Mi palabra

¿Qué culpa tiene la estaca, si el sapo salta y se ensarta?

Sábado, 25/01/2020 08:57 AM

"Lo único capaz de consolar a un hombre

por las estupideces que hace,

es el orgullo que le proporciona hacerlas"

Oscar Wilde

Apenas el Presidente Nicolás Maduro, nombró la palabra bobolongo, para identificar el autor de la cantidad de estupideces en el exterior contra nuestro país; apareció el escribiente Jesús Antonio Vivas Santana, para hacer el dúo con el fantasioso autoproclamado, creado por el imperialismo, como hacía Walt Disney con sus tiras cómicas infantiles.

Si, nos tomamos el atrevimiento de colocar las fotografías de Nicolás Maduro, y Vivas Santana en una pared, al estilo de las viejas películas del oeste norteamericano para reseñar a los bandidos; no podemos dar cuenta, como la desesperación y la falta de sentido común en la mayoría de los casos conduce a un despeñadero, porque nadie puede dudar, a quién retrata de pie a cabeza la despectiva palabrita. La cara ayuda a Santana; la diferencia entre lo vivo, y lo pintado es muy poco.

Lo de Javier Antonio Vivas Santana, es parte de su estilo, y personalidad, son tantos los cachazos, que puede reemplazar tranquilamente al interino en la ansiedad por ocupar un cargo de representación popular. Hace poco lanzó su candidatura a la consideración de los electores para optar a un curul a la asamblea nacional, con el único aval–según él– de haber llegado a los 6 millones de lectores, y artículos con más de 300 mil visitas. Varios ilusos han pasado por ese momento de autoestima, para terminar desinflados, como pompas de jabón. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué ha bajado, como por un tobogán? ¡cuidadito! porque en la mayoría de los casos, no consiguen agua al final.

El mismo Vivas Santana, se atrevió a despotricar de un cultor de la enseñanza: Luis Britto García, con un currículum, el cual es un vivo ejemplo para cualquiera pensante, independientemente de su ubicación política; porque a pesar de los años sigue sembrando, como un humilde labriego de los páramos andinos, poniendo a la disposición de todos los venezolanos su hermosa cosecha tan nutritiva y estimulante, que termina convirtiéndose en un abecedario para enseñar a luchar por la paz del mundo.

El Vivas Santana, en cada escrito desparrama tanto odio, que parece haberse atravesado en algún momento en la vida del físico Nikola Tesla, quien dejó para la posteridad un pensamiento, el cual lo pinta con tanta precisión, que es muy difícil equivocarse al leerlo: ¡Si tu odio pudiera convertirse en electricidad, iluminaría el mundo entero!

Son tantas las facetas de este asiduo escribiente de algunos medios, que en ciertos momentos empezó a utilizar una vieja táctica: inventar falsedades haciéndose la víctima, como los niños en sus jugarretas callejeras para terminar finalmente descubierto, hasta convertirse en el hazmerreír de la partida.

El Presidente, como todo humano se equivoca, y en esta oportunidad utilizó mal la palabra bobolongo. Guaidó, no ha llegado a ese nivel; él sabe perfectamente la tajada que le dan, más la que se roba en cada acción puesta en práctica contra el país, y los venezolanos, bajo la complaciente mirada del imperialismo. El que sí, está haciendo ese papel, es Javier Antonio Vivas Santana al coincidir con Trump, Pompeo y su pandilla en su empeño de ver a Maduro, derrotado; menos mal que el pueblo viene aprendiendo a reconocer de dónde vienen los disparos; para apoyar la valentía y gallardía de un mandatario con las ideas bien puestas; a pesar, de las medidas coercitivas puestas en práctica todos los días por el gobierno de los Estados Unidos.

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