientos morales y hasta prisión. Ahora, todo tipo de personajillo oportunista, justo los que Chávez siempre tuvo lejos, son las “autoridades” designadas por maduro al frente de las ruinas de las instituciones del país para agredir, insultar, acusar y perseguir a ex ministros, chavistas u oficiales militares de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Acabaron con el Estado de Derecho, con el debido proceso, con cualquier vestigio de seriedad o institucionalidad. Desde el infame fiscal, hasta el absurdo contralor que no controla, pero que ladra como esos perritos chiquitos que tratan de llamar la atención, pasando por los diputados tarifados que viajan por el mundo a sueldo de los Saabs. Han hecho del país un circo de lo absurdo. ¡Que desastre, que pelón!
Por otra parte, la oposición y guaidó se desmoronan. No atinan aún una respuesta a las palabras lapidarias del subsecretario de Estado de EE.UU. “Nuestro apoyo ha sido a las instituciones democráticas, no a guaidó como persona, sino como presidente electo de la Asamblea Nacional, apoyaremos a cualquiera que ocupe ese puesto”. Un guaidó aturdido aún no dice nada, no responde, ni muestra un poco de autoestima. Salió el Secretario de Estado a tratar de calmar a una oposición paralizada por el leñazo. Pero todos sabemos que en esos países, no hay palabras improvisadas por los altos jerarcas de sus instituciones. El subsecretario expresó en sus palabras lo que piensan los que apostaron a guaidó: ¡que pelón!
La oposición de guaidó se desmorona por varias razones: en primer lugar, no son soberanos en sus actuaciones, están tutelados por gobiernos e intereses extranjeros a los que han prometido el saqueo del país. No se han podido desprender de su naturaleza excluyente e intolerante, ni logran zafarse de su condición elitesca, comprometida con intereses y factores anti nacionales. Estas características le restan la posibilidad de abrirse a otros factores políticos, ni siquiera de la oposición, más allá de su propio grupo, y mucho menos capaces de tener una propuesta para los sectores populares.
En segundo lugar, guaidó, a quien no conozco, con quien nunca he hablado, ni tengo, ni he tenido ningún tipo de relación ni afinidad, es un invento de los mismos y sempiternos asesores políticos, que, una y otra vez han fracasado en el país. Una figura desconocida, de laboratorio, sin la capacidad ni el bagaje necesario para hacer frente a la compleja situación que confrontamos. Un joven que camina y viste como Obama, en un país cruzado de problemas y contradicciones. Es un candidato copiado de otra realidad y otras circunstancias, arrogante y sectario. ¡Un pelón!
En tercer lugar, la propuesta de este sector de la oposición, insiste en desconocer a la otra mitad del país, al chavismo, que no es lo mismo que madurismo. El programa de la oposición articulado en su “Plan País”, es la reedición de la Cuarta República, de la Apertura Petrolera y significa un retroceso y desconocimiento a todo lo hecho y alcanzado durante el período de gobierno del presidente Chávez. Esas conquistas están allí, destrozadas por maduro, pero subyacentes en el ideario colectivo.
La oposición no puede pretender llegar al poder y arremeter contra todo, solo porque están llenos de odio y ganas de revancha. Esa opción únicamente se puede imponer por la violencia, pero, aún así, no se sostiene. Por más molestia que exista en el pueblo y por más que maduro haya malpuesto a Chávez y su obra, no se puede pretender reconstruir al país borrando del mapa a la otra mitad. Eso no es posible, eso es lo que hace maduro y ya vemos los resultados.
La realidad y profunda crisis del país impone la necesidad de alcanzar puntos de acuerdo y consenso, una nueva gobernabilidad, teniendo como base la Constitución Bolivariana, los Objetivos del Plan de la Patria y la Política de la Plena Soberanía Petrolera. De allí, nuestra propuesta de que se constituya una Junta Patriótica de Gobierno. No es cualquier junta, ni gobierno de transición. No puede ser un nuevo pacto de élites, tiene que ser una Junta Patriótica, todo lo inclusiva que se pueda, pero que tenga como plataforma política estos elementos, y como objetivo, devolver la soberanía al pueblo venezolano, para decidir sus propios asuntos, su futuro.
La mejor prueba de que no se puede gobernar sin esa plataforma política: la Constitución Bolivariana, los Objetivos del Plan de la Patria y la Plena Soberanía Petrolera, es el gobierno de maduro, quien abandonó la plataforma política que lo llevó al poder y el país se vino abajo.
Por otra parte, la oposición guadoista, se ha apoyado en factores políticos profundamente corrompidos, las mismas caras conocidas de la Cuarta República, la cloaca de la política o cuando son nuevos rostros, mantienen las mismas prácticas que han desprestigiado tanto la política en el país. Veamos.
Lo que denunció Calderón Berti (el único “embajador” despedido por un presidente autoproclamado), con quien tengo profundas diferencias políticas, pero que, sin embargo, considero una persona seria, es muy grave. El manejo que han hecho de la ayuda humanitaria recibida y administrada por guaidó, no se sabe si fueron cien millones de dólares o cuánto porque nadie rinde cuentas, deja mucho que desear de esta gente. Este señor superlano (personaje fácil en la ofensa) se fue de discotecas, de farra, de burundanga. Por otra parte, lo que denuncia Calderón Berti sobre lo que están haciendo con Monómeros (empresa venezolana confiscada por Colombia y entregada a guaidó), abre solo una rendija en lo que va a resultar ser, es cuestión de tiempo, un escándalo más de la política venezolana.
