No se le ocurra salir a parir el 10 de marzo por Guaidó

Lunes, 09/03/2020 07:05 AM

Parir debe ser sabroso, aunque muchas mujeres lo detestan y otras lo hacen y lo vuelven hacer y lo siguen haciendo con dolor o sin dolor que la población mundial aumenta años tras años y, posiblemente la Patria sufre si una mujer puede dar nueva vida no lo hace y, de allí es que vienen las complicaciones, y entonces viene Maduro y quiere poner a parir a un mujerero: unas porque no tienen hombre y otras no lo hacen porque no les parece nada rentable y, además, tal como está la situación económica en el país el que pare en Venezuela a la larga pare para otro país que, con esa avalancha de migrantes venezolanos que salen a diario a fuera más los que andan por el mundo más que todo: buscando el sustento que acá Trump con sus medidas económicas nos tiene pariendo que: "el que menos puja bota una lombriz" con un dólar que brota de la "nada" que es el que actualmente está dando la cara y volviendo rico a un nutrido grupo de venezolanos que ahora están mejor que nunca sin parir en seco.

Mientras que el presidente Maduro solicita que las mujeres tengan seis hijos -varones y hembras-, o todos hembras o todos varones, Guaidó el presidente encargado de Venezuela -no en el exilio, sino adentro- exige una voluntad popular de una incontable mayoría que dé un parto sin fin el próximo 10 de marzo en puerta con un lunes de por medio de poner a marchar por afición voluntariosa para lograr todo un esfuerzo concentrado que se deshaga del régimen y lo encarame a él en el poder. Donde según Trump es el verdadero presidente legítimo como democrático autoproclamado más apoyado por 50 países del mundo sin olvidar que el imperio lo mantiene firme en el plano existencial o, de lo contrario, vendrán más medidas con las cartas sobre la mesa.

Ahora bien la situación parturienta ha ganado dolientes entre ellas a la señora Gabriela Buada Blondell, criollita de entrañas nada ocultas como la defensora de la mujer dentro de Amnistía Internacional de Venezuela, la que entrevistada por Unión Radio criticó y con toda su razón cuando dijo, que es política sistemática de Maduro viabilizar a las féminas como "un objeto o simple máquina de parto", caramba y mucha razón tiene, porque eso de exigir tener seis hijos, pone a la mujer a consumir otro mundo de utero progresista que para el capitalismo es contradictorio que, hasta Cilia reviró sus ojos con cierta picardía cuando Maduro lo dijo, que a lo mejor pensó en ese momento, "bueno es cilantro pero no tanto". Pero han de notar que la defensora no hablo del parto especializado de miles de personas que Guaidó quiere poner a parir en Venezuela marchando el 10 de marzo por él, lo contrario de Maduro que lo quiere los hijos por Venezuela.

Y la defensora Gabriela Buada Blondell fue bastante convicente fue cuando agregó sin tartamudeo ninguno: una verdad que no se opone a entuertos ni a malogros parteros y fue cuando parió la idea:«Un llamado a parir seis por cabeza es alarmante en este contexto que estamos viviendo, donde hay una evidente crisis sanitaria, donde no tenemos acceso a los métodos anticonceptivos, donde simplemente el riesgo de parir pone en riesgo la vida de las mujeres». Lo que no entiendo es sobre los métodos anticonceptivos por lo de anti que es como prevención, bueno cada día aprendemos algo nuevo dentro del parto con dolor o sin dolor que, la verdad es que son las mujeres quienes tiene la palabra, aunque hay hombres que han pujado tratando de ayudar al parto, pero no han parido, que eso es lo que quiere Guaidó ponernos a parir por él cuando nos dice:

¡Salgamos este 10 de marzo a la calle! ¿A qué? a parir por luchar por la libertad, ¿de quién?... y, además dice: Pa' que no llores más (por ti doy la vida!) Pa' que no sufras más (oye tierra mía!) Pa' que no duela más Voy a secar tu llanto con mis manos! Pa' que sea acabe la tristeza y reina La Paz Mi gente despierta! ¿Saben de quién es? ¡# 10M todos a la calle! Guaidó peético libertino, previsivo y sorprendente, todo un jerarca sin poder limítrofe de ansiedad. Expresivo contundente sin que lo apunten con un revólver. Y, así como Dios salva a las monarquías, debiera salvar a Guaidó de no ir al infierno sin ser elegido.

Entonces más claro no canta un gallo y el 10 de marzo es la cosa. No se aceptan objetos extraños, sino solo ganas de todo que en el marchar está el futuro de Guaidó a voluntad.
 

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