Marzo no se queda atrás. Acabamos de dejar febrero con toda la carga de rebeldía que contienen el 2F, el 4F, el 16F, el 27F y comienza marzo conmemorando la infinitud de Chávez, el Día de la Mujer hasta el 26M, Día Internacional del Derecho de los Pueblos a la Rebelión. Hace un año, exactamente, todo el sistema Petro estaba listo para su posicionamiento mundial como la criptomoneda determinante del continente y el siglo. El éxito de esa plataforma le propondría al mundo una alternativa financiera y económica capaz de dar al traste con la destrucción del derecho internacional y del comercio mundial que encabezan Estados Unidos e Israel. El agente del Pentágono Juan Guaidó tenía previsto atacar el complejo hidroeléctrico Guri el mismo 5 de marzo, pero llevaron a cabo el ataque el día 7, afectando seriamente al Petro y causando enormes daños "colaterales" -como suele llamarlo CNN- a las mujeres, niños, adultos y todas las familias venezolanas que vieron precarizada su vida cotidiana por la destrucción terrorista al sistema eléctrico nacional.
Ha llegado 2020 y el Gobierno Bolivariano que encabeza Nicolás Maduro sigue al frente de todo el proceso político, militar, socio-económico e internacional de Venezuela, sin retroceder ni un milímetro en el terreno moral junto a un Pueblo que resiste las sanciones, bloqueos, terrorismo y todo tipo de ataques a su democracia sólida y popular. Mientras la misma presidencia de Trump sigue cuestionada por diversas opiniones, juzgados, congresistas y Senadores, mientras Bukele pisotea la democracia salvadoreña en alianza con las pandillas, Colombia espabila por el evidente fraude que le robó las elecciones al humanismo, obviamente el movedizo lodazal en el cual se sostienen Bolsonaro, Moreno, Piñera y Vizcarra; en Venezuela sigue vigorosa la democracia participativa, protagónica y legítima que establece la Constitución Bolivariana. Por esa razón y ante el avance de millones de mujeres en México, de trabajadores en Brasil, de estudiantes en Chile y luchadores sociales en Colombia y Centroamérica, el Pentágono le ordena al golpismo autoproclamado que adelante las acciones paramilitares, violentas y caóticas que "justifiquen" un bloqueo naval.
Para este nuevo ataque el SOUTHCOM, desde Colombia y el Caribe, ha logrado poner en territorio venezolano un cuantioso arsenal y millones de dólares que ya movilizan agrupaciones criminales identificadas por la inteligencia cívico militar en ese heroico empeño de los Hijos e Hijas de Bolívar por garantizar el "Equilibrio del Universo", seriamente amenazado por la guerra biológica desatada desde Israel y la inminente crisis financiera que comienza a destronar al dólar, haciendo mucho más urgente el establecimiento de un mercado mundial colaborativo, interrelacionado por la crioptoeconomía, donde el Petro, la Ruta y Cinturón de la Seda, el BRIC y el esfuerzo fraterno internacional son la única esperanza de un mundo al borde del precipicio climático, sanitario y financiero. En lugar de asumirlo como sujeto de una comunidad mundial, EEUU quiere asaltar por la fuerza el oro y toda la riqueza mineral de Venezuela, para decirle al mundo, cual fiera jadeante de encías ensangrentadas y babosas, que su papel moneda seguirá imponiéndose como salvación.
Corresponde a Venezuela éste 10M neutralizar otro atentado de Trump, sus banqueros y paramilitares, contra la democracia revolucionaria de Venezuela, porque la firmeza bolivariana y su Petro son esperanza de la economía hemisférica, de los trabajadores brasileños, las millones de Berta Cáceres, Astrid Conde, Marielle Da Silva, de jóvenes en Chile, campesinos en Honduras y todo un mundo decidido a construir una forma de convivencia humana, pacífica y ecológica en el planeta de todos. Mientras China combate el Convit19, Venezuela impedirá las más mortal de las pandemias: la guerra imperial.