El escándalo del grupo de diputados de la oposición tarifados de Saab, miembros de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional que se fueron de viaje y farra a varios países de Europa: Bulgaria (allí recibieron el dinero), Italia y España, le da un golpe de gracia a esta comisión que, desde tiempos del inefable Freddy Guevara, ha sido un mecanismo de extorsión, acusaciones políticas y trabajo por encargo a favor de los operadores económicos del madurismo, tal como denunciamos en su momento (con documentos probatorios de sus actuaciones), y como lo han hecho voceros de la misma oposición y medios de prensa digital. El mismo guaidó se vio obligado a destituirlos de la mencionada Comisión y fueron expulsados de sus respectivos partidos. El único que salió a defenderlos fue Diosdado en su programa de animación-odio. ¡Que papelón Diosdado! Si te viera Chávez, ¡qué pelón!
Falta conocer qué es lo que ha sucedido en CITGO. Una empresa confiscada por el gobierno norteamericano y entregada a guaidó para que la administre. Todo esto es absolutamente irregular y lo he denunciado en mis escritos. No estoy de acuerdo de ninguna manera. Esa acción deja en entredicho muchas cosas, muy mal para el futuro de las relaciones entre nuestros países, para el Derecho Internacional.
En el gobierno del presidente Chávez decidimos por razones de interés público y de conveniencia nacional, nacionalizar y tomar el control de todo el sector petrolero en el país. Actuamos con base en la ley, pero invitamos a las empresas a participar con nosotros en el marco de nuestra Ley Orgánica de Hidrocarburos en Empresas Mixtas, compensamos a las afectadas e incluso fuimos hasta los Tribunales de Arbitraje Internacional, honrando los compromisos asumidos por los gobiernos anteriores, dando continuidad a las actuaciones del Estado venezolano. Siempre apegados a la ley.
Por cierto que, maduro en sus acostumbradas pataletas y ataques de odio, ordenó hace unos días a su contralor a que se fuera a PDVSA para vociferar en mi contra nuevas acusaciones absurdas y descabelladas. Pero, cómo estas actuaciones, por más risibles y absurdas que sean, ya sabemos que anteceden una nueva agresión, es importante alertar al respecto.
Ahora, el señor contralor de repente me acusa, sin pruebas obviamente, llegando a conclusiones absurdas de actuar en conjunto con guaidó y otro señor que desconozco, para financiar las actividades políticas de este, facilitando la confiscación de activos de la República en el exterior.
Basta revisar mis escritos, declaraciones y posiciones políticas, para darse cuenta que no tengo ningún tipo de coincidencias ni alianzas de ninguna índole con guaidó. Por otra parte, es bueno recordar que tanto guaidó como su partido, voluntad popular, se han convertido junto al madurismo, en uno de los factores fundamentales del linchamiento moral en mi contra, a través precisamente de su Comisión de Contraloría en la Asamblea Nacional. Este es un ataque contra el ministro de Petróleo de Chávez: arremetiendo contra mí en lo personal, pretenden destrozar el legado político de Chávez y la extensa obra de PDVSA y los logros irrefutables de nuestra política de Plena Soberanía Petrolera.
Finalmente, habría que recordar que guaidó no necesita precisamente de financiamiento. Él tiene su ayuda humanitaria, CITGO, Monómeros, apoyo de más de 500 millones de dólares de agencias norteamericanas, además del apoyo político de más de 50 países. Insinuar por otra parte que yo pueda incidir en la confiscación de activos de la República en el exterior, no solo es absurdo legal y políticamente, sino que, esto implicaría obviar que el gobierno de los Estados Unidos es soberano y toma sus propias decisiones, tal y como lo ha hecho.
Las acusaciones del contralor son tan miserables como absurdas, y más aún, son una muestra más del desespero de maduro, quien me acusa constantemente de ser el responsable de la obra de su propio gobierno: la destrucción de PDVSA, de la economía, del apoyo norteamericano a guaidó. Pronto me acusará de ser presidente del país. Todo es absurdo.
Necesitan un chivo expiatorio de su fracaso, yo resulto ser perfecto: Chávez está muerto y nosotros somos sus huérfanos políticos. No puedo defenderme ni ir al país, pero me mantengo socialista y Chavista, es esto lo que aterroriza a maduro. Cuando vuelva a la Patria, ellos tendrán que rendir cuentas de todo el mal que han hecho.
Mientras nuestra Patria debilitada sigue en el abismo, la “Exxon Mobil” recibirá permiso de Guyana para perforar 31 pozos petroleros en aguas del Territorio Esequibo en nuestra zona de reclamación; la economía está dolarizada de facto y, mientras una minoría resuelve su Navidad en los “bodegones de maduro”, la inmensa mayoría del país, los trabajadores, los humildes, tratan de completar algunos bolívares para llevar algo a casa para esperar la Noche Buena, esta vez, sin estrenos, con la familia separada. Una Navidad con las cárceles llenas de presos políticos, de trabajadores y ciudadanos secuestrados, con más de 5.800 familias que han perdido a los suyos a manos del FAES y 4,7 millones de venezolanos lejos de la Patria. ¡Que triste pelón!