Ernesto Cardenal

Martes, 03/03/2020 06:41 PM

Conocí a Ernesto cuando Rafael Iribarren, mi amigo quien se despidió hace poco, me regaló su obra SALMOS, posteriormente me lo presentó otro amigo, Joaquín Marta Sosa. Estuvimos en varios espacios públicos y otros de encuentros discretos. Después, siempre que vino a Venezuela nos conseguimos y conversamos de poesía, ciencia, creencias, y política, entre muchos y variados temas. Su lucha contra los Somoza fue incansable hasta que resultó victorioso. Los cañonazos de epigramas, conferencias e intercambios dieron en el blanco. Somoza terminó como terminan todos los tiranos, pero ¿Qué nos dijo y nos dice Ernesto?

Esta es la tierra de mi canto.

Y canto como el guardabarrancos

-su canto de lejos parece un mugido,

y anida en los huecos de los barrancos.

Y como el gûis alegre de los parques y huertos de Nicaragua …

y el guas que canta en Chontales y Chinandega…

también así es mi canto.

Canto Nacional

 

El Reino de Dios está cerca

La ciudad definitiva compañeros

Sólo los muertos resucitan

Otra vez hay otras huellas: no ha terminado la peregrinación

A medianoche una pobre dio a luz un niño sin techo

Y esa es la esperanza

Dios ha dicho: “He aquí que hago nuevas todas las cosas”

 Y esa es la reconstrucción

 Oráculo Sobre Managua

 

Líbrame Señor… de sus Consejos de Guerra

De la rabia de sus jueces y sus guardias

 …Defiéndeme señor del proceso falso!

Defiende a los exilados y los deportados

Los acusados de espionaje y de sabotaje

 Condenados a trabajos forzados.

Las armas del Señor son más terribles

Que las armas nucleares

Los que purgan a otros serán a su vez purgados.

Salmo 7

 

La condición era que la Compañía construyera el Ferrocarril,

Pero la Compañía no lo construía,

Porque las mulas en Honduras eran más baratas que el Ferrocarril,

Y “un Dibutado más bbarato que una mula”

-como decía Zemurray-

aunque seguía disfrutando de las exenciones de impuesto

y los 175.000 acres de subvención para la Compañía,

con la obligación de pagar a la Nación por cada milla que no construyera,

pero no pagaba nada a la Nación aunque no construía ninguna milla

(Carías es el dictador que más millas de línea férrea no construyó )

y después de todo el ferrocarril de mierda no era de ningún beneficio para la Nación…

Hora 0

 

Nuestros poemas no se pueden publicar todavía.

Circulan de mano en mano, manuscritos,

 o copiados en mimeógrafo. Pero un día

se olvidará el nombre del dictador

contra el que fueron escritos,

y seguirán siendo leídos.

Epigramas

 

Me amas con todas mis debilidades, con todos mis defectos heredados

o adquiridos, con mi modo de ser tal como es, con mi idiosincrasia y

mi temperamento, mis hábitos y mis complejos, Me amas tal como soy.

Mi alma ha quedado abierta. O Alguien que ya no soy yo tiene la llave.

Y ese Alguien entra y sale cuando quiere.

Vida en el Amor

 

Ha quedado un lejano rumor en el universo

de aquella explosión como estática de radio

Y empezó la danza dialéctica celeste.

“El yang llama, el yin responde” Él es en el que toda cosa es.

Y en el que toda cosa goza.

Toda cosa coito.

Todo el cosmos cópula.

Todas las cosas aman, y él es el amor con que aman.

Cántico Cósmico. Cantiga 2

 

Así que somos hermanos de todos los seres vivos,

pero de los no vivos también. Hace poco leía al científico Louis Haile

En su libro Out of Chaos, quien decía que lo vivo y lo no vivo son sólo categorías

 con las que nuestra mente divide los seres.

Este Mundo y Otro

¿Qué más decir? Decir que también resultará triunfante en su combate contra la tiranía cruel e infame de Ortega-Murillo que gobierna Nicaragua, y contra todas las dictaduras que se benefician a si mismas, pero se ensañan con las sociedades resignadas en apariencia, y que, cuando despiertan, marchan como río crecido hacia el mar y el sol, representativos de la justicia y la libertad.

Gracias Ernesto

PS: En tus poemas indios le regalaste a indígenas venezolanos lo que sigue:

“Los Yaruros

Desnudos en la arena tibia contemplando las estrellas, oyendo la sinfonía del mundo, y cerca

la risa de los niños jugando

y el cuchicheo suave de las mujeres. Y entonces el shaman

melodiosamente explicaba el sentido de la existencia

y relataba los mitos, mientras se oía junto con los mitos

el soplar del viento, el chillido de los pájaros nocturnos,

el salto de ciertos peces en el río,

el rugido del jaguar lejos, el aullido de los monos.

Se callaba el shaman; la cara vuelta hacia el oriente

Como en una profunda contemplación.”

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