Los pincelazos de una garúa pintaron en el rostro de los árboles una sonrisa e hicieron que las guacharacas improvisaran un concierto con voces desafinadas y alborotadas. Mientras que en el cielo las nubes mostraban su azul manchado por las huellas del agua que amenaza con caer en forma de regadera.
Juancho Marcano llegó al pequeño conuco con su fiel perro Pipo y al saludar a la mata de mango, que mostraba una sonrisa de bienvenida, ésta le comentó:
- Me parece Juancho que tu actitud, a pesar del virus que los amenaza, es positiva y es más te noto tranquilo.
- Yo también opino lo mismo y te lo digo con base amiga, pues lo he notado desde la misma casa y mucho antes que el gobierno decretara la cuarentena total por la pandemia del Coronavirus, dijo enfático el perro.
El reportero quien siempre que hablaba con estos miembros vivos de las otras especies, se sorprendía por sus palabras, manifestó:
- Amigos les digo que, ante esto como persona y periodista, la primera previsión es la calma y la tranquilidad, pues de lo contrario no hay medidas que valgan por muy acertadas que sean, como las que está tomando el gobierno al decretar la cuarentena total y así evita lo que pasó en otros países que al no proceder con lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud(OMS) para cortar la cadena de la transmisión, pasa lo que lamentablemente sucedió en Italia y en España, por ejemplo.
La mata de mango contenta por la llovizna que le refrescó el rostro, señaló: Pero aparte de eso que tú dices Juancho, es importante que los habitantes de la Patria, sin importar credo, ni raza ni ideología política se unan en un solo brazo y corazón y así enfrentar la ráfaga de malestar que pueda producir el Coronavirus.
- Es verdad, dijo Pipo, pues no sólo basta con lavarse las manos y permanecer en su casa, sino hay un esfuerzo mancomunado de todos, dijo el perro.
Juancho Marcano al oír los comentarios de sus amigos, los aplaudió, no emitió palabras y se decidió a recoger unos cuatros ajíes que estaban maduros en las plantas.