"A confesión de parte, relevo de pruebas", es un axioma jurídico que significa que quien confiesa algo libera a la contraparte de tener que probarlo. Y este axioma nos viene muy bien para ratificar unas declaraciones de Henry Ramos Allup, y Pedro Carreño, sobre los diputados opositores que se vendieron, y ser elegidos como directivos de la Asamblea Nacional el 5E, que marca la decadencia en la política venezolana, y es la indicadora que el "sistema de la corrupción" se va consolidando, a pesar de su ocultamiento por parte de los medios monopólicos de comunicación públicos. Fin de la cita.
Por legítima que sea la arrechera social hacia estos dirigenticos, no se resuelve el problema social, económico y político, creando otro mayor. Convertir el voto parlamentario de ese día, en auto punitivo no fue una buena idea.
No se puede anticipar hoy con precisión el resultado de esas elecciones de las dos directivas de la Asamblea Nacional de Venezuela. Pero disponemos ya de información suficiente para saber con certeza que esta cagada ha sido el acto más irresponsable cometido en la política venezolana desde 1960. Sus efectos nocivos serán extensos y profundos, y no es seguro que puedan repararse en un futuro visible.
Dinamitar la legislatura venezolana, comprando basura y excremento, Ramos Allup dixit en declaraciones el 6E en la AN; es malograr un parlamento que ofrecía varias condiciones posibles para formar un Gobierno estable con mayor equilibrio; maltrataron el voto de 30 millones de venezolanos como si esos votantes estuvieran obligados a obedecer el designio de esos políticos y no al revés. Todo esto es muy doloroso por los, momentos, y las circunstancias que vive la patria.
El oportunismo rastrero que hasta noviembre del 2019 decía en sus reportes parlamentarios diarios por los WhatSaap que enviaba a los celulares donde decía en sus mensajes: qué Nicolás Maduro era un *usurpador, corrupto y dictador* hoy ha triunfado sobre la sensatez. El diputado José Brito sabía que la respuesta a su bajeza de baja estofa iba a ser contundente. Pero prefirió comer lechuga verde para condicionar el voto del 5E y resolver su futuro económico.
Pero el daño es aún más cuando se da el agravante de la reincidencia. Quienes desde una mala oposición, también han conducido el país a esta situación haciendo la misma jugarreta del 2005 de la abstención parlamentaria. Quizás el que aquello quedara políticamente impune les ha hecho pensar que adelantar elecciones y cargarse de lechugas sin trabajar sale siempre gratis.
Hoy los venezolanos transitamos por un Gobierno precario, y por los vientos que soplan hacia otro aún más precario, y por el camino hemos pasado el tiempo con hiperinflaciones en funciones, y capados en sus obligaciones esenciales de solucionar esta grave crisis.
El error de la maniobra parlamentaria traerá, más bloqueo y más extremismo, en este momento, el único partido que tiene motivos para celebrar el 5E es la arrechera popular. Si se confirma el escenario que muestran las encuestas, el resultado no puede ser más desalentador
La cronificación del alto costo de la vida, ha levantado en la sociedad una oleada vomitiva que comenzó afectando a los dirigentes, que se extiende a los partidos, alcanzando las instituciones, lesionando el crédito de la revolución, y demostrando que la otrora democracia representativa era el único sistema disponible para resolver de forma civilizada, y eficiente los problemas de Venezuela.
Tras la elección en la AN el 5E, llegó el momento crítico en que el excremento parlamentario trasladó el escenario insurreccional de esa institución a las calles, pasando de la violencia moral de las 'ratas del albañal' a la violencia física del 'hambre', con un presidente espurio de la AN—y quizás operativamente— con una banda de forajidos que preparan acciones de enriquecimiento ilícito desesperado: "la oposición esta dividida porque no se han puesto de acuerdo en el reparto del botín" Pedro Carreño dixit el 5E en la AN. Y un Gobierno acosando a su propia gente con el hambre a cuestas. Buscar a propósito la coincidencia de esta elección del 5E con esa coyuntura ha sido un desatino increíble, solo superado por el dislate de imaginar que podría obtenerse aprovechamiento electoral en una elección parlamentaria próxima de semejante circunstancia.
Condenar a Venezuela a un alto costo de la vida permanente, mas del que existe, y el que nos espera, cuando todos los países vecinos se preparan para un nuevo año económico de prosperidad, y bienestar, es algo peor que jugar con la fe del pueblo: es especular con el bienestar colectivo, y con la precariedad vital de muchas personas. Según parece, lo importante no es constatar que 5.000.000 de venezolanos han huido del país.
De celebrase unas elecciones exprés saldrá un Parlamento mucho peor que este. Habrá más mediocres que nunca; habrá más ratas, y más mujiquitas si cabe; las fuerzas potencialmente moderadas sufrirán la presión disuasoria, en sus respectivos espacios electorales, de colectivos exaltados que les impedirán salir de la política de barricada, y la gobernabilidad será poco menos que impracticable.
Cuando se taponea deliberadamente la AN, pueden aparecer dos presiones sociales: la presión de la gobernabilidad, que invitaría a fortalecer los partidos que triunfen con capacidad y experiencia de gobierno, o la presión del malestar, que induce a patear el tablero, por el afán de castigar a los responsables del desastre del país, premiar a quienes buscan enriquecerse en el gobierno. Por los síntomas y los precedentes de otros países vecinos que son poco alentadores.
Esta elección insensata en la AN el 5E nace de la fabulación estratégica de que, creándose las condiciones ambientales necesarias, se impondría la presión de la gobernabilidad, dando paso a esa alucinación de hegemonía revolucionaria. Esto muestra no solo una peligrosa propensión a convertir la política en un deporte de alto riesgo, sino una comprensión muy deficiente de lo que últimamente sucede en el país cada vez que los políticuchos se dedican a hacer juegos malabares con el hambre del pueblo.
Hace falta estar muy ciego o vivir en las nubes para imaginar que la combinación explosiva del cierre de la AN, propiciando un descontrol del orden público ligado a un desafío contra la unidad nacional, y la continuación de la crisis económica puede resultar electoralmente desastrosa para el Gobierno. Especialmente, para un Gobierno que dice ser de izquierdas.
Sería injusto señalar a Nicolás Maduro como el único culpable. Aquí todo el mundo ha jugado con sus cartas marcadas más allá del límite de la prudencia. El responsable mayor de este disparate es el PSUV. Donde políticos aventureros han puesto a prueba demasiadas veces las costuras de la democracia. Lo han hecho en el partido, al que han dejado convertido en un irreconocible rebaño de cortesanos sumisos y hooligans de la Jefatura. Ahora lo hace, con la AN con estos especímenes marionetas del albañal. El mensaje parece ser muy terminante: o gobernamos nosotros, y lo hacemos en solitario, o aquí no gobierna nadie. Todo por una manifiesta incapacidad de compartir el equilibrio del poder publico.
Ya que ellos no son serios, seámoslo nosotros por ellos. Llegará el momento de obligarlos a responder por esta inmensa cagada, ya que la masa no está para bollos.