Sábado, 15 de febrero de 2020.- La intima relación que debe existir y existe entre el líder y la masa está probada a través de la historia con muchísimos ejemplos y variados estilos de conducción de estas masas.
Al ser humano, al hombre y a la mujer, no le gusta sentirse masa, yo no soy masa, dice, masa, los otros, pero yo no.
Aún cuando constantemente actuemos como masa y nuestras respuestas ante los fenómenos de la vida y de las sociedades en que vivimos estén definitivamente impactados por esa visión de la masa de la cual somos parte y a la cual negamos constantemente pertenecer, como el ateo que niega la existencia de Dios, pero bautiza a sus hijos.
A esa visión que se alimenta de la opinión de muchos, de todos, aderezada de una crónica carencia de análisis y saturada de lugares comunes, conceptos prefabricados y pensamientos automáticos, visión y pensamientos de masa, acríticos.
Y es por eso, entre otras cosas, y por nuestro desmedido amor propio es que negamos a la patria que nos parió, negamos a la masa apasionadamente, aún cuando estamos lleno de ella.
El líder de alguna forma penetra a la masa, la enamora con sus ideas, con su proyecto, con su personalidad, con lo que irradia y la posee íntimamente y la hace creer en él, en sus propuestas, la hace suya.
Pero, es la masa una amante caprichosa, veleidosa y si no la satisfacemos constantemente, apropiadamente, puede cambiar de amante, de líder quise decir y volver su ojos hacia otro u otra que le resulte mas conveniente.
No puede ser de otra forma que nos expliquemos el actuar del humano frente a sus líderes en este principio del siglo XXI y a través de la historia misma.
Los líderes, en general, nos dicen una cosa y hacen otra, nos engañan, nos mienten descaradamente, no solucionan lo que deberían solucionar y siguen solicitando y obteniendo el apoyo de las masas.
Ella, como buena amante, le observa constantemente, le conoce y exige todo, todo lo quiere, aunque en la práctica obtenga poco, pero mientras tenga esperanzas el romance seguirá, no se sabe hasta cuando.
En estos tiempos de revolución comunicacional la interrelación del líder con la masa, con su masa, está mediada por toda una batería de medios que la bombardean con mensajes cruzados, contradictorios, confusos y antagónicos, pero absolutamente direccionados a obtener su control.
Se trata es, de controlar a las masas y uno de los caminos escogidos por casi todos los bandos es seduciéndola.
La estudian, la observan, miden sus reacciones, la analizan, sopesan su dinámica, tantean sus gustos y sus cambios y actúan en consecuencia.
Pero entonces, usted se preguntará:
¿No hay una salida posible a esta trampa en la que estamos inmersos, no hay forma de dejar de ser masa y obtener una visión un poco mas autónoma e independiente de quienes nos manipulan, no tenemos la esperanza de encontrar un poco de luz al final del túnel, es que acaso estamos condenados a ser borregos eternamente?
Y la respuesta está justo frente a nosotros:
Todo eso lo podemos lograr a través del trabajo constante, del estudio, del análisis y la observación crítica, un necesario y duro transitar.
Sin temor y con valentía.
Aún cuando toda seducción tiene su encanto.