¿Qué nos depara la convocatoria del 10-3? ¿Cosas nuevas? ¿Cómo que a Guaidó se le pone el “caldo morao”?

Martes, 10/03/2020 12:52 AM

La convocatoria de Guaidó para mañana 10-3, pareciera no diferir de todas las anteriores de la oposición desde los tiempos del golpe de Carmona. No obstante uno observa ciertas novedades, como que pudiera estarse produciendo un cambio en algunas maneras de proceder del comando de ese movimiento o que se estén generando acciones paralelas, no contralados por el mismo, pero que intentan apuntar hacia el mismo fin.

La convocatoria que pudiéramos llamar oficial de Guaidó va acompañada del anuncio de presentación de un “pliego conflictivo”. En el lenguaje habitual, eso significa que la marcha o concentración a la que se convoca tiene como fin presentar a alguien, generalmente el patrón, jefe y hasta el propio presidente de la República, un documento con una serie de demandas o soluciones a problemas que el mismo documento identifica. Sería esta entonces, la primera vez, que el movimiento opositor opta por una forma de lucha de esa naturaleza que le daría sentido concreto, racionalidad a sus exigencias y aspiraciones. Lo dudoso, es que la marcha se convoca teniendo como meta la AN, donde hay dos presidentes, Parra de la oposición en alzada y el propio Guaidó.

No parece sensato pensar que Guaidó haya decidido convocar una marcha que pudiera tener mucha participación para entregarle ese pliego conflictivo a Parra y tampoco así mismo, porque sería absurdo y como pegarse así mismo y auto convertirse en el responsable que las cosas que se exigen no hayan sido resueltas o existan tal como son. Además, siendo él quien convoca la marcha, se supone la encabezaría y sería portador del documento, no se ve equilibrado que al llegar al sitio final de la marcha, el parlamento, él se auto entregue el pliego de reclamos, lo reciba y se haga responsable de darle respuesta a lo que allí se exige. Es pues esto todo un enredo que además es como demasiado novedoso. Un sainete enredado y de muy mala calidad.

No obstante, como Guaidó y los suyos, oficialmente hasta ahora solo hablan de una marcha y de ese “pliego conflictivo”, que es como una caja de regalo vacía o tal vez, lo que sería peor, una “Caja de Pandora”, una pareciera ver lo mismo de siempre. Un gesto, una marcha, planificada con el mismo espíritu y finalidad de las de antes y como la ayuda humanitaria de Colombia. Y pareciera ser así, pues es como la respuesta de quien no tiene respuesta nueva, diferente, ante el crecimiento del espíritu pacifista del venezolano, el avance de eso que ellos peyorativamente llaman “la mesita”, pero que ha logrado acuerdos concretos y sobre todo ha producido enormes grietas en el mundo opositor, simplemente porque busca lo que el venezolano mayoritario quiere, la paz. Entre el grupo afín a Guaidó mismo, pareciera estar ocurriendo algo extraño. Pocos días atrás, Stalin González, quien es hasta vicepresidente de la AN de Guaidó, anunció al país la creación de un organismo que ya está operando para recibir las credenciales de quienes aspiran a formar parte del nuevo CNE. Y eso es un hecho público que informa que Guaidó está en esas negociaciones.

Pero también es verdad, hay factores como del gobierno de Trump y dentro de la oposición venezolana, de los cuales sospecho forma parte el propio Guaidó, que no están ganados para elecciones de ninguna naturaleza; pues para decirlo de manera sencilla, obviando ahora explicaciones que serían muy largas, no están dadas las mejores condiciones para que puedan competir con éxito, tal como el que ellos demandan. Aunque el CNE lo integren personajes de absoluta y nada dudosa moralidad, sacados de algún laboratorio o congregación religiosa, y en consecuencia no dispuestos a prestarse para ninguna trampa, la oposición que Guaidó encarna, no obtendría los resultados que demanda. Por eso, no cabe duda que en ese mundo no hay interés por elección alguna y esto no es un decir. Tómese el lector el trabajo de estudiar con detenimiento las redes y hallará allí abundante material que esta opinión fundamenta.

