Sin salud mental no hay salud (La tragedia del paciente psiquiátrico en Venezuela)

Jueves, 12/03/2020 10:43 AM

Hace poco un niño de 16 años se suicidó porque sus padres lo reprendieron y le quitaron el celular. El jovencito esperó a que todos durmieran en la casa. Robó el carro de su papá y se fue a la Cota Mil circulando a contravía. Estacionó el vehículo en el puente Los Chorros y se lanzó al vacío…La Policía encontró el carro allí abandonado, con las luces encendidas. Uno de los uniformados se asomó por el puente y miró al fondo. Allí estaba el cuerpo del niño…Los suicidios en adolescentes y jóvenes son un alerta de lo que ocurre en la sociedad…Y pueden estar precedidos de una patología mental que muchas veces nadie nota. Solo quien la padece vive el tormento.

La frase que da el título a este post la escuché en el canal Conciencia TV, a una joven psiquiatra de nombre Aisquel Machado. El mensaje me impactó porque lamentablemente en Venezuela la salud mental es la más desatendida, la más desguarnecida, la que está en completo desamparo.

Ese mensaje deberían transmitirlo en todos los canales de señal abierta, en todas las emisoras de radio, para que la gente tome conciencia sobre un tema que ya se convierte en problema de salud pública. Hay gente muy sola, además de la terrible situación económica…

Hace poco llegó a mis manos la revista "Libremente", especializada en salud mental pero de circulación muy reducida. En ella se desnuda la tragedia del enfermo o enferma mental y su entorno familiar. Porque no solo es aceptar la enfermedad, que ya eso es difícil, sino que luego de ese paso crucial, lo que viene es realmente un viacrucis, y en Venezuela éste se convierte en una penuria.

Cuando te dicen que el paciente debe hospitalizarse, no hay instituciones públicas para eso…Y las pocas que tratan este tipo de trastorno no tienen condiciones en los actuales momentos debido, en parte, a las medidas coercitivas de Donald Trump contra Venezuela porque también debemos reconocer y aceptar que no hay una política de salud pública con la enfermedad mental…Sería muy bueno un Barrio Adentro Mental para estos casos. Ya el solo hecho de buscar un sitio dónde internar a alguien que padezca un trastorno de la mente, es terrible y entonces terminan en "casas de reposo", que son iniciativas privadas para cubrir un vacío que tiene el Estado en ese aspecto…Son depósitos humanos. Algunos enfermos son dejados allí y olvidados, otros tienen la suerte de que sus familias los aman y no los olvidan. Incluso, eventualmente, los pacientes se mueren y nadie sabe, nadie ve…

El año pasado esos sitios cobraban 180 dólares mensuales (otros hasta 250$ y la consulta con el psiquiatra 25$ semanales) por la estancia allí. Pagas lavandería, tres comidas, servicio de enfermería, supervisión del tratamiento y en algunos casos atención psiquiátrica aunque esos honorarios son aparte. Algunos psiquiatras y psicólogos cobran desde 10 dólares la consulta.

Hay sitios donde es gratuita la atención al enfermo mental como es el caso del Hospital Universitario de Caracas, en el ambulatorio, donde trabajan dos psicólogos y un psiquiatra de lunes a viernes y de 7 de la mañana a 12 del mediodía…Atienden un promedio de seis o siete pacientes diarios y les pagan un sueldo de hambre aunque cubren una jornada extenuante…

Después está el problema de los medicamentos. Un tratamiento psiquiátrico cuesta unos cinco millones de bolívares al mes. O sea, el paciente mental tiene que se ser millonario para poder salir airoso de eso o de lo contrario terminará en situación de calle…

En Venezuela te venden un "blister" de Carbamazepina en 300 mil bolívares y solo trae 10 pastillas. El médico generalmente prescribe dos diarias; el Carbonato de Litio, para los enfermos bipolares casi no se consigue y cuando lo ubicas te lo venden también por blister, nunca la caja completa y da coraje que el Ministerio de Salud no hace nada para impedir esto. En Cuba, donde la salud es lo primero, funciona la Clinica del Litio Hospital Psiquiátrico de La Habana, especial para personas que padecen este trastorno y les regalan el tratamiento. ¿Que buscan resolver? Que los pacientes no sean una carga ni para el Estado ni para sus familias, que sean personas productivas, plenamente incorporadas a la sociedad, que puedas lidiar con tu trastorno, como lo hace cualquiera que tenga otro tipo de enfermedad crónica: hipertensos, diabéticos, etc. También se pretende aminorar el tiempo de reclusión hospitalaria.

Pero además, hay que chequear el litio en sangre, y debes hacerte un examen que se llama "Litemia". Los pocos laboratorios que tienen la prueba en Caracas cobran hasta dos millones de bolívares…La Olanzapina cuesta cinco millones de bolívares 30 pastillas…!!

