Mi palabra

El cinismo de la ex gobernadora Antonia Muñoz

Lunes, 09/03/2020 08:06 AM

"La ingratitud es hija de la soberbia"

Cervantes

En un multitudinario acto, el Comandante Chávez, con la euforia y el entusiasmo que les imprimía a sus arengas, lanzó una expresión el cual se quedó grabada en la mente de opositores y seguidores, a tal punto que pareció el impulso vital para la reelección de Antonia Muñoz a la gobernación del estado Portuguesa: ¡La quiero y la conozco, como si la hubiera parido! Desde ese momento la atrevida sentencia se popularizó a tal punto, que cualquier problema al no verle la solución por parte de la gobernación; los jodedores recurrían a la chanza ¡Hay que preguntarle a Chávez, que fue quien parió la gobernadora!

El tiempo pasa y va erosionando cualquier vestigio del pasado, y quien no tenga en claro los zarpazos del imperialismo, empieza a retroceder o simplemente se detiene para darle rienda a la soberbia en medio de las actitudes de autosuficiencia. A nadie debe sorprender las "reflexiones" de Antonia Muñoz, porque en la consulta para escoger el candidato a la elección de gobernadores, puso la comiquita, y todavía en algunas paredes de ciudades y pueblo del estado Portuguesa, nos encontramos frases que, son verdaderos testimonios de su rechazo a la decisión del PUSV al presentar la candidatura de Rafael Calles ¡La negra Antonia si va! ¡Antonia Muñoz gobernadora! Lo que no, me imaginaba es que en verdad iba a poner la torta en tan corto tiempo, porque ahora el gobierno no sirve, y no toca ni con el pétalo de una rosa al gobierno de Trump.

Esa manera tan ligera de reflexionar en momentos tan asfixiantes desatados por el imperialismo, me permite resaltar la grotesca crítica de esta ex funcionaria del gobierno de Chávez. Sin duda alguna ha ingresado a un grupo de exfuncionarios del proceso bolivariano, que, si nos ponemos a nombrarlos necesitamos varias cuartillas. Desde el espigado Rafael Ramírez con voz de niño serio, hasta la estrafalaria manera de actuar de Luisa Ortega Díaz, la lista se hace increíble, y, ya no sorprenden a nadie antes la obsesión incontrolable por amasar dólares, la verdadera arma del imperialismo para desencadenar toda esta maraña golpeando al pueblo pobre, que no tiene ni remotamente acceso a la moneda estadounidense.

El Presidente Nicolás Maduro, de manera valiente y muy clara lo dijo: ¡No podemos culpar a Trump, de todos nuestros males! Pero a quien no podemos excusar por nada del mundo, es a este grupo de traidores, que ahora solamente ven, como el único culpable de la inflación, la desidia y abandono de muchas instituciones al Presidente Maduroi, cuando el imperialismo tiene el fogón encendido y lo atizan precisamente con dólares, como esta ocurriendo en estos momentos, cuando todo parece dolarizado, algo tan falso, como cualquier gesto bondadoso de Trump, y su pichoncito Guaidó.

Lo de la nueva consejera Antonia Muñoz, es un vivo ejemplo de la manera tan inocente, como muchos traidores o desertores buscan justificar su manera tan cobarde de apartarse de la lucha. Echar a un lado las responsabilidades del gobierno de Donald Trump, y las tropelías del autoproclamado en el desbarajuste que estamos viviendo, es querer tapar el sol con un dedo, o como dice una humilde campesina, a quien la situación la trajo a la ciudad ¡Pendejo es el que crea, en los pastores que andan predicando, y a la vez pidiendo, sin traer nada!

Nadie puede negar la cantidad de errores del gobierno, pero nadie puede negar la valentía del Presidente Nicolás Maduro, desde el mismo momento de haber relevado en el gobierno al eterno visionario Hugo Chávez Frías. Resistir esa avalancha orquestada a través de los laboratorios mediáticos del imperialismo ¡sorprende! a los mismos ejecutores. Por momentos los voceros inmediatos de Trump, parecen callar al no conseguir la forma de acabar con el proceso; lamentablemente cada día aparecen los que quieren salvar cualquier responsabilidad, cuando estuvieron al enfrente de cualquier organismo del gobierno venezolano, creyendo que en verdad el barco se está hundiendo, y no repito la expresión muy trillado, porque en cierto momento estuve aupando con admiración a la mujer, en quien el Comandante Chávez, cifraba una montaña de esperanza, pero no entiende o se hace la desentendida, que los pueblos del mundo tienen un solo enemigo: el imperialismo estadounidense dirigido en estos momentos por un hombre con serios problemas mentales: Donald Trump.


 

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