Por eso, el pliego de Guaidó, parece más bien eso que dijimos una “Caja de Pandora”; por algo, hasta ahora, del alto comando opositor que convoca poco o nada se ha dicho de lo que en el mismo se lleva a la AN.

Pero pese lo anterior, que tiene mucho de lo antes acontecido, como cuando la “ayuda humanitaria”, si hay cosas distintas y hasta saludables. He leído con interés que un grupo que se identifica como representante del sector educativo, que al parecer nada tiene que ver con las federaciones de ese universo, ha manifestado que irá a esa marcha de mañana 10-3, con su propio pliego de reivindicaciones relativas al salario de los trabajadores de ese sector y las necesidades de la escuela. Y esto, sin importar quien lo haga, es positivo. Aunque, es evidente que eso no está en los planes de Guaidó, como nunca lo ha estado, pero si merece estar en el primer plano de las luchas de los venezolanos. Y eso, novedoso como es, si prende y logra incentivar a otros sectores a que hagan lo mismo, le generaría a la larga a Guaidó y los suyos un serio inconveniente, porque no está en sus planes y menos de quienes le dan amplio y generoso respaldo, que los trabajadores se hagan ilusiones y menos se preparen para esperar de ellos nada de eso. ¿De cuándo acá el FMI estaría ganado para subir salarios, pensiones? ¿Acaso no hemos leído como la señora Lagarde, del FMI, piensa en la eutanasia como solución para no seguir pagando jubilaciones ni pensiones?

Pero hay algo nuevo en la conducta de la oposición venezolana. Hace dos días, se produjo un devastador incendio en un galpón del CNE que destruyó casi 50 mil máquinas de votación, según la declarado por la presidenta del organismo Tibisay Lucena, quien en una primara inspección estuvo acompañada de Luis Emilio Rondón representanta de la oposición.

Desde el 2002 para acá, incluyendo el golpe de Estado, ningún organismo, entidad o cuerpo opositor había asumido la responsabilidad de los actos ejecutados en el desarrollo de su política. Asombraba como se optaba por ignorar aquellos acontecimientos, circunstancia que en sí misma indicaba que sus ejecutores y quienes los planificaron y dirigieron, por lo menos, no se sentían convencidos de la validez moral de aquello como para asumirlo. Se optaba por negarlos y hasta atribuírselos al contrario y nunca reconocerlos como una forma de protesta.

Ahora la cosa toma un carácter distinto, que podría tener muchos significados. Según los medios, un comando que se identificó como “Frente Patriota Venezolano”, se adjudica los hechos y anuncia que “Este 7 de marzo se inició la Operación Sodoma en los galpones del CNE, este ente que ha vulnerado los derechos del pueblo en elecciones fraudulentos a través de la Cantv”. https://www.aporrea.org/oposicion/n353017.html

Aparte de declarar lo que llaman “la guerra muerte contra Maduro y aquellos que se opongan a su fin”, asume la responsabilidad de esos hechos. Pero hay algo más, agregó el comando en su comunicado “Pueblo de Venezuela, este 10 de marzo estaremos atentos con ustedes a cualquier hecho que se pueda suscitar”. Nótese que el comando habla de “guerra a muerte” y su operación la llama Sodoma.

Si leemos con detenimiento de lo último, ese comando se vincula a la convocatoria para el 10 de marzo y esto sin duda constituye un elemento nuevo en lo que acontece alrededor del grupo opositor que ha venido comandando Guaidó.

Hasta ahora, pese los hechos y estas últimas manifestaciones, la oposición de Guaidó no se ha deslindado del grupo que asumió la responsabilidad. Y no hay duda que ese gesto, en buena medida, en nada contradice la prédica persistente del mismo.

Pudiéramos estar, y esto sería novedoso también, en una escalada de las contradicciones del sector opositor que ha venido comandando Guaidó o una definitiva toma de posición, pública y notoria contra toda salida electoral. O es posible, que en medio de tanta confusión a Guaidó y los suyos el “caldo se le pone morao”.


 

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