Quien decida viajar por autobús en nuestro país asume una misión casi imposible, a pesar de ello, hay quienes nos atrevemos. En medio del tedio y calor de la espera, termina uno esculcando a quienes serán tus compañeros de viaje. En mi caso encontré que eran compatriotas que regresaban del exterior, con grandes maletas o bolsas, teléfonos y ropa nueva. Lucían cansados, tranquilos y animados. Entonces me pregunte ¿Quién los cuenta?, ¿Son invisibles?.
Pensaba mientras los miraba en los voceros del gobierno bolivariano informando sobre las cifras de las personas que han regresado mediante el plan "Vuelta a la Patria". Afirman que se han atendido a casi veinte mil compatriotas y que están registrados para ser repatriados más de cien mil en los distintos consulados de nuestro continente.
Recordaba las declaraciones de los organismos de Naciones Unidas, especialmente del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur); en las cuales se anuncia cada tanto el incremento de personas que abandonan el país (en millares), la mayor parte de las veces sin discriminar entre quienes son migrantes económicos y los que invocan el derecho al asilo.
Constataba que este tema llega en el debate público de manera sesgada, en medio de la polarización política. Mientras el gobierno poco lo habla, los discursos de los voceros de organismos internacionales tributan a la narrativa informativa de la emergencia humanitaria en Venezuela, que promueve la oposición venezolana y el ejecutivo de los Estados Unidos de América. Agrava lo anterior, el hecho de contar con muy pocos centros de investigación dentro y fuera de Venezuela, que aborden las problemáticas que surgen de la movilidad de los venezolanos.
Un debate polarizado y pocas investigaciones nos conducen inevitablemente a un enfoque reducido de la realidad, de lo que podemos asumir en un sentido amplio como la movilidad de los venezolanos. La discusión va más allá de la negación o exhibición de cifras de los que se van o de los que regresan, con ayuda del gobierno o no.
Es urgente investigar las características de la movilidad humana de los venezolanos en nuestro territorio y fuera de él, por lo cual el gobierno bolivariano debería destinar recursos institucionales y facilitar iniciativas que en este campo puedan tener algunos centros de investigación. Este conocimiento debería cimentar el debate sobre una política de Estado para atender los problemas derivados de la movilidad de nuestros connacionales, tales como documentación, seguridad, respeto a sus derechos humanos y participación política.