Maduro, Duque, Guaidó y la Merlano, de sainete en sainete, mientras el pendejo pague la entrada

Miércoles, 29/01/2020 04:51 PM

Son dos sainetes, uno se escribe y escenifica, como en "pleno desarrollo", con perdón de Walter Martínez, quien según como twitea se está arrechando contra el gobierno y especialmente con Castro Soteldo, acá en Venezuela y cuyos autores son Maduro y los suyos y otro de firmas colombianas, autorías del presidente Duque, el Fiscal y el ministro de Justicia de Colombia y cuyo escenario está allá en la mismísima Santa Fe de Bogotá.

Pero el lector observará que los escenarios se mezclan y los personajes se cambian, tanto que en veces unos de acá aparecen allá y viceversa, porque siendo dos sianetes "en pleno desarrollo" y como en tiempo real, suceden esas mezclas que parecieran ser confusas pero al contario se complementan y armonizan.

Los personajes de ambas obras son, sin importar el orden, además de los en el título nombrados, el fiscal y ministro de justicia de Colombia, el fiscal nuestro Tareck William Saab, Diosdado Cabello, Saúl Ortega y toda una corte que no tiene derecho de palabra porque lo participativo y protagónico, que si pudo defender y ejercer "Fuente Ovejuna" porque Lope de Vega en eso creía, están suspendidos a causa del deterioro por las sanciones de Trump.

En los dos actúa la señora Merlano, ex senadora colombiana, sujeta a una larga pena por el delito de comprar votos para favorecer a determinados candidatos que, como ella, llegaron al congreso de Colombia. Según El Espectador, diario de aquel país, entre los favorecidos está preferentemente gente de Uribe, lo que significa que Duque también, pues se suele decir que éste no es más que un agente de aquél. Las mafias que gobiernan donde gobiernan las mafias, sorprendidas con las manos en la masa, suelen echar al pajón al más pendejo y eso, por lo que leí en el mencionado diario colombiano, sucedió con la señora Merlano. Habiendo sido ella quien manejó los hilos aguas abajo, pero por orden y dirección de otro u otros, en el momento de las chiquiticas la dejaron sola y con sus culpas.

La señora, en acto también de película de suspenso, dentro de un viejo sainete, se fugó como espectacularmente, estando en el consultorio de un odontólogo, lo que pudiera pensarse, sin mucha imaginación, que la dejaron ir, porque era mejor no jorungar ese avispero. Esta premisa es vital para explicarse más adelante como sus dientes entran perfectamente en los de la rolinera que aparecerá después en busca de acomodo.

Pero la señora apareció como muy pronto, justo cuando no había sucedido todo lo que se esperaba sucediese en Venezuela, ya que aquí no se dio todo lo que Guaidó le hizo ver a Duque que pasaría y no pasó. Y como ya dije, apareció demasiado pronto y para más vainas donde no debía.

Como la señora apareció donde no debía porque no era el tiempo ni el momento, Duque y los suyos para nada están interesados se la regresen. Pues si opta por hablar y decir lo qué sabe, como quién la ordenó, qué hizo, cómo lo hizo, de dónde salieron los reales, más sabiéndose a quienes favoreció para que llegasen al congreso y estando Colombia como está, a tirito de ponerse como Chile, es mejor que Maduro con ella se quede.

Pero hay de por medio otra situación de por sí cómica y sin antecedentes en la historia, que si bien a Duque no le ha servido para tumbar a Maduro, le viene como anillo al dedo para que la señora Merlano no vaya a alborotárle el avispero. Colombia no tiene ni quiere tener relaciones con el verdadero gobierno de Venezuela, sin importar la calificación de éste, sino con uno inventado para promover un golpe, alzamiento o invasión militar en la patria de Bolívar o como dice Amaranta para que Guaidó y Duque cuadren unos negocios. A la Merlano la detuvo el gobierno real, el único que podía, existe y hasta quiso hacerlo, para la desgracia de Duque. Ahora éste, disfrazándose de digno, pero nada interesado que la señora allá regrese, pues la masa para bollo no está, decide como quien sale a buscar trabajo deseoso de no hallar, pedir la deportación hacia Colombia de la Merlano al ciudadano Guaidó, quien no la tiene detenida y al contrario, está bajo sospecha y amenaza, tal como se podrá comprobar al terminar el comentario de los dos sainetes.

A la señora la detuvo un cuerpo policial que se llama FAES, que nada tiene ni quiere con Guaidó, salvo le den la orden para hacer lo que es su trabajo. Y este cuerpo, como le corrresponde, veamos el orden, puso la señora a orden del Fiscal quien por cierto ya la imputó por tres delitos.

Desde Colombia, cambiando de nuevo de escenario, como ya antes lo hicimos, el Fiscal y Ministro de Justicia como al alimón y en sintonía con Duque, repiteron que pedirán la deportación a Guaidó, que es como decirle a Maduro, "quédate con ella", acá para nada la queremos. Pero si dicen, lo que parece un contrasentido, que esperan que el gobierno de Maduro les oficialice la detención de la Merlano para proceder en consecuencia. Reconociendo, sin quererlo, que Guaidó no la tiene detenida porque su gobierno no existe.

Es pues una cosa cómica o quizás una como efervescencia de eso que hemos llamado el "realismo mágico"; esperan que Maduro confirme la detención, en lugar de protestar que un gobierno ilegal, que lo es según ellos, haya detenido una ciudadana suya, para luego pedirle deportación de la detenida a un gobierno que no la tiene presa, simplemente porque nada de eso existe, ni el gobierno de Guaidó menos una policía suya que tenga detenida a la señora Merlano.

El otro sainete, que es como el mismo, tanto que hasta aquí uno llega confuso, empieza con el viaje Guaidó. Los partidarios del gobierno, uno lo sabe porque los medios eso no ocultan, casi gritan que a Guaidó le pongan preso apenas pise territorio nacional. Y como esto es así, Maduro también grita por los medios, que las autoridades deben hacer lo que corresponde, como dando a entender que estimula si no ordena, a ellas que hagan lo que sus partidarios claman. Es la clásica manera de Maduro de estar no estando con los suyos o aquello de "para que los dempas crean" que de paso es también aquello de echarle la culpa a otro.

Y ante este gesto de Maduro, el constituyente Sául Ortega, de quien no sé donde exactamente está parado, pide al Fiscal que solicite la detención de Guaidó; pero no la pide a Maduro ni al Faes o el Dgcim, organismos que suelen aplicar eso que Diosdado llama el "tum-tum", sin que Tareck eso pida.

Pero Tareck que de tonto no tiene un pelo, habiendo leído y hasta escuchado, lo que uno sólo ha leído, que Diosdado dijo que Guaidó "regresará y no le pasará nada", sentenció ni corto ni perezoso, después de haber visto perder a Caribes, que también es mi equipo, pese todo, el último juego de la serie en Barquisimeto, "déjenlo que se cocine en su propia salsa". Ni más ni menos lo que dijo Diosdado.

En este sainete, como en el telón de fondo, donde se hacen ahora las proyecciones, aparecen las dos AN, la de Guaidó, la de Parra y la ANC de Diosdado. Nada falta.

Se dice que en el camino se emparejan las cargas, como que de un lado, donde sobra, se va perdiendo contenido y peso hasta lograr el equilibrio. Justo lo que prevalece de lado y lado, del de Colombia y el de Venezuela, dejar todo como está y siga, pues en fin de cuentas, la cuenta la pagan los pendejos.

¿Y que harán con la Merlano?

 

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