El populismo, viene destrozando a las organizaciones políticas del Sur y, de una manera independiente fijan sus metas aplicando líneas partidistas ortodoxas para mantenerse en el poder, donde los antiguos comunistas se muestran escépticos ante la presencia de grupos moderados, centristas y políticamente hablando carecen de liderazgo. Sin duda, se avecinan tiempos difíciles para Venezuela y el resto del Continente. El ejemplo más claro es nuestra Asamblea Nacional, un centro parlamentario de disputas y no de discusión de leyes.
Tanto la oposición, como el oficialismo fundamentalista carecen de un programa de gobierno, donde sus contenidos revelan una carencia total de modernización y crisis para un país, caso Venezuela, que exige una nueva manera de confrontación social. Las medidas sociales populistas que el nuevo Gobierno pondrá en marcha obligarán a recaudar más, pero también a reducir inversiones.
Mientras, con una moderación. El disfraz de Frankenstein se pasea por los Estados pertenecientes al país, para reflejar el poder de la oligarquía adversa al sentir popular, promocionando el cauce de una inflación terrible en el pago de los impuestos y el gas, no es que no se pague, pero, desde 2018 le venimos dando gas, electricidad, dólares y tecnología telefónica con el famoso cable submarino a nuestra querida Isla de Cuba, cuyos antecedentes históricos tienen que ver con los Estados Unidos de Norteamérica y el Reino Unido, cuyos piratas descansaban en Haití y República Dominicana.
Atrás, debemos dejar de ser críticos y tener una conducta irritante y ser más atento con las comunidades y el pueblo. El cruce de acusaciones nos hace mucho malestar, tanto en el área social como económica, difamar es muy fácil y causa irritantes sonrisas displicentes propias de una egolatría desalmada.
Hay que retomar el camino de la verdadera política y ejecutar un conjunto de coaliciones para retomar el camino del verdadero ejercicio político. Para reivindicar el dialogo frente a los recursos del Estado y los tribunales de justicia, porque, el presidente Nicolás ha asumido una conducta controversial por su actitud y alianza con países de origen oriental, muy alejados de nuestras costumbres y aliados. Así que, debemos tomar la justicia y la legalidad del poder para reivindicar el dialogo a través de un camino, el universo cristiano a través de la opinión de hombres conversos dados ahora, a la lucha política.
Necesitamos de un presidente creíble que maneje un discurso inteligente y, tengamos oportunidad de huir del constante bloqueo verbal, muy lejos de las acusaciones que deprimen al mismo Estado, cuando en verdad, necesitamos una coalición partidista unitaria con diputados capaces, un tribunal de justicia apegado a la ley y empresarios conscientes del verdadero valor de la moneda y no mercaderes, como sucedió en el templo y Jesús, tuvo que sacarlos a fuetazos.
Dicho esto, introduzcamos una buen discurso en las instituciones públicas y afirmemos que bajo el modelo de gobierno que hoy tenemos, poco podemos avanzar y precisar acuerdos políticos ante la necesidad de un movimiento de coalición nacional para dormir y descansar en pro de nuestros grupos familiares, es que la palabra insomnio se escucha varias veces, casí a diario, donde los adultos mayores deben hacer colas desde muy temprano creando enfermedades como la depresión, intolerancia y distorsión emocional, ya nuestra psiquis esta afectada.
Es necesario confrontarse con la realidad geopolítica y con dureza extrema detener a quienes debilitan el Estado Bolivariano de Venezuela y alborotan los esquemas políticos e ideológicos, necesitamos tener un mejor día y ser contundentes con la personas deseosas de tener un perfil merecedor del aplauso constante de sus diputados, ya no necesitamos acciones apocalípticas en la calle, sino tener conciencia de clase social para tener un mejor día y emitir un decreto para evitar la fundación de religiones que constituyen una manera de quitarle dinero al pueblo.
Necesitamos darle independencia al voto en un futuro inmediato para dirigir los destinos del país, dejando de ilusionar al pueblo con falsos aforismos y captar al verdadero poder popular, es necesario tranquilizar las partes involucradas en el activismo partidista para avanzar ante la presencia de un pueblo responsable, como gobierno que cubra las expectativas ya establecidas en nuestra Constitución nacional y bolivariana.
* Escrito por Emiro Vera Suárez, Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajo en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño