Fe hebrea profunda

Domingo, 05/01/2020 11:31 AM

Conversa en una carta, que no en una cárcel, con mi amigo de la casa, con mi fraterno de la infancia, Hermes Escalona Acuña, en San Carlos de Cojedes, de cometas, algaradas y algazaras en la muerte de Gregorio, y, en su velorio en toda la madrugada.

La fe hebrea, es expresión religiosa de la certeza, llevada por la esperanza, es manifestación religiosa de la convicción llevada por lo que no se ve. Para la teoría de la contradicción borrosa avanzada, la fe hebrea es la certidumbre y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la no convicción, lo visible y lo invisible, llevadas, las palabras pareadas paradójicas, por la fe hebrea profunda contradictoria borrosa. Como lo dijera Alan Richardson en 1966: "La fe es la aceptación de la paradoja en todo su absurdo." A según la espiritualidad filosófica socrática: "La sabiduría es saber, llevada, la sabiduría, por el que sabe que no sabe." Richardson, llevaba la contradictoria borrosidad védica upanishad sánscrita, del ser y noser, sin saber sabiendo. Aun y aún, en 1975, Luis Alberto Machado, planteaba sin saber sabiendo, la contradictoria borrosidad védica upanishad sánscrita, en las palabras pareadas paradójica en La Revolución de la Inteligencia, en que barruntara la precisa singularidad esencial como forma significativa conmovedora borrosa en 22 Palabras Pareadas Paradójicas, a saber: "Posible e imposible, acto y potencia, ente real y ente de razón, hecho y concepto, causa y efecto, fin y medio, todo y parte, general y particular, sustancia y accidente, fondo y apariencia, interior y exterior, subjetivo y objetivo, animado e inanimado, abstracto y concreto, lo que debe ser y lo que es, libre y necesario, positivo y negativo, importante y no importante, extraordinario y normal, complejo y simple, evidente y dudoso, lógico y absurdo." Palabras pareadas paradójicas, que son contenidos que contiene el continente de continentes, el ser y el noser, de la enciclopedia védica upanisha sánscrita de la modernidad ilustrada originaria de la nueva orientación einsteiniana. De todo lo dicho, síguese, que la fe hebrea, haya abrevado en el ser y noser de la enciclopedia védica upanishad sánscrita, a la que abrevaran Buda, Heráclito, padres terráqueos verracos de la teoría contradictoria borrosa, a la que abrevaron, aun y aún, Hegel y Marx. A lo que la literatura védica upanishad sánscrita, no es el opio de los pueblos, el opio de los pueblos, está incrustado en el capitalismo y en el neoliberalismo propagandístico alienante, a los que se incrusta lo peor de lo religioso presente, pues el ser y el noser, es el continente de continentes, de todos los casos límite contradictorios, que no es opio, ni cocaína, ni marihuana, ni cualquier otro narcótico teológico perverso norteamericano monroeiano contra la teología contradictoria revolucionaria latinoamericana de la fe hebrea profunda, aquel adormece y anestesia a los pueblos y sociedades con algo con lo cual preténdese y propónese seguir diciendo con la anunciada publicidad propagandística del atraso anestesiante, pues, la filosofía octaviopaziana profunda (1980), continente de continentes, de desarrollo demostrativo testimonial (DDT), contra el opio de los pueblos. La filosofía octaviopaziana profunda, contenido que contiene el continente, el ser y el noser, es y ha sido, aún y aun, solo y sólo, tercio incluso aristotélico profundo, la filosofía octaviopaziana profunda, punto de inflexión e intersección topológico de lo humano y de lo divino, continente que contiene a los contenidos de la ciencia, la ética, la estética y a la religión, esto es, atención al entendimiento, a la estética, a la ética, y a la espiritualidad (EEEE), si faltare una (E), de estos aspectos límbicos antagónicos, no es filosofía, sino opio de los pueblos. Y bienvenido el opio, pues se ha de tener y a atener a la contradictoria borrosidad ideológica, a la teología revolucionaria borrosa de la fe hebrea profunda, para combatir a la alienante impía opiopílica capitalista. La filosofía octaviopaziana profunda de la teología liberadora hebrea, ahí, en el tercio incluso aristotélico profundo, de equilibrio dinámico dialéctico dialógico difuso diabético, de la unión y lucha de contrarios, equilibrio que surgiera de la penumbra sombría whitmaniana, de la armonía de la exclusión y de la inclusión, en La Gran Moral Aristotélica, el 11/09/2001, con la voladura de Las Torres Gemelas, con el narcotizado opiopílico discurso parlamentario excluyente georgebushiano: "O estás, conmigo o estás con mi enemigo." Tanto la filosofía octaviopaziana abismal como la fe hebrea profunda como el tercio incluso aristotélico abisal, son continentes que contienen los contenidos de las leyes de la dialéctica y las leyes de la lógica elemental aristotélica con el tercio incluso estagirita complementario del tercio excluso aristotélico en el preciso momento de la voladura de Las Torres Gemela Neoyorquinas, en la natividad del tercio incluso aristotélico profundo.

La fe hebrea, es expresión religiosa de la certeza, llevada por la esperanza, es manifestación religiosa de la convicción llevada por lo que no se ve. Para la teoría de la contradicción borrosa avanzada, la fe hebrea es la certeza y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la no convicción, lo visible y lo invisible, llevadas, las palabras pareadas paradójicas, por la fe hebrea profunda contradictoria borrosa. Como lo dijera Alan Richardson en 1966: "La fe es la aceptación de la paradoja en todo su absurdo." La fe hebrea profunda es una respuesta a la perversa teología opiopílica capitalista. La fe hebrea profunda como contenido ha de combatir con el DDT de la filosofía octaviopaziana abisal, entre la perversidad y la no perversidad, a la propaganda neoliberal perversa narcotraficante de las grandes corporaciones y cadenas capitalistas de la informática proterva comunicacional. La fe hebrea profunda es tanto como la maniobra suntzuiana abismal del arte de la guerra de los tiempos míticos, de la estrategia ofensiva entre los puntos débiles y los puntos fuertes, del ataque con fuego ideológico sostenido en marchas y movilizaciones permanentes contra el narcótico opiopílico capitalismo neoliberal del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Con la fe hebrea profunda, como en la noches de los tiempos, los templos no estarán vacíos, sino rellenos de convencidos de la teología de la liberación paradójica richardsoniana (1966), en que introdúcese la teoría de la borrosidad contra la perversa teología inmoral de que lo presente es lo peor que existe, y, que el espejito engañador indígena, es lo valeroso para el saqueo y la masacre humana de la resistencia indígena, tanto como lo hacen los medios corporativos poderoso de la comunicación, para el golpe de Estado, y, descuadernar la revolución teológica liberadora de los pueblos, y, los templos no estarán vacíos, sino rellenos de convencidos de una teología liberadora con la fe hebrea profunda entre las sienes y los corazones, tanto como la indeterminación védica abismal, entre el ser y el noser de los ancestros upanishad sánscritos primigenios religiosos avanzados.

Si la fe hebrea, es expresión religiosa de la certeza, llevada por la esperanza, es manifestación religiosa de la convicción llevada por lo que no se ve. Para la teoría de la contradicción borrosa avanzada, la fe hebrea es la certidumbre y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la no convicción, lo visible y lo invisible, llevadas, las palabras pareadas paradójicas, por la fe hebrea profunda contradictoria borrosa. Como lo dijera Alan Richardson en 1966: "La fe es la aceptación de la paradoja en todo su absurdo." Entonces sea dicho que la fe hebrea profunda es tanto como el tercio incluso aristotélico abismal, entre el exceso y el defecto de la Gran Moral Aristotélica. Ergo vergo sea dicho que la fe hebrea profunda, invadirá los templos con la teología de la liberación contraria al opio de los pueblos, en que lo védico hegeliano marxista, por la calle de en medio, entre la certidumbre y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la no convicción, entre lo visible y lo invisible. Ergo vergo sea dicho que con Rosa María en la calle Alegría de San Carlos: "¡En los templos la contemplo, a la teología de la revolución, y, para los pueblos, ejemplo!

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