Quiero comenzar diciendo que me realizaron la 5ta. Operación quirúrgica, con anestesia general, en un periodo de 7 meses. (El 10 /12/2019 me hicieron la última.) He sido testigo presencial y vivencial de cómo se ha deteriorado el sistema de salud pública y a qué grado de inseguridad y comercialización estamos sus pacientes. También puedo dar fé de la existencia de verdaderos y abnegados(as) Servidores Públicos en esta área. Todo lo anterior me da el derecho de escribir sobre este tema, pues no me lo contaron, lo he vivido en carne propia y hoy 28 de enero del 2020 es que he podido sentarme frente a mi laptop a escribir los artículos que estaré enviando a la página web Aporrea, ejercicio intelectual que he venido realizando durante los últimos 12 años y donde me han publicado 773 de mis escritos.
Hablar del Sistema Público de Salud en Venezuela y sus relaciones incestuosas con el Sistema de Salud Privado es un tema delicado que estoy seguro levantará ronchas en la epidermis del gremio médico y en todos aquellos que han hecho de esta actividad, altamente humanista, una manera de lucrarse y convertirla en una mercancía más del sistema capitalista. Si logro esto con las afirmaciones que haré de ahora en adelante con mis escritos, me sentiré suficientemente satisfecho,
Los que han leído o visto por encima mis últimos artículos en esta página web, se habrán dado cuenta que, para denominar a los protagonistas de las luchas de clases que se dan en Venezuela, me he salido de la ortodoxia marxista e inventado otros nombres, que para mí son los verdaderos actores que se enfrentan en la dialéctica situación que vivimos en este proceso revolucionario del Socialismo Bolivariano del Siglo XXI , estos son: Los Obreros Asalariados y Los Servidores Públicos. Los cuales en el sector de la salud conviven en los mismos espacios, pero los mueven intereses distintos, como ya lo expliqué en mis artículos anteriores a este.
Comenzaré diciendo que Los Obreros Asalariados han logrado podrir y corromper todo el proceso de prestación de servicios a los enfermos y pacientes que acuden a las instalaciones públicas donde confían conseguir alivios a sus males, pues la primera palabra que reciben es ¡No!, No hay, No ha hay insumos, No hay servicio hoy, No hay, reactivos, No hay luz, No hay agua, No vino el médico, No hay enfermera, No sirven los equipos…Venga otro día…pero mire es que yo vengo de los pueblos del sur…Y Ud. . que quiere que yo haga? Es ese No! Lacerante lo que más nos humilla, creando una situación de rabia interna e impotencia que no se manifiesta por razones culturales.
Continuaré afirmando que son una minoría de verdaderos Públicos, quienes todavía mantienen funcionando los Servicios Públicos de Salud. Contra viento y marea luchan a diario por que se preste la atención a los que acuden a esas instalaciones. Un caso excepcional que conocí es el del Dr. Ramón Nieves, director del Hospital del Seguro Social de la ciudad de Mérida, quien por durante 20 años y a tiempo completo le ha dedicado su vida a atender a los que a esas instalaciones acuden y no se vayan con las manos vacías y sin esperanzas. He sido testigo de su trabajo profesional pues allí estuve interno un mes de hospitalización por la última operación quirúrgica y pude captar lo que hace para dirigir a un personal de más de 1.200 integrantes y con los recursos centralizados y limitados que llegan desde la Capital de la República.
Con esta larga introducción a este ensayo, que se prolongará en cinco entregas, quiero dar inicio al tema enunciado en el título de este primer artículo: LA SALUD PÚBLICA VENEZOLANA UN GRAN NEGOCIO PARA EL CAPITALISMO. Es un gran negocio porque sin hacer ninguna inversión consiguen desde adentro, los contratos de servicio y compras de insumos en condiciones leoninas para esquilmar al Estado. Además, a través de las pólizas de Seguro de HCM consiguen financiar a las clínicas y laboratorios privados creadas para tal fin y como si fuera poco parte de los insumos después que ingresan a los hospitales son reciclados a las farmacias y negocios que se ocupan de vender productos y equipos relacionados con la salud. Es un gran negocio porque laboratorios, farmacias, importadores y prestadores de servicios están conectados y en conchupancia con médicos y personal de dirección de éste sector por no existir una verdadera contraloría social ni oficial, que sea capaz de frenar esta hemorragia de dinero que es transferida diariamente del sector público al sector privado.
Debo destacar también que el tema central es dilucidar cómo se desarrolla La Lucha de Clases en la Venezuela del Siglo XXI en el Sector de la Salud y que me imagino igual ocurrirá en el sector educativo y en todas las áreas de acción donde la institución del Estado venezolano invierte recursos para conseguir su objetivo primordial, el cual es darle al pueblo la mayor suma de bienestar social y la mayor estabilidad política.