No puedo dejar de iniciar esta breve reflexión, sin tomar la idea del comandante Chávez sobre la crítica necesaria, en reiteradas ocasiones, el eterno presidente manifestó ser un infiltrado en el gobierno, y el primer crítico a la institucionalidad que el mismo representaba, Chávez, fiel a su pensamiento, lucha, convicción y posición de clase, no dejo de auto reflexionar sobre su propia actuación en el ejercicio de poder primero desde su responsabilidad, y luego desde sus más cercanos colaboradores; en ese sentido, vimos como encaraba a altos funcionarios de manera pública, y de manera permanente, asumiendo la vocería del pueblo, que sin duda, en cualquier tema, encontraba propuestas, para que las cosas no se desviaran, y por el contrario, se hicieran de la mejor manera y de forma transparente.
Chávez, no negó la crítica, ni mucho menos la necesaria autocrítica para el permanente salto adelanté, pero nos enseñó, que la critica revolucionaria, y más allá la crítica militante, siempre era para el avance, no para la destrucción ni la división.
En ese sentido, con Chávez, seguimos reivindicando la necesidad de enarbolar la crítica necesaria para el avance, la crítica militante que busca enderezar o encausar el camino, la crítica que en lugar de dividir a las fuerzas que hacen parte de la revolución, hoy asediada, vaya en sentido, a buscar la dirección correcta para la victoria final, la victoria por la construcción de la revolución socialista.
No pasaré a realizar un análisis de la situación política internacional y nacional, para ubicar en contexto, cual debería ser la posición más sensata, en este momento donde nuestro país sigue librando una ardua batalla en diversos terrenos contra fuerzas exógenas y locales, que se articulan para derrotar el sueño que nos hemos planteado como Patria soberana, sin embargo, quiero acotar lo siguiente:
Sera que la critica vacía, la critica que solo ubica argumentos rebuscados para desconocer cualquier esfuerzo que se haga desde cualquier instancia orgánica que hoy sostiene nuestra revolución, es la más adecuada? agregaría, que la mejor crítica, sería continuar impulsando el sueño de la revolución en medio de cualquier circunstancia, la mejor posición crítica, no es esperar la soluciones mágicas, es colocarse al frente desde nuestros propios esfuerzos y en medio de la posibilidad que aún nos da este proceso revolucionario, de construir nuestras ideas en lo concreto, de colocarnos al frente de alcanzar de manera material algunas ideas que en todo este tiempo son resultado de batallas y logros desde el movimiento popular, creo que la mejor crítica, siempre será, la de aportar y moralizar en la idea revolucionaria a los muchos o pocos con los que te puedas relacionar, el problema es que algunos y algunas, confundieron revolución con un puesto transitorio en alguna institución del estado, cuando digo, que es fácil hoy hablar desde una posición de observador, lo digo, porque la revolución en mi humilde opinión, está en la construcción concreta de nuevas cosas, en el campo, en la construcción de las comunas con significado, en la lucha permanente por construir el partido unido de la revolución socialista, en el aporte para la construcción concreta de la organización de los trabajadores para el salto dialéctico, en la comunicación popular como aporte a la liberación y la soberanía, en la formación permanente de los militantes revolucionarios, en fin, algunos se quedaron en el ostracismo que se confunde en escribir cualquier vaina por estas redes, y con ello acumular unos cuantos like o me gusta, para sentir que salvan su responsabilidad histórica. Eso se corresponde con su génesis en este proceso, en su mayoría, no vienen de la lucha verdaderamente popular, de las batallas que hay que dar en un barrio por los minimos beneficios colectivos, de la lucha que hay que dar en un campo para producir alimentos con esfuerzo, de la batalla que hay que librar en una fábrica contra los dueños del capital, que buscan conculcar los mínimos derechos que tenemos como trabajadores y trabajadoras, estos, en su mayoría, se constituyeron en seguidores de la revolución en contextos válidos, pero que sin duda los llevo a sentirse elites preclaras y con derecho a marcar el camino que hemos venido construyendo de manera colectiva, con altos y bajos, pero con la misma convicción y posición, sin perder nosotros la capacidad de crítica y posición de clase, la capacidad de lucha. Con ello no busco deslegitimar a los que solo creen que la formación y la verdad esta en un libro, que también lo hemos leído para fortalecer nuestras ideas teóricas por la revolución, o los que se sienten por encima de los dirigentes sociales por venir de la academia, y creen ser intelectuales con la verdad absoluta, por el contrario se han convertido en intelectualoides por demás inorgánicos, con ello no demérito sus logros en la obtención con sacrificio de un título o una carrera, me estaría negando a mi mismo, pero pensando de manera profunda, sigo reflexionando, sobre la posición asumida por algunos, que hoy se apartaron de todo deber, que en momentos de bonanza, cuando tenían alguna posición en alguna institución del estado, no hablaban ni pío, con ello no estoy deslegitimando a los compatriotas que hacen sus críticas, y a su vez siguen aportando a esta lucha por la revolución que no solo está en instancias tradicionales de poder.
Ellos saben a quien les hablo...
No digo más por ahora.