Por si fuera poco, está el comportamiento de la sociedad. Esta sociedad no acepta al enfermo mental. Lo discrimina, lo aísla, se burla de él. El trastorno mental es visto como una carga, como algo que es molesto y por eso hay que esconderlo…Sencillamente no miran que está ahí, clamando por ayuda…Es una actitud cruel y hasta criminal…Es mejor huir del enfermo mental, es mejor no ver, no saber…Voltear para otro lado y dejarlo con su infierno…

Pero quería copiar aquí algunos párrafos de la revista mencionada antes (quizás lo haga en varios posts). Un artículo titulado "El sufrimiento mental y la acción revolucionaria" que firma el "Colectivo Libremente" y a través del cual claman porque la salud mental reciba el mismo trato de la atención primaria.

"Las enfermedades mentales representan el 11% de todas las patologías, un porcentaje superior al del cáncer y los trastornos cardiovasculares (…) El 22% de la población padece episodios de ansiedad y depresión en algún momento de su vida y un 1% de la población desarrollará alguna forma de esquizofrenia a lo largo de su vida" (OMS, 2004)

En esa revista se alude a lo que llaman "colonias psiquitátricas", o "contenedores de cuerpos", todo un negocio que nadie supervisa y en los cuales el paciente muchas veces es maltratado, sobre todo el que no tiene familia. Se habla también de la falta de una legislación que proteja a la persona afectada por un trastorno psíquico, pues puede ser echada a la calle sin contemplaciones y si el más mínimo respeto a la condición humana.

"Es un problema de clase" – escriben en la citada revista – Si la persona padece de algún problema mental, depresión, crisis psicótica o esquizofrenia y su núcleo familiar es de estrato pobre, puede ser inmediatamente despedida al manifestarlo en su empleo, lo cual tendrá como consecuencia entrar en una centrífuga social que lo conducirá directamente a su degradación en donde el problema se agravará terminando, seguramente, como un ciudadano en situación de calle, todo esto como resultado de la ausencia de una legislación que proteja a esos pacientes"

La Fundación Pueblo Soberano, del Palacio de Miraflores, en algunos casos da recursos para poder pagar esas "colonias", pero es muy difícil conseguir los medicamentos. Además hay gente muy solidaria dentro del gobierno bolivariano, que entiende el problema y asume actitudes verdaderamente revolucionarias para ayudar en casos muy específicos, pero eso no es suficiente porque de ellos no depende una solución a largo plazo, que beneficie a miles de enfermos. Tiene que generarse una política pública.

Torbellinos

Andar por la calle completamente desinhibido…"verborréico" y frenético, hablando o riendo con cualquier persona aunque no la conozcas; no dormir, consumir drogas, alcohol…Sexo indiscriminado; delirios de grandeza; manías. Agresividad en algunos casos; tristeza en otros, depresión…

Los niños y jóvenes atraídos por los juegos de video que ahora cargan en el celular; las competencias, la lucha por ser aceptado en el grupo…

Todo eso y más…Hay que cuidarlos y amarlos…Pero ¿quién cumple su parte en el Gobierno

Un elefante en la habitación

Corría el año 1814 cuando Ivan Andreevich Krylov, un poeta y escritor ruso, publicó una fábula titulada «El hombre inquisitivo». En ella se refería a un hombre que recorría un museo y notaba todo tipo de pequeños detalles pero, asombrosamente, no percibió un elefante.

Aquella interesante idea no murió allí. Fyodor Dostoievski la retomó en su novela "Los endemoniados" cuando escribió: "Belinsky era como el hombre inquisitivo de Krylov, que no se dio cuenta del elefante en el museo…". Aunque fue Mark Twain quien perfiló mejor el concepto en "El robo del elefante blanco", haciendo referencia a la ineptitud y falta de lógica que subyace a ese comportamiento.

Más tarde, The New York Times recogió la frase, que luego pasó a convertirse en una expresión popular que se utiliza para referirse a algo obvio que pasa desapercibido o de lo que nadie quiere hacerse cargo. La expresión indica una verdad evidente que es ignorada, aunque también puede tratarse de un problema que nadie quiere discutir o un riesgo que nadie está dispuesto a asumir.

Esto ocurre con las enfermedades mentales, con los problemas de pareja, con los conflictos juveniles que a la larga estallan de maneras impredecibles, dolorosas, trágicas como el suicidio o hacer daño a otras personas. Recuerdan la tragedia de Columbine? y de otros jovencitos que llegan armados a sus colegios y empiezan a disparar y a matar a sus compañeros y maestros?.

En sentido general, cualquier problema puede convertirse en un elefante en la habitación si no lo abordamos y preferimos ignorarlo. Puede tratarse de un asunto delicado que podría herir la sensibilidad de los demás, un gran problema que no sabemos cómo solucionar o un conflicto que demanda correr un riesgo que no estamos dispuestos a asumir.

Dado que es imposible pasar por alto la existencia de un elefante en la habitación, las personas se sienten obligadas a fingir que el elefante no existe, evitando lidiar con el enorme problema que representa. Sin embargo, lo cierto es que obviar su presencia suele terminar generando problemas aún mayores.

Referencias: https://rinconpsicologia.com/elefante-en-habitacion-temas-delicados/

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