Cuando despertó, el dinosaurio aún estaba allí

Miércoles, 11/12/2019 08:12 AM

*Cuando despertó, el dinosaurio aún estaba allí… *Tiene fama, bien ganada,
de ser el cuento breve más corto que jamás se haya escrito. Los mejores
críticos literarios lo califican así por su capacidad de, en una línea,
sugerir mil historias, mil comienzos, mil desenlaces. Intentemos imaginar
una de esas historias, haciendo la salvedad de que si alguna semejanza se
encuentra no es pura coincidencia. Imaginemos.

*¿Quién dormía?* Puede ser desde un pueblo hasta una persona. ¿Era mujer,
era hombre?, puede ser un animal… podemos imaginar que cuando dice: "*aún
estaba allí"*, ese "allí" puede ser la cabecera de la cama, la casa, la
selva, un trono, una hamaca, un país entero…

No hemos empezado a imaginar y ya tenemos varias historias. Sigamos.

*¿Cómo llegó el dinosaurio a ese "allí"?*

Quizá fue un complot entre monstruos para ponerlo a la orilla de la cama.
Estos monstruos tenían un interés, ¿cuál era ese interés? Quizá el
dinosaurio era un juguete de un niño, tal vez era un rey y los monstruos
estaban interesados en conservar el trono, a lo mejor el dinosaurio era una
ilusión; puede ser una suegra fastidiosa, o un matrimonio obligado.

*¿Cómo continuaría el cuento? *El dinosaurio sigue allí, ¿eso es bueno, o
es malo? En el primer caso acompaña a lo que sea que esté durmiendo, en el
segundo caso lo acecha. *¿Qué sucede después?* Lo que estaba durmiendo ¿lo
ataca, o por el contrario se asusta huye, o está acostumbrado al dinosaurio
y sólo lo saluda? Si el dinosaurio es un buen gobernante, el que duerme se
alegra; si es un mal gobernante, se siente triste, piensa en algo para
derrocarlo. *¿Qué hace el dinosaurio?* Ataca al durmiente, lo maltrata, o
tal vez lo abraza y le lleva el desayuno, lo protege. Puede ser que el
dinosaurio respete los derechos humanos, puede ser que no.

El cuento breve sugiere una recurrencia: la permanencia del dinosaurio.
Ahora bien, podríamos imaginar que eso es bueno, o que es malo. El primer
caso se supone que lo que duerme, el pueblo, el individuo, un animal, y el
dinosaurio tienen una relación sana, los dos se complementan, se protegen.
En el segundo caso, si la relación es mala, si el dinosaurio es una
calamidad, queda la incógnita infinita de si lo que duerme tendrá la
fuerza, la inteligencia, la disposición para resolver la situación: ¿podrá
salir del dinosaurio, alguien lo ayudará? Todo cabe en lo imaginado. Por
ahora, lo que duerme y el dinosaurio, cualquier cosa que sean, están
condenados a permanecer juntos, girando como en una noria.

Las posibilidades que surgen del breve cuento son casi infinitas, es un
magnifico ejercicio para la imaginación. Una moraleja se puede aventurar:
la permanencia no es sana, la vida se basa en la impermanencia, *"todo
cambia, todo pasa".* El dinosaurio, sea malo o sea bueno, debe, tiene, que
cambiar. No hay mal que dure cien años, tampoco hay bien que dure cien
años. Todo cambia, es una ley de la vida, al humano solo le está dado
luchar para que el cambio sea para mejor.

Es asombroso el material literario que el breve cuento sugiere. Nos
quedamos con el sabor, no sabemos si amargo o dulce de que cada individuo,
cada pueblo, es responsable de su historia, crea su propio dinosaurio…

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