El aislamiento o cuarentenas, la utilización de mascarillas y la higiene personal/familiar como instrumentos de prevención para evitar contraer y contagiar la enfermedad viral. La historia milenaria de la humanidad nos enseña que cuando somos atacados por un microbio o agentes patógenos muy agresivos y causantes de rápidos y severos daños en nuestra salud, en la estabilidad vital y las actividades económicas-sociales personales, familiares, comunitarias y laborales, debemos tomar las medidas aprendidas/acumuladas y las recomendadas por los organismos internacionales y nacionales responsables de las políticas de SALUD PUBLICA.
Así ocurre en este caso particular del virus SARS-CoV-2, conocido globalmente como Coronavirus del 2019 o Covid-19, que tiene la particularidad de ser una mutación/recombinación/modificación altamente contagioso por medio de los fluidos que provienen de las secreciones orales y nasales que se esparcen como un aerosol desde la saliva y las secreciones provenientes de la boca y nariz al hablar y toser, así como impregnando las manos con estas chispas de líquidos contaminados. Las medidas más eficaces y eficientes para controlar y eliminar/erradicar este microbio viral particularmente agresivo, consisten en mantener una conducta de ejercicio de prácticas de higiene radicales desde lo personal, familiar, vecinal y comunitario. Lavarnos las manos es muy importante, pero NO es suficiente en este caso. Es INDISPENSABLE evitar salir de nuestras casas en casos que no sean estrictamente necesarios, además al salir a la calle debemos utilizar mascarillas que mantengan tapados/protegidos la nariz y boca, así como guantes para aislar/proteger las manos. Estas medidas evitan que las secreciones de los contagiados y los no contagiados ENTREN EN CONTACTO. De cada 100 personas contagiadas alrededor del 80 % no presentan síntomas o malestar de enfermedad, pero pueden TRANSMITIR el virus. La humanidad en su larga y milenaria historia para sobrevivir, ha construido los más diversos ejemplos para darse sustentabilidad y traernos como CULTURA hasta estos días. Uno de esos aportes son las denominadas CUARENTENAS o aislamientos temporales de personas, grupos o poblaciones para tratar a las personas afectadas por enfermedades contagiosas y proceder a evitar que el agente patógeno o como en este caso del virus tipo corona siga expandiéndose fuera de esos espacios con personas afectadas. Acá no existen agentes intermediarios de transmisión entre el virus y los seres humanos, no es una enfermedad metaxénica (animal vector/transmisor) por ello es NECESARIO aislar la relación entre los fluidos orales y nasales de TODOS los seres humanos para PROTEGERNOS. Es un virus que se trasmite directamente de humanos a humanos. Es una oportunidad mundial y nacional para mostrar en directo una utilización positiva, asertiva, POR LA SALUD Y LA VIDA de las mascarillas o tapabocas.
Ante estas graves circunstancias para la salud y la vida de los seres humanos de VENEZUELA Y EL MUNDO, es indispensable que las personas que hemos estudiado desde los programas maternales, preescolares, primarios, secundarios, universitarios, postgrados y en consecuencia contamos con diversos instrumentos técnicos, científicos y culturales derivados de esos amplios procesos de formación educativa programada, aportemos nuestra capacidad para ayudar, cooperar, asumir conductas positivas, solidarias, trascendiendo los pre-juicios, aprehensiones, antipatías, ambiciones inmediatistas, odios cultivados y pasar a practicar actitudes y conductas más asociadas a la Inteligencia Humana relacionadas más con la SUSTENTABILIDAD que caracteriza a los seres humanos en su larga historia cultural. En este tipo de adversidades nos las jugamos TODOS, porque este tipo de ataques patógenos demuestran en la Historia de la Humanidad y en este caso concreto, que de no controlarlas con rapidez, pueden convertirse en una especie de Juego de Ruleta Rusa con un arma cargada, al contrario de quienes esperan obtener un premio de lotería que los llevará más rápido hasta el ansiado PODER PÜBLICO.
Por cierto, en los comienzos del siglo XX se produjo la mayor pandemia de ese siglo transcurrida entre finales de 1918 y finales de 1919, apenas culminada la Primera Guerra Transnacional iniciada por Alemania en 1914 (1914-1918) intentando sustituir a Gran Bretaña o Inglaterra como la primera potencia mundial, bautizada ideológicamente como "gripe española" para castigar a España por mantenerse neutral durante este conflicto donde murieron más de 8 millones de personas en 4 años. Existen abundantes estudios que muestran que esa pandemia de gripe o influenza se originó en unos campamentos de soldados norteamericanos ubicados en Funston, Kansas. En Detroit más de mil empleados de la empresa Ford Motor Company estaban de reposo por gripe en los inicios de 1918, así como parte de la población civil de un pequeño pueblo de Kansas enfermaron repentinamente de gripe. En esos años no era obligatorio, como en la actualidad, notificar a la OMS los casos de enfermedades nuevas, sospechosas, endémicas y epidémicas. Los soldados norteamericanos movilizados para frentes de guerra ubicados en distintas regiones del mundo (Europa y espacios colonizados de Africa, Asia y Medio Oriente) llevaron este virus mutado/recombinado/modificado hasta los otros soldados y población civil en contacto. Con esta pandemia se calcula que murieron más de 40 millones de personas en un lapso de un año. Sólo basta tener conocimientos básicos de suma y resta para considerar los riesgos humanos y económicos frente a este tipo de enfermedades altamente contagiosas y debilitadores del sistema inmunológico, lo cual facilita la entrada y ataque de otros microbios y enfermedades oportunistas que pueden llevar a desenlaces mortales.