De algo hay que morir, es lo primero que viene a mi mente contaminada como está de tanta perversidad acumulada y sin descartar lo que quiera, me voy de inmediato a Krishnamurti, a comentar su carta del 15 de mayo de 1979, dentro de Cartas a las Escuelas, que a estas alturas del vivir como el arte más grande de que todas las cosas que, los seres humanos han creado con la mano o con la mente, más grande q todas las Escrituras y sus dioses -como lo dice él mismo, después-, y no sé porqué no incluye con la mente y con la mano juntas, a no ser la poca posibilidad por no decir, muy pocos lo pudieran hacer o, es lo más común.
Y continúa diciendo Krishnamurti que, es sólo a través de este arte de vivir que puede nacer una nueva cultura y, que eso ocurra, es la responsabilidad de cada maestro, especialmente en estas escuelas (que él ha tratado), por lo que el arte de vivir puede surgir únicamente de la total libertad, que pareciera que seguiremos en la misma, quién sabe hasta cuándo ese despertar y sobre todo en Venezuela. ¡Viva Venezuela mi Patria querida, quien la libertó fue Simón Bolívar! Pero Simón Bolívar, hace años que murió, pero ahora existe Trump que también anda buscando la libertad a su manera a lo Monroe, tal cual, como inventa dictadores que también los pone a sufrir, pero más al pueblo, que sus dólares no indemnizan los daños que va dejando.
Carta del 15 de mayo de1979: "Lo que el hombre le ha hecho al hombre no tiene límites. Lo ha torturado, lo ha quemado, lo ha matado, lo ha explotado de todas las maneras posibles -religiosa, política; económica. Ésta ha sido la historia del hombre para con el hombre: el listo explota al tonto, al ignorante (no tan ignorante también). Todas las filosofías son intelectuales y, por consiguiente, no son lo total; ellas han esclavizado al hombre. Han inventado lo que la sociedad "debería ser" , y han sacrificado al hombre a sus conceptos; los ideales y los que se llaman pensadores han deshumanizado al hombre. La explotación de otro -hombre o mujer- parece ser nuestro estilo de vida cotidiana. Nos utilizamos unos a otros y cada cual acepta esta utilización. De esta relación tan peculiar surge la dependencia con toda su desdicha, su confusión y la agonía que es inherente a la dependencia. Así de alevoso ha sido el hombre consigo mismo y con otros; ¿cómo puede, entonces, haber amor en estas circunstancias?". Claro en la iglesia católica que es la que más conozco, hay mucho amor, acaso no se dan cuenta el amor que practica la CEV con los pobres -Dios los guarde-. Pero la verdad es que Krishnamurti se queda corto 40 años después, creo que hubiera perdido la paciencia y viendo el cielo estaría en esta agonía permanente de desconsuelo que nos abraza a diario.
Menos mal que en Venezuela tenemos a Guaidó apoyado por el gobierno del Norte con otro norte, que, ¡Oh! Adivina, adivinador, que para el 2020 vendrán más y mejores emociones y quien quita -nadie sabe- que sea Rafael Ramírez quien nos saque las pata del charco con su Junta Patriótica, que bien patriótica será, y a lo mejor, no lo aseguro, ni lo deseo que, con Ramírez como presidente encargado se viva mejor y con eso deje de estar huyendo por el bien de nosotros.
Y ese es el gran problema de la mente humana que tiene que ver con todo y deshacerse de esa mente, posible, difícil por no decir que seguiremos en la misma, aunque el arte de vivir es el más grande y, aunque exista un pensar sin palabras, mejor nos quedamos